Honduras. Las advertencias de los fascistas: derechos humanos y régimen golpista
Es preocupante que los derechos humanos en Honduras se encuentran bajo control de personas que no muestran el más mínimo interés por el respeto de los mismos.
Ricardo Salgado
No soy del tipo de persona se considera a sí misma como alguien especial. Dentro del marco de la lucha del pueblo hondureño, apenas soy un obrero más en la construcción de una patria mejor, más justa para todos. Nunca antes había pensado que mi familia o yo podíamos ser objeto de las agresiones aberrantes provenientes de los asesinos que funcionan con la complicidad y patrocinio del régimen de Porfirio Lobo Sosa.
Tampoco he considerado durante los meses precedentes que yo pueda constituir una amenaza para el Estado de Honduras o para la oligarquía que de facto lo rige. Es cierto que en Honduras a partir del 28 junio último pensar es un delito, y la mejor forma de preservar la seguridad personal y familiar es manteniéndose al margen de la critica de las atrocidades que ejecutan las autoridades espurias en todas sus acciones. Para los que no entienden la dimensión de las cosas, debe quedar claro que vivimos un régimen de características claramente fascistas, que continúa asesinando como forma de persuasión y de sojuzgamiento de cualquier intención de cambio.
El Viernes Santo último, salí de mi casa con mi esposa, con destino a un supermercado de Tegucigalpa. A la altura del STIBYS sentí que se me dificultaba la maniobra de mi vehículo automotor, lo que me movió a reducir la velocidad, y después de 50 m la rueda izquierda trasera salió de su posición y el vehículo quedó sin control. Después de unos minutos de pánico, fui a ver qué había provocado este evento y constaté que faltaban las tuercas que sostenían habitualmente las ruedas en su lugar.
En una ciudad sin tráfico por la fecha, pude contar con la ayuda de un señor que se detuvo amablemente para ayudarme a poner la rueda de regreso, utilizando tuercas de las ruedas restantes. El vehículo no presentaba ninguna otra seña de mal funcionamiento, y el único indicio racional me lleva a pensar que las tuercas fueron aflojadas deliberadamente con el propósito de atentar contra mi persona y mi familia.
Tampoco he considerado durante los meses precedentes que yo pueda constituir una amenaza para el Estado de Honduras o para la oligarquía que de facto lo rige. Es cierto que en Honduras a partir del 28 junio último pensar es un delito, y la mejor forma de preservar la seguridad personal y familiar es manteniéndose al margen de la critica de las atrocidades que ejecutan las autoridades espurias en todas sus acciones. Para los que no entienden la dimensión de las cosas, debe quedar claro que vivimos un régimen de características claramente fascistas, que continúa asesinando como forma de persuasión y de sojuzgamiento de cualquier intención de cambio.
El Viernes Santo último, salí de mi casa con mi esposa, con destino a un supermercado de Tegucigalpa. A la altura del STIBYS sentí que se me dificultaba la maniobra de mi vehículo automotor, lo que me movió a reducir la velocidad, y después de 50 m la rueda izquierda trasera salió de su posición y el vehículo quedó sin control. Después de unos minutos de pánico, fui a ver qué había provocado este evento y constaté que faltaban las tuercas que sostenían habitualmente las ruedas en su lugar.
En una ciudad sin tráfico por la fecha, pude contar con la ayuda de un señor que se detuvo amablemente para ayudarme a poner la rueda de regreso, utilizando tuercas de las ruedas restantes. El vehículo no presentaba ninguna otra seña de mal funcionamiento, y el único indicio racional me lleva a pensar que las tuercas fueron aflojadas deliberadamente con el propósito de atentar contra mi persona y mi familia.
leer más....
No hay comentarios:
Publicar un comentario