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lunes, 24 de junio de 2013

Confesiones de un Hemingway canadiense en La Habana


Escrito por Charly Morales Valido   

Charly Morales Valido
Imagen activaLa Habana, 24 jun (PL) El actor canadiense Brian Gordon Sinclair se parece tanto físicamente al escritor Ernest Hemingway, que quienes lo han visto actuar creen que el mismísimo Papa les cuenta su vida.

Ese criterio perdura hoy en esta capital que el novelista hizo suya y amó como tal, pasión que Sinclair recreó en su pieza teatral La Habana Caliente de Hemingway, recién estrenada aquí.

El intérprete cumple así con lo que ha decidido sea su misión en la vida: en esencia, ser un legado vivo de Hemingway y promover los valores que el novelista no pudo por su temprana muerte.

"Y entre todos sus valores positivos, me interesa mostrar lo mucho que amó a Cuba y a los cubanos", aseguró Sinclair a Prensa Latina, poco antes del estreno en el Hotel Palacio O'Farrill.

La idea comenzó hace años, en una presentación más espontánea que elaborada que hizo en 2005 ante varios amigos en La Habana Vieja, con el Morro de fondo y el deslumbramiento de estar aquí.

"He seguido su ruta por el mundo, y La Habana es sitio obligado, con una magia especial, por eso cuando gané el concurso de dobles de Hemingway en 2001, saque pasaje y vine a conocerla", relató.

La obra exhibida aquí toma fragmentos de la serie "Hemingway en Escena: el camino a la libertad", que habla desde sus amoríos con Ava Gardner hasta como hacer "el carburador", el diabólico trago personalizado del escritor.

Amen de su parecido físico, Sinclair se acercó a la figura de Hemingway para desentrañar qué había más allá de las historias sobre cuánto bebía, cuántas mujeres perseguía o cuántos animales cazaba.

"Los estereotipos sobre Hemingway dejan una visión negativa que le hace poca justicia a su grandeza: en sus cartas personal hay un sentido de compasión y sensibilidad más poderosas", aseguró.

Asegura que aprendió mucho de las virtudes y defectos del autor, pero sobre todo aprendió a nunca demorar dos cosas: besar a una chica bonita y abrir una caja de whisky.

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