Caminata Migrante
▲ Centroamericanos abordaron el Metro luego de abandonar el refugio en Magdalena Mixhuca.
La calma vuelve a Ciudad Deportiva. Con la salida de mil
200 centroamericanos que viajan al norte con la segunda caravana, el
albergue habilitado en el estadio Jesús Martínez Palillo comenzó a
compactarse.
Una de las carpas, la más grande, fue deshabilidada. Debido que no se
prevé la llegada de más comitivas, las autoridades valoran trasladar a
los poco más de mil 417 migrantes que se quedaron a lugares cerrados
para evitar condiciones de frío y lluvia.
En su mayoría permanecieron los de la tercera comitiva que salió de
El Salvador. A ellos los acompaña el director del albergue migrante
Hermanos en el Camino, el sacerdote Alejandro Solalinde, quien prometió
–entre otros puntos– que el arzobispo de Canadá Leonardo Marín-Saavedra
vendrá la semana entrante para darles opciones laborales en su país.
No es mi intención quedarme acá, si Dios dice que hay ayudas verdaderas como las que hemos escuchado en Canadá o Estados Unidos, vamos a intentarlo, menciona Milton Figueroa, originario de El Salvador. Pese a haber formado parte de la primera caravana, optó por permanecer en el albergue de Ciudad de México en espera de las propuestas. A él, como a muchos, le han dicho que por medio de las iglesias lograrán trabajar en tierras canadienses, hasta ahora la oferta más llamativa.
No saben cuándo ni a dónde irán. Los menos, aquellos que estaban
enfermos o que buscan otro destino, dejarán el campamento en algún
momento del sábado.
Brenda Nicole, de El Salvador, y Carlos, de Honduras, miembros de la
comunidad Lésbico, Gay, Bisexual, Transgénero, Travesti, Transexual e
Intersexual (LGBTTTI) también se quedaron, pero para solicitar la
condición de refugio. Huyen de la discriminación e inseguridad y quieren
quedarse en Ciudad de México con la esperanza de tener una vida mejor.
Brenda quiere continuar con el trabajo que dejó en su país y que le
apasiona: ser estilista. Carlos busca convertirse en diseñador y hacer
la transición de hombre a mujer. Al preguntar si teme al machismo
mexicano, responde:
No tanto como en Honduras. Aquí (en México) existe, pero menos.
En el estadio Palillo se iniciaron las labores de limpieza. Hubo
quienes quisieron viajar más ligero y dejaron atrás chalecos, camisas,
faldas y hasta suéteres; todo en buen estado. El personal de limpia hizo
más de cuatro viajes con sendos tambos llenos, y afirman que tienen
prohibido llevarse alguna de las prendas.
La presidenta de la Comisión de Derechos Humanos capitalina, Nashieli
Ramírez Hernández, explicó que desde hace años Ciudad de México cuenta
con la experiencia de albergar caravanas con entre mil 200 y 2 mil
personas, además de que existe una amplia red de albergues migrantes.
La segunda caravana retomó el camino a la frontera y se enfiló a
Querétaro, donde pasarán la noche en el estadio Corregido-ra para luego
dirigirse a Guadalajara, Jalisco.
Del albergue en Iztacalco tomaron el Metro y llegaron a la terminal
Cuatro Caminos. De ese punto se dirigieron a la autopista
México-Querétaro, donde los poco más de mil 200 bloquearon
momentáneamente el camino ante la imposibilidad de conseguir transporte.
Con la intervención de la Comisión Estatal de Derechos Humanos se logró
que una empresa de transportes dispusiera de 50 autobuses para
llevarlos a Tepeji del Río.
Foto Alfredo Domínguez
Ana Langner
Periódico La Jornada
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