Por Ricardo Arturo Salgado Bonilla, Miembro de la Comisión Política Francisco Morazán, FNRP
Rebanadas de Realidad - Tegucigalpa, 21/01/12.- Mientras los empresarios locales se rasgan las vestiduras diciendo que Petrocaribe no es conveniente para Honduras porque abre la posibilidad de que otro país se entrometa en la política doméstica nacional, en una acción rutinaria para los funcionarios de Estados Unidos, pero trágica para los hondureños, un avión “especial” se lleva al Porfirio Lobo Sosa(Presidente de la Republica) y a Juan Orlando Hernández(Presidente del Congreso Nacional) a reunirse con personajes de segunda y tercera categoría en el engranaje imperial, y, después de unas cuantas horas de “reunión”, ellos aprueban otra “reforma constitucional”, esta vez para legalizar la extradición a Estados Unidos de ciudadanos hondureños (los extranjeros en Honduras ya podían ser extraditados).
La justificación que dan a su regreso los mencionados personajes, es que Estados Unidos apoyará a Honduras en materia de seguridad. Pero los norteamericanos, del pentágono, de la CIA, de la DEA, del Southcom, de la NSA han estado aquí por décadas, ¿Cuál es la novedad? Pues hay ya en marcha una conspiración, iniciada con el golpe de Estado del 28 de junio de 2009, y que se activa hace unos días en Nicaragua, donde un sacerdote “denuncia” que hay tráfico de armas hacia fuerzas irregulares en Honduras “afines” al presidente Zelaya [1]; tres días después, en un acto de diligencia desconocido hasta ahora, el ministerio publico inicia una investigación “de oficio” de esta denuncia; antes de una semana se allana el camino para abordar la cuestión de la extradición.
Históricamente, ni los gringos, ni sus sirvientes locales necesitaron de un argumento jurídico para llevarse a personajes que consideraban perjudiciales a sus interés; en 1988, por ejemplo, extraditaron al señor Ramón Mata Ballesteros, quien aún guarda prisión en los Estados Unidos, dizque por su responsabilidad en la muerte de un agente de la DEA (En realidad la trama es mucho más compleja e involucraría altos jefes militares hondureños [2]). No hace más de un año, la cancillería hondureña entrego a Estados Unidos un supuesto submarino [3] del narcotráfico, con hondureños a bordo, en un acto tácito, ilegal y descarado de extradición, por el cual, el flamante canciller nunca tuvo que responder judicialmente. En suma, la extradición, implícita en la reforma constitucional no es el motivo central de la misma; la dedicatoria va en otra dirección.
Como dijimos al principio todo parte de una estrategia muy estructurada; la matriz está formada hace varios meses; de hecho, los mapas que mostraran los militares hondureños señalando “los puntos ciegos” por donde “entran” las armas, y quienes las reciben, ya están listos, al menos, desde febrero de 2010. Hay que recordar la irrupción, hace pocos meses, de fuerzas militares (policiales o militares, en Honduras es lo mismo) en la propiedad de un político del partido libre, sin ninguna explicación ni orden judicial alguna. Además, la matriz de la operación incluye otros factores más difíciles de captar a primera vista.
Una señal “extraña” es la aparición en un medio afín a la resistencia al golpe de Estado del ex candidato liberal a la presidencia de la republica Elvin Santos, en el que hace un despliegue de dramatismo, pidiendo perdón en reiteradas ocasiones, y argumentando que el jamás tuvo que ver en la conspiración de la asonada militar, dirigida desde Washington, contra la administración del presidente José Manuel Zelaya Rosales. Ahora, sin mayor esfuerzo, el escenario político mediático muestra un precandidato del opus dei de extrema derecha, y un ex candidato gritando el mea culpa, dos alas opuestas “artificialmente”, también necesarias para completar la estratagema que ya se encuentra en desarrollo. Por supuesto, los medios de comunicación jugaran un papel fundamental para iniciar una campaña sistemática de “destrucción” de imagen de algunos líderes de la resistencia, y el vacío que teóricamente dejaran estas, será cubierto por la renovada apariencia transformadora del hombre que ha “renunciado” a ser presidente de Honduras, porque busca la unidad nacional.
La reforma deja abierta una puerta para la maniobra de los Estados Unidos, no tanto para actuar contra el narcotráfico, el cual ve y golpea cuando le conviene, sino para centrar sus ojos en el llevado y traído “terrorismo”, definición que ellos manejan a su antojo y utilizan constantemente para castigar a quienes les estorban. La idea de construir una escenario en el que se acusa de terrorismo a altos dirigentes del Partido Libertad y Refundación (cuya inscripción misteriosamente ha sido bastante expedita), incluyendo al propio coordinador general, a quien la inteligencia gringa bien puede fabricar rápidamente perfiles terroristas (aunque no hay que descartar que lo hagan por narcotráfico).
La diligencia de las autoridades hondureñas en cumplir con las ordenes de Washington, deja como secuela, además, que los verdaderos capos de las mafias de narcotraficantes y del crimen organizado están a buen resguardo, sin correr ningún riesgo de llegar a rendir cuentas por sus crímenes; se impone la agenda estratégica de los Estados Unidos y las transnacionales, que buscan agredir a Nicaragua, Venezuela, Cuba y la misma Honduras. Mientras tanto, la inseguridad interna queda relegada a un segundo plano. La idea de traer asesores militares de Colombia, Chile y los Estados Unidos (fácil pensar en “querubines” expertos en torturas y asesinatos), no es novedosa, ya en el Bajo Aguan operan paramilitares colombianos en acciones de “limpieza”, que recién ayer cobro la vida de Matías Valle [4], ex vicepresidente del Movimiento Unificado de Campesinos del Aguan, MUCA, donde hace varios meses hay un inusitado despliegue militar, no solo del ejército hondureño, y donde debemos esperar en las próximas semanas una verdadera tragedia humana.
La conspiración está en marcha, el objetivo es desmantelar la fuerza de transformación en Honduras; esta tarea no es nueva, desde el comienzo de la organización se ha notado la presencia del sabotaje de la derecha local con apoyo norteam, ahora la alerta para América Latina, y para el pueblo hondureño, ellos planean el último round, los lacayos hondureños hacen su parte con gran entrega, se impone la organización del pueblo, y la denuncia internacional. La paz en el continente no es posible mientras estos señores conspiren y masacren nuestra gente con tanta alevosía; también queda claro que 2012 no será un año de dialogo en Honduras.
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