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sábado, 5 de marzo de 2011

Falsas desmovilizaciones desacreditan aún más al Estado colombiano

Por Alberto Corona

Bogotá, 5 mar (PL) Nuevas revelaciones en torno a falsas desmovilizaciones de presuntos paramilitares comprometen hoy una vez más la credibilidad del Estado colombiano, sumergido en una serie de escándalos que tienden a agravarse.

  En la medida que se dan a conocerse declaraciones y confesiones de testigos involucrados directamente en la dinámica del conflicto interno, el montaje y el fraude parecen ser una constante asumida por el Estado.

El nuevo capítulo estalló cuando en una audiencia pública en el Tribunal Superior de Bogotá, el exjefe paramilitar Freddy Rendón Herrera, alias El Alemán, reveló que la presentada por el Gobierno como la primera desmovilización de un bloque de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) en 2003 fue un montaje.

Según las explosivas declaraciones de El Alemán, la supuesta desmovilización del bloque Cacique Nutibara en Medellín (Antioquia) fue un fraude destinado a beneficiar políticamente a los jefes de la temible banda criminal "Oficina de Envigado" y reducir los niveles de violencia en esa capital departamental.

Pero lo más grave es que el exjefe paramilitar aseguró que el Gobierno de ese entonces, presidido por el hoy expresidente Álvaro Uribe (2002-2010), aceptó el montaje pese a que estaba legalizando y dando estatus políticos a narcotraficantes y sicarios (asesinos por encargo).

Rendón Herrera contó que para el referido fraude se recogieron uniformes y armas viejas con el fin de montar el espectáculo, orquestado por las oficinas delincuenciales de Medellín, lideradas en ese entonces por Diego Fernando Murillo, alias Don Berna.

Aseveró que sectores del alto Gobierno, alcalde y futuros alcaldes participaron en ese complot para -entre cosas- dar subsidios económicos a miembros de varias bandas criminales.

En torno a este tema, el diario El Tiempo recordó que desde un primer momento el supuesto desarme generó suspicacia, pues varios de los 855 presuntos paramilitares que fueron desmovilizados admitieron que los recogieron en los barrios de Medellín poco antes del montaje.

Incluso revelaron que se les ofreció dineros y hasta borrarles sus antecedentes penales, además de disfrutar de determinadas prestaciones sociales.

Por otra parte, Rendón Herrera señaló que Don Berna fue un narcotraficante que logró colarse en un controvertido proceso de paz impulsado por el Gobierno de Uribe.

Él (Don Berna) dijo que fue el creador de las paramilitares Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá junto con los hermanos Carlos y Vicente Castaño, pero nunca estuvo en la reunión donde se fundaron, refirió.

De acuerdo con El Alemán, Don Berna fue en busca de los Castaño, entre 1996 y 1997, para que le brindara seguridad, para posteriormente ordenar el asesinato de los dos.

A su vez, el exjefe paramilitar cuestionó duramente al excomisionado de Paz Luis Carlos Restrepo, por estos días bajo la lupa de la Fiscalía por otra falsa desmovilización, en este caso de presuntos guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

El Alemán incluso dijo esperar que lo llamen a declarar en las indagaciones preliminares abiertas contra Restrepo, quien se desempeño en el referido cargo durante la administración de Uribe.

Apenas dos episodios de los tantos que mantienen en entredicho la credibilidad del Estado colombiano, pues aún están latentes los escándalos por ejecuciones extrajudiciales de civiles, espionaje ilegal, desapariciones, vinculo de políticos con paramilitares y corrupción a altos niveles, entre otros.

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