Monterrey. La caravana de madres centroamericanas de desaparecidos en México condenó en San Fernando, en el norteño estado de Tamaulipas, el “desinterés” del Gobierno por la violencia que afecta a los indocumentados que buscan llegar a EE.UU.
El grupo de 33 madres procedentes de Honduras, El Salvador y Nicaragua, que empezó la caminata el 30 de agosto pasado, celebró una misa en el rancho San Fernando, en el municipio homónimo donde fueron masacrados 72 inmigrantes en tránsido el 24 de agosto de 2010 por miembros de la banda criminal de Los Zetas.
“Las madres levantaron un altar de muertos con gorras y zapatos que fueron encontrados en el rancho San Fernando, objetos que evidencian la masacre que allí ocurrió”, informó Rubén Figueroa, coordinador de la caravana.
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