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jueves, 24 de marzo de 2011

La práctica literaria de Otto René Castillo

Factores condicionantes en la práctica literaria de Otto René Castillo (Fragmento)

Por Mario Roberto Morales (*)

CIUDAD GUATEMALA - (…) Sobre el fenómeno revolucionario y la familia Quiñonez Castillo, dice Zoila (hermana de Otto René):

“Nuestra familia, por ambas ramas -materna y paterna-, tuvo siempre militancia política antidictatorial. En la Revolución Democrático-Burguesa de 1,944 –que derrocó una dictadura militar de 14 años– participaron hermanos de nuestra madre y dos de nuestros hermanos que para ese entonces eran menores de edad. Otto René era todavía un niño.

“Durante los gobiernos de Arévalo y Árbenz -1,945-54- y en los gobiernos posteriores, trabajamos los 4 hermanos mayores de Otto René. Desempeñamos puestos de regular importancia en la aplicación de las reformas sociales –Código de Trabajo y Reforma Agraria–. Teníamos militancia en los partidos revolucionarios. (Entrevista de Zoe Anglesey a Zoila Quiñones Castillo, p.1).

De 1,954 a 1,957 Otto permanece en El Salvador. Sobre su estadía da cuenta Roque Dalton:

“A los 18 años de edad, junto con un nutrido grupo de revolucionarios guatemaltecos se establece en El Salvador, buscando la proximidad a la patria, que haría más eficaz la continuación de la lucha. Ingresa a la Universidad después de un tiempo de dedicarse a diversos oficios para ganarse la vida: sereno de un parqueo de automóviles, pintor de brocha gorda, vendedor de libros. Simultáneamente escribe con gran intensidad poemas revolucionarios que pese a ser obras de primera juventud, llaman la atención en los círculos culturales de El Salvador y que, paradójicamente, le abren las puertas de la “gran prensa” salvadoreña, sobre todo después de la obtención del Premio Centroamericano de Poesía de la Universidad, en 1,955. “Paradójicamente”, por la tradicional calidad reaccionaria de aquella prensa y por la calidad militante ininterrumpida en la vida del poeta. En efecto, Otto René Castillo pasó de inmediato a militar en las filas del PC Salvadoreño, desarrollando, además de una intensa labor proselitista entre los medios intelectuales, una regular actividad revolucionaria relacionada con la lucha del pueblo guatemalteco que tenía en El Salvador, y desde El Salvador, frentes de trabajo clandestino establecidos.

“Otto René Castillo durante aquel lapso atravesó la frontera guatemalteco-salvadoreña en varias ocasiones, en la más rigurosa clandestinidad, y corriendo riesgos palpables. Desde entonces dejó evidenciado su arrojo, su disposición a asumir las tareas desde el punto de vista de la importancia revolucionaria de las mismas y no por el peligro personal que pudieran entrañar, esa forma joven y a la vez sabia de vivir la militancia comunista como lo que en ningún momento puede dejar de ser: un combate que no se detiene nunca. (…) Su actividad política y literaria en El Salvador fue sumamente importante: desde el seno del Círculo Literario Universitario fue un trabajador inagotable en favor de la unificación de criterios de los artistas y escritores jóvenes de aquella época, sobre los problemas de la responsabilidad social-revolucionaria del creador y asimismo un divulgador de los poetas revolucionarios que más influyeron en el punto de partida de lo que luego se llamará la “generación comprometida” (Nazim Hikmet, Miguel Hernández, César Vallejo –visto como poeta comunista–, Pablo Neruda, etc. ); desde las organizaciones del PC y otras entidades democráticas, fue un esforzado divulgador de las ideas marxistas. Tuvo asimismo una influencia importante en numerosas adhesiones de escritores y artistas salvadoreños jóvenes a las ideas revolucionarias y a la militancia comunista. Su labor poética trascendía las fronteras salvadoreñas, volvía a Guatemala (donde obtuvo el Premio Autonomía –de la Universidad– en 1,956 y resonaba en Europa (la FMJD le otorgó, desde Budapest, el Premio Internacional de Poesía en 1,957). (…) En 1,957, Otto René Castillo regresa a Guatemala, poniendo fin a su fructífero exilio salvadoreño. Sigue estudios de Derecho y Ciencias Sociales en la Universidad de San Carlos donde recibe el premio “Filadelfo Salazar” al mejor estudiante y obtiene por su aprovechamiento una beca para hacer estudios en la RDA”. (Dalton, Informe de una Injusticia. pp. 9-12).

El premio Autonomía de la Universidad, lo gana con su poema célebre “Vámonos patria a caminar”.

Sobre la estadía de Otto René en El Salvador, nos cuenta Manlio Argueta (Entrevista del 13.6.89 en San José, Costa Rica) que él no estuvo en el grupo de salvadoreños que llegaron a Guatemala en 1,953 y, que conocieron allí a Otto. Manlio, nos informa que él llega a San Salvador, procedente de San Miguel, a estudiar en la Universidad, en 1,955. Otto ya estaba allí y, era amigo de Roque Dalton. Manlio recuerda que varios militares guatemaltecos arbencistas exiliados en El Salvador habían fundado el radioperiódico “Radioprensa”, que llegó a ser el radioperiódico más famoso del país, fundando una tradición de prensa hablada que no existía hasta entonces en El Salvador. En ese periódico trabajaban Arqueles Morales –quien había llegado acompañando a su padre al exilio–, Otto René y Roque. Otto René pasa después a ser redactor de planta de La Prensa Gráfica, en donde realiza reportajes gráficos firmados con su nombre, los cuales tenían gran proyección social; poco después es despedido debido a la gran popularidad que sus incisivos artículos alcanzaban en los lectores. Por esta época Otto René y Roque ganan el certamen de la Universidad de El Salvador con “Dos puños por la tierra”, en donde exaltan las figuras de dos héroes indios: Atanasio Tzul y Anastasio Aquino, de Guatemala y El Salvador, respectivamente. Como estudiantes y periodistas que eran, el premio literario les da gran prestigio local. Las polémicas que ambos sostenían en torno al compromiso político del escritor y el artista fueron recogidas en la revista Hoja, dirigida entonces por Italo López Vallecillos, y esos argumentos constituyeron el núcleo del ideario de la Generación Comprometida, grupo que en principio estuvo formado por Otto René Castillo, Roque Dalton, Roberto Armijo y otros que fueron abandonando el camino trazado; después se habían de integrar Tirso Canales, José Roberto Cea y el mismo Manlio Argueta. Arqueles Morales, nos sigue relatando Manlio, no se integra debido a que era muy joven. El maestro de todos era el poeta salvadoreño Oswaldo Escobar Velado.  Leer Mas

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