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martes, 6 de marzo de 2012

Nuevo discurso de Mauricio Funes: asesinados son delincuentes

El presidente y el ministro de seguridad señalan que no sólo las pandillas son responsables del 90 por ciento de los homicidios, sino que ese mismo porcentaje de asesinados son delincuentes
Por Fernando de Dios
SAN SALVADOR – Los discursos tienen una dinámica en el tiempo, no son aislados ni casuales. Cuando un responsable político encuentra una salida dialéctica válida para una cuestión delicada, suele adoptarla, cuidarla, desarrollarla y mantenerla para poder utilizarla siempre que la necesite.
Así, tras cambiar todo el Gabinete de Seguridad del gobierno y nombrar al frente del Ministerio de Justicia y Seguridad Pública y la Policía Nacional Civil a dos militares de baja reciente, el presidente Mauricio Funes se aferró al argumento de que cuando un militar pasa a estar en retiro deja de ser militar y por lo tanto es un civil como otro cualquiera.
Con ello, negó ante propios y extraños que su decisión violara la Constitución de la República o los Acuerdos de Paz en su letra o en su espíritu, algo sobre lo que, en definitiva, quien se pronunciará con conocimiento de causa y con carácter vinculante será la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia.
También le sirvió ese requiebro retórico para negar que con la llegada de esas personas a esos puestos se estuviera militarizando la seguridad pública.
Cuando más de tres meses después de que el ministro David Munguía Payés tomara posesión del cargo las cifras de homicidios, las que se comprometió a reducir un 30 por ciento, no han dejado de incrementarse, tanto el titular de la cartera de Estado como el jefe del Ejecutivo manifiestan que el problema de delincuencia en El Salvador no solo puede medirse a partir de esas cifras, sino que hay que hacer un análisis más profundo y tener en cuenta más factores.
Según Munguía y Funes, no solo las pandillas son responsables de al menos un 90 por ciento de los homicidios, sino que también un 90 por ciento de los asesinados son miembros de pandillas o personas ligadas a las redes de crimen organizado.
Es el nuevo giro en el discurso viene a pretender justificar que el aumento a cerca de 14 homicidios diarios que se ha producido en los dos primeros meses de 2012 tiene que ver, por un lado, con la guerra entre grupos delincuenciales por el territorio y el narcomenudeo y por otro lado, por la presión a la que les están sometiendo los cuerpos de seguridad.
En una entrevista que el peridista de Univisión Jorge Ramos hizo a Funes en días pasados, el presidente fue preguntado por el alza de homicidios que se está produciendo y si eso significa que están fracasando los planes de seguridad.
“El hecho de que haya aumentado el número de homicidios no significa que estén fracasando los planes de seguridad pública si no se dimensiona adecuadamente el problema”, respondió el mandatario salvadoreño.
Seguidamente, afirmó lo siguiente: “La mayor parte de homicidios, yo diría que un 90 por ciento o más no se refiere a homicidios cometidos contra población civil indefensa. Son fundamentalmente ajustes de cuentas, rencillas, ejecuciones sumarias, que llevan a cabo los criminales entre sí por el control del territorio y por control del narcomenudeo. Eso es lo que ha ocurrido en los últimos días, ha habido más asesinatos de miembros de pandillas o de colaboradores de pandillas o de colaboradores de estructuras de crímen organizado.”
“El análisis de la violencia requiere de una visión mucho más amplia y mucho más estructural que no se reduce únicamente a la cantidad de homicidios que se cometen por día en un país”, reiteró Funes.
Este argumento fue repetido este lunes por el presidente en declaraciones a la prensa tras un acto en Izalco.
El hecho de que haya habido un aumento de homicidios en las últimas semanas responde precisamente a una respuesta que está dando la pandilla ante el asedio que está llevando en una forma eficaz la Policía Nacional Civil con apoyo de la Fuerza Armada”, explicó Funes.
Preguntado por la imagen que da el país en el extranjero con casi 14 asesinatos por día, el presidente volvió a decir que hay que considerar quién está muriendo.
“El 100 por ciento de homicidios que se cometen en el país, no es lo mismo que estemos hablando de que un 90 por ciento de ellos o un poco más son cometidos por pandilleros que asesinan a otros pandilleros o colaboradores de pandillas, por el control del territorio y por el control del narcomenudeo, que si se tratara de personas que salen de sus casas confiando en que van a regresar y luego son asesinadas”, manifestó.
Para el presidente, esta cuestión representa una “diferencia en términos cualitativos” que los periodistas deberían tener en cuenta a la hora de realizar sus análisis del fenómeno de delincuencia que vive el país para que no se proyecte una imagen equivocada en el exterior.
Eso sí, reconoció que “estamos hablando siempre de salvadoreñas y salvadoreñas, y por eso es que estamos haciendo esfuerzos para bajar estos índices delincuenciales”.
Al igual que respecto a la afirmación de que el 90 por ciento de los homicidios son cometidos por pandillas, respecto a esta nueva afirmación de que también un 90 por ciento de los asesinados son pandilleros no hay ningún dato estadístico oficial, ni de la PNC ni del Instituto de Medicina Legal, que lo sustente.
Si atendemos por ejemplo a los datos del IML, en 2011 hubo 647 femicidios, lo que representa casi un 15 por ciento de los 4.354 asesinatos que se produjeron el pasado año.
Aun suponiendo que una parte de esas mujeres pudieron ser miembros de pandillas, el márgen para otros tipos de asesinatos que se producen por otras causas sería sumamente reducido.
Es decir, las cuentas no salen, pero al parecer se quiere justificar como sea los cambios en la cúpula de seguridad y el presidente está dispuesto a ofrecer respuestas de dudosa veracidad para apoyar al ministro que decidió nombrar y las medidas que éste está impulsando.

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