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miércoles, 2 de noviembre de 2011

Democracia en El Salvador por los suelos

Desesperación ciudadana por resultados inmediatos influye en la pérdida de confianza en el sistema democrático  
Por Gerardo Arbaiza
SAN SALVADOR – El Salvador ha sido incluido en una lista de 14 países latinoamericanos en los que la percepción de la democracia entre la población ha caído con respecto al año anterior.
Dicho listado está contenido en el informe 2011 de la Corporación Latinobarómetro sobre la democracia en la región, divulgado el pasado lunes en la capital salvadoreña.
El informe de 112 páginas fue hecho a partir del análisis de más de 20 mil encuestas extendidas en 18 países, y contiene diversos indicadores sobre la percepción de los latinoamericanos en torno a temas políticos, económicos, sociales, de seguridad, de trabajo de las instituciones, entre otros.
En lo concerniente a la percepción que tiene la población ante su sistema democrático, el informe indica que ésta ha decaído en El Salvador con respecto al año 2010, de un 59 por ciento a un 55 por ciento de este año, resultando en un descenso  del 4 por ciento.
El caso más crítico en este rubro lo representa Guatemala, con una caída de 10 puntos porcentuales (del 46 al 36 por ciento) en la percepción de la democracia de 2010 al presente año.
A este indicador se le une el de aprobación de la gestión presidencial, que decayó 8 puntos porcentuales, de un 71 por ciento reflejado en el 2010, a un 63 en el año en curso.
El documento explica que dichas percepciones están influidas por varias causas, principalmente por la economía y la seguridad, la cual es considerada la principal problemática que obstaculiza el progreso en la región.
Al respecto, el analista y firmante de los Acuerdos de Paz, Roberto Cañas, comenta que el salvadoreño percibe que la política y los políticos no contribuyen a la solución de problemas coyunturales, como la economía, la seguridad ciudadana, y ahora el medio ambiente.
El educador cuestiona además que la democracia electoral en el país no ha evolucionado como debiera, debido a que no se ha profundizado en mecanismos como el voto residencial y en el exterior, agregado a que el país no cuenta con una Ley de Partidos Políticos.
En ese sentido, el Latinobarómetro 2011 señala que el 63 por ciento de los encuestados considera que los partidos políticos son imprescindibles para la democracia, aunque solo el 39 por ciento se manifestó arraigado a un partido político en específico.
Ramón Villalta,  director ejecutivo de Iniciativa Social para la Democracia (ISD), opina que la cultura política y el deseo de participación del salvadoreño ha venido en aumento en los últimos 10 años, amparándose en los datos de las encuestas del Instituto Universitario de Opinión Pública de la UCA (IUDOP).
Villalta agrega que esta mayor cultura política le ha hecho entender al salvadoreño cómo funciona la democracia, y que ésta debería propiciar mayor desarrollo económico, algo que a su juicio no ha sido así.
“Se han perdido espacios de diálogo y concertación, y la población percibe que la forma de gobierno se asemeja más a la de un gobierno autoritario”, apuntó Villalta.
Ese apartado también se contempla en el Latinobarómetro, el cual refleja en uno de sus indicadores que el 23 por ciento de la población le da igual si es gobernada por una democracia o un gobierno de corte autoritario.
“Ésa es una tendencia peligrosa, a que no importa quien sea el gobierno que garantice el orden público y seguridad (…) No importa si gobierna solo para un sector, lo que le parece importar a la población es que se aparente que todo marcha bien”, sentenció en ese aspecto Roberto Cañas.
Democracia a la “American Way”
La percepción tan pobre que el salvadoreño tiene de su democracia también se refleja en la calificación  de 6.3 que le dan los encuestados y que aparece reflejada en el Latinobarómetro 2011.
Al respecto, Uruguay encabeza el indicador sobre la ponderación que se le da a su democracia desde el interior, con una nota de 7.7, mientras que Honduras otorga la calificación más baja a su sistema democrático, la cual es de 5.2.
La encuesta utiliza un mecanismo comparativo de la calificación de la democracia de su país, con las democracias de Estados Unidos (sistema bipartidista, presidencialista y bicameral), España y Canadá (Monarquías parlamentarias), Venezuela (Democracia en la que su presidente se ha reelegido varios períodos) y Cuba (Régimen controlado por un único partido con personería legal).
Los salvadoreños encuestados conciben que tanto Estados Unidos, Canadá y España son paradigmas que la democracia local debería seguir, calificándolas con un 7.0 y un 6.8 respectivamente.
Ramón Villalta explica esta tendencia, aduciendo que es influida por la población residente en el exterior, la cual está casi en su completo disgregada en la Unión Americana.
 “Cuando los residentes en Estados Unidos comentan el grado de eficiencia que tienen las instituciones allá y el respeto a los derechos civiles, hay un punto de referencia más claro e inmediato en el salvadoreño sobre la democracia estadounidense que con la de los otros países”, expresó.
Por su parte, Roberto Cañas analiza que tanto el modelo estadounidense, como el canadiense y el español, no presentan acceso a democracias participativas con todos sus atributos, y que ninguna puede ser un paradigma para El Salvador.
Cañas considera que El Salvador basa su ideal de democracia en aquellos países que tienen eventos electorales a los que concurren la totalidad de su población habilitada a votar, pero que no cuentan con formas más directas de participación ciudadana.
“Ninguna de esas tres democracias cuenta con el plebiscito, el referéndum, la iniciativa de ley ciudadana. Ninguno de esos tres modelos me satisface”, dijo.

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