"No nos quedemos atrapados en la historia", señaló Obama en conferencia de prensa ofrecida en Santiago junto a su homólogo chileno, Sebastián Piñera.
"No puedo hablar de las políticas del pasado", remarcó el mandatario norteamericano, quien dijo prefería hablar del presente y del futuro, juicio compartido por el gobernante anfitrión.
Apenas quedó tiempo para los temas del futuro y por tanto no nos remontamos al pasado, acotó el titular del Ejecutivo chileno.
En la antesala de su llegada a Chile parlamentarios, organizaciones de la izquierda, agrupaciones defensoras de los derechos humanos, el Colegio de Profesores, autoridades del pueblo mapuche y líderes estudiantiles le solicitaron a Obama se excusara por el protagonismo de la Casa Blanca en el golpe militar del 11 de septiembre de 1973.
Que Obama parta por pedirnos perdón a todos los latinoamericanos y en particular al pueblo de Chile por la Operación Cóndor y por el golpe de 1973 que significó la muerte de miles de personas y una cantidad todavía no conocida exactamente de detenidos desaparecidos, subrayó el presidente del Partido Comunista, Guillermo Teillier.
"Exigimos que antes de cualquier cosa al menos haya un viso de arrepentimiento, insistió el timonel de los comunistas chilenos, opinión refrendada por Lorena Pizarro, presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos.
Estados Unidos fue el responsable del terrorismo y del exterminio en Chile, sostuvo Pizarro, quien llamó a desclasificar los archivos de la CIA que aún mantienen bajo el manto de la impunidad a genocidas del terrorismo de Estado en América Latina.
En carta circulada en esta capital más de una veintena de líderes indígenas instó de igual modo a Obama a explicar por qué se ejecutaron a lonkos (autoridades locales) mapuches y dónde están los detenidos desaparecidos y dirigentes políticos de la Unidad Popular que fueron víctimas de la intervención del gobierno norteamericano en 1973.
Para el escritor chileno Ariel Dorfman, durante su visita al país suramericano el presidente de Estados Unidos debió familiarizarse con lugares como Villa Grimaldi, una casa de tormentos donde ahora se yergue un centro para la paz.
O tal vez, agregó el reconocido hombre de letras, debió ceder 10 minutos de su programa para visitar el Museo de la Memoria, donde hay exhibiciones que denuncian el terrible pasado de Chile.
Washington ayudó, alentó y financió aquella tragedia, la caída del Gobierno democráticamente elegido de Allende y la trayectoria dictatorial de (Augusto) Pinochet, enfatizó Dorfman.
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