Por Christopher S. Stewart y Russell Adams
The Wall Street Journal
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Donald Graham pasa largos períodos de tiempo en Facebook, compartiendo con sus 4.888 amigos sus intereses personales. Pero el presidente ejecutivo de Washington Post Co. comparte mucho más con uno de esos contactos: Mark Zuckerberg, el fundador de la red social.
Los dos hombres -con una diferencia de edad de 39 años- han formado una relación inesperada tendiendo un puente entre dos plataformas de comunicación enormemente diferentes. La hija de uno de los ejecutivos que trabaja con Graham, que había ido a la Universidad de Harvard con Zuckerberg, los presentó en 2005 y ahora cada uno sirve de mentor al otro.
La perspectiva de Zuckerberg, de 27 años, sobre las redes sociales como un medio para compartir noticias ha tenido una amplia influencia dentro de Post Co., la casa editorial de The Washington Post, que tiene un valor de mercado de US$2.900 millones.
Zuckerberg, por su parte, ha pasado varios días en las oficinas del magnate de los medios para aprender más sobre la vida de un presidente ejecutivo. Desde 2009, Graham, de 66 años, ocupa un asiento en la junta directiva de Facebook. Muchos calculan el valor de la compañía en alrededor de US$100.000 millones.
“Don tiene ideas y preguntas que le gusta intercambiar con Mark y Mark igualmente busca consejos de Don”, dice una persona cercana a la familia Graham. “Tienen una relación muy cercana enfocada en asuntos y dilemas de negocios”.
Sin lugar a duda, Post Co. atraviesa muchos dilemas por estos días. La principal fuente de ingresos de la compañía, su negocio de educación Kaplan, que ofrece títulos universitarios de pregrado y postgrado además de preparación para pruebas estandarizadas, ha estado en la mira del gobierno, que ha establecido nuevas regulaciones diseñadas para restringir a escuelas con ánimo de lucro. En 2010, la compañía vendió la revista Newsweek por US$1.
Durante gran parte de las últimas cuatro décadas, Graham recurrió a su amigo Warren Buffett en busca de asesoría. Pero la astucia de Zuckerberg con Internet lo convierte en un guía valioso en el futuro del mundo digital, aunque Graham tiene suficiente edad para ser su padre.
“Warren es único”, dice Graham sobre el presidente de la junta directiva de Berkshire Hathaway Inc. “Mark es un asesor distinto”.
Zuckerberg ha ayudado a Graham a reflexionar acerca de distintas iniciativas de Internet en las que Post Co. ha intentado utilizar el poder de Facebook y de otras redes sociales.
A mediados de 2010, por ejemplo, la compañía comenzó a desarrollar Trove, que permite a los usuarios generar una página de noticias en torno a sus intereses, utilizando información de sus perfiles de Facebook como punto de partida. Cuando Graham le contó a Zuckerberg acerca del inminente lanzamiento de Trove, los dos hablaron sobre otras maneras en que Post Co. podía usar la misma tecnología. Las conversaciones contribuyeron a la creación de Social Reader, una aplicación que permite que los amigos en Facebook de los usuarios vean qué artículos están leyendo. Desde su lanzamiento en septiembre, más de siete millones de personas la han descargado.
Ni siquiera Graham tiene claro cómo esta incursión en las nuevas tecnologías beneficiará a la compañía en los próximos meses y años.
“Quizás estoy siendo demasiado influenciado por pasar tanto tiempo en reuniones de directorio de Facebook”, dijo Graham. “No es la solución para los ingresos. Es un experimento”.
Post Co. no es el la única casa editorial que busca utilizar el poder de la red social. Tanto The Guardian como The Wall Street Journal recientemente lanzaron aplicaciones de Facebook para ofrecer contenido gratuito. Por su parte, The New York Times se ha unido a Google Inc. en años recientes para explorar nuevas formas de presentar sus noticias en línea.
Vijay Ravindran, el director digital de Post Co., dijo que la creciente importancia de Facebook y de las redes sociales para los sitios de noticias se asemeja a lo que Google y los motores de búsqueda representaron para los medios hace una década. Los que no incorporaron el poder de Google y la optimización en buscadores en ese entonces, “han pagado las consecuencias en la segunda mitad de la década”, agregó. “Facebook es una cosa seria y sólo seguirá creciendo. Apostamos a ello”.
En su primer encuentro hace siete años, en las oficinas del Post, Zuckerberg le explicó a Graham su negocio, que en ese entonces funcionaba desde su dormitorio universitario. Graham recuerda haber tenido “una fuerte reacción” e inmediatamente intentó invertir en él. “Fue la única vez en mi vida que pensé en hacer una inversión de riesgo”, dice Graham. Aunque al final la inversión no funcionó (otra parte ofreció más dinero), los dos empezaron a compartir sobre el futuro de sus negocios.
En 2007, conforme Facebook crecía, Graham recuerda haber recibido un e-mail de Zuckerberg: “Ya soy presidente ejecutivo”, escribió el joven, “y me gustaría seguirte para ver lo que haces”.
Zuckerberg visitó a Graham en Washington por algunos días. Asistió a reuniones ejecutivas, a una conferencia de inversionistas, paseó por la redacción, y se sentó en la oficina de Graham. “Fue muy divertido”, dijo Graham.
Al final de 2008, Zuckerberg le pidió a Graham a que se uniera a la junta directiva de Facebook, señalando que admiraba su compromiso de levantar Post Co. en torno al propósito de “crear una sociedad más abierta y comprensiva”, y “no sólo un negocio”.
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