El asesor especial de la presidencia brasileña para Asuntos Internacionales, Marco Aurelio García, quien participó de las conversaciones ampliadas entre Rousseff y Obama en el Palacio de Planalto, refirió que la mandataria habló del tema poco antes de finalizar la reunión con el presidente norteamericano.
La dignataria, en el final de la conversación con Obama -que calificó de cordial y franca- hizo una declaración enfática en defensa de la paz y de la solución diplomática de los conflictos, apuntó el asesor especial.
La postura de Rousseff se produjo casi al mismo tiempo de comenzar la intervención militar en Libia, ordenada desde aquí por Obama y que inició con el ataque de aviones franceses a supuestos objetivos militares de las fuerzas leales al presidente Muammar el Gadafi.
Con el supuesto objetivo de proteger a civiles libios víctimas del conflicto interno, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobó la creación de una zona de exclusión aérea en la nación norafricana, que para muchos, constituyó el ardid necesario para la intervención militar.
De los 15 miembros del Consejo de Seguridad (cinco permanentes) 11 aprobaron la resolución, ninguno se opuso y Brasil, Alemania, India, China y Rusia se abstuvieron.
García sostuvo que "tenemos que tener un enorme cuidado con la utilización de ese famoso derecho de proteger. Porque si no se tienen criterios muy rigurosos, muy estrictos sobre eso, el derecho de proteger puede ser, en un determinado momento, un pretexto para invadir cualquier país".
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