En riesgo, la democracia en AL: Rousseff
Responder a la crisis con unidad, llamado de Cristina Fernández
Ex presidentas de Argentina y Brasil inauguran el Foro Mundial del Pensamiento Crítico
▲ Cristina Fernández de Kirchner, y Dilma Rousseff, ex presidentas de
Argentina y Brasil, respectivamente, ayer en un foro de la octava
Conferencia Latinoamericana y Caribeña de Ciencias Sociales.
Buenos Aires. Ante miles de asistentes, las ex
presidentas Cristina Fernández de Kirchner, de Argentina, y Dilma
Rousseff, de Brasil, inauguraron la mañana de este lunes el Foro Mundial
del Pensamiento Crítico, con fuertes exposiciones; la primera llamó a
la unidad en respuesta a la grave crisis generada por el gobierno del
mandatario argentino, Mauricio Macri, que llevó al regreso del Fondo
Monetario Internacional (FMI) y provocó un enorme endeudamiento en los
pasados tres años, la segunda calificó de
ciclo trágico, lo que le espera a Brasil con Jair Bolsonaro, y remarcó que
la salida es tener un corazón antineoliberal y antifascista.
Al inaugurar el foro, como apertura de la Octava Conferencia
Latinoamericana y Caribeña de Ciencias Sociales (Clacso), Fernández de
Kirchner (quien gobernó entre 2007-2015), destacó: esta no es una
contra-cumbre –en referencia a la reunión del G-20 que empieza aquí el
primero de diciembre.
Como espacio progresista debemos acostumbrarnos a no presentarnos como la contra, sino como el espacio político y social que excede la categoría de izquierdas y derechas para ingresar decididamente en una nueva categoría de pensamiento, que es la de pueblo, dijo.
Resaltó que el gobierno de Néstor Kirchner (2003-2007) fue el único
que desendeudó al país y dijo que ambos defendieron los intereses
nacionales. Resaltó su visión sobre el neoliberalismo imperante, la
deuda extraordinaria que en estos tres años contrajo el gobierno de
Macri, y el desempleo.
Pocas veces en la historia se pueden contraponer dos modelos de gobierno con tan poco tiempo de diferencia, indicó.
“El neoliberalismo es una construcción política del
capitalismo…exacerba el individualismo y la meritocracia. Si tienes
trabajo es porque te lo ganaste, y si no, es porque no tienes la
capacidad. Ya no es un problema de Estado, es un problema tuyo”, afirmó.
Refiriéndose a los que preguntan por qué ha soportado el pueblo esta situación, sostuvo:
se aguanta el ajuste porque hay un colchón del entramado social que construimos nosotros.
Fustigó la gran manipulación de la prensa hegemónica, y el blindaje
levantado alrededor del presidente Macri, que oculta toda información
negativa para su gobierno así como las grandes protestas y las cifras
reales sobre la dramática situación social.
A llamar a la unidad, sentenció:
no puede haber una división entre los que rezan y los que no..., y apuntó contra
algunos Hitler modernos que acusan a los inmigrantes de tener la culpa de que no haya trabajo, al añadir que cuando se agota la argumentación del capitalismo en algunas sociedades comienzan a surgir los movimientos de extrema derecha que tratan de explicar los problemas encontrando culpables.
En su turno, Rousseff, quien fue víctima de un golpe de Estado
jurídico, mediático y parlamentario en agosto de 2016, advirtió que su
país y la región
corren el riesgo de salir de la democracia y entrar en un estado de excepción, con una variante neoliberal y neofascista.
Señaló que todos los países de América Latina deben preocuparse por
lo que pasa con el tema de la justicia, al advertir que la operación Lavado Rápido no se dedicó a combatir la corrupción, sino que se convirtió en una
justicia contra el enemigopara perseguir en su mayoría a los gobiernos progresistas.
Rousseff recordó que
la extrema derecha estaba latente en la sociedad brasileña, lo que hizo posible la victoria de Bolsonaro, y destacó que en la transición democrática de Brasil no se juzgó el proceso de terrorismo de Estado, lo que dejó grandes secuelas sociales, como
300 años de esclavitud. Agregó que la dictadura
siempre utilizó la violencia como método de control en Brasil.
Dijo que el encarcelamiento del ex presidente Luiz Inácio Lula da
Silva, favorito para ganar las elecciones, posibilitó que se llegara al
escenario actual, ya que era
inimaginable que en Brasil la extrema derecha ganara un proceso electoral.
Se refirió a la guerra sucia mediática, a la campaña masiva de las
redes sociales, a la utilización de mensajes de WhatsApp de forma nunca
vista para posicionar la figura de Bolsonaro y sus mensajes
neofascistas.
En esta mesa las acompañaron Nacho Levy, dirigente de la Garganta
Poderosa; José Mujica, ex presidente de Uruguay, y Nicolás Trotta,
rector de la Universidad Metropolitana para el Estudio y el Trabajo.
Foto Afp
Stella Calloni, Corresponsal
Periódico La Jornada
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