En esa zona existe una "esclavitud enajenante y vergonzante para un país que sube a lo más alto de las instituciones planetarias a decirle al planeta que aquí respetamos los derechos humanos", afirmó la legisladora por el opositor Partido Acción Ciudadana, Carmen María Muñoz.
El congresista por el Frente Amplio, José María Villalta, corroboró la depredadora manera de tratar la tierra para el cultivo en el área, el cierre o sequía de importantes riachuelos, la contaminación de ríos, la violación de las leyes ambientales, y la ausencia total de institucionalidad.
Ambos ratificaron la persecución contra quienes procuran organizarse en sindicatos, el pago de salarios por debajo del mínimo establecido, cambios arbitrarios de horarios y de paga, y otros maltratos a los derechos de los miles de obreros costarricenses y nicaragüenses que laboran en la zona.
Los empleados de las piñeras son expuestos, además, a largas jornadas y a toda clase de químicos con los cuales riegan venenos, incluso algunos ilegales o sacados de circulación por contaminantes.
Es como si San Carlos, en Huetar Norte, fuese otra Costa Rica, concordaron e invitaron a sus colegas a viajar y comprobar que "en ese país se violan todos los días y a toda hora los derechos humanos de cientos y miles de trabajadores".
No hay comentarios:
Publicar un comentario