Lázaro Fariñas*
Articulo especial para ArgosIs-Florida, EEUU
Los partidos socialistas y social demócratas europeos y latinoamericanos tal parece que, en vez de estar integrados por verdaderos socialistas, están integrados por liberales estadounidenses. La derecha les mete tres gritos, e inmediatamente se esconden abajo del buró. Son como cuerpos sin columna vertebral.
Al pasar los años, de tanto querer pasar por moderados y demócratas, se han convertido en algo así como cerebros sin materia gris. Por defender la democracia representativa a ultranza, la ideología se ha ido a bolina y sus propuestas de economía de mercado y libre empresa los han alejado cada vez más de los principios del socialismo. Son capitalistas con el nombre de socialistas. La antigua internacional socialista debiera cambiar su nombre por la internacional capitalista, ya que, de socialista, sólo le queda el nombre.
Quisiera que alguien me explicara qué diferencias existen entre el PSOE y el PP, esos dos grandes partidos que se reparten el poder en España desde la muerte del dictador Francisco Franco. Es prácticamente imposible definir cuándo termina uno y empieza el otro, ya que funcionan paralelamente o fundiéndose mutuamente. Desde que empezó la tan cacareada transición democrática en aquel país, la imagen de uno es igual que la imagen del otro.
Hoy en día no es muy distinto lo que dice Rajoy el presidente del PP, de lo que dice Zapatero, el del PSOE. Es maravilloso ver como Zapatero sale a defender virulentamente a los líderes del PP, cuando a éstos se les critica internacionalmente, mientras los populares, alientan a sus aliados en los foros internacionales a que desprestigien a los líderes socialistas. Los debates en el parlamento español mucho se parecen a los debates internos de cualquier partido político.
No hay diferencias ideológicas. Los programas políticos son los mismos y sus propuestas económicas y sociales tienen muy pocas diferencias. ¿En qué cambia España cuando los socialistas llegan al poder? Ambos hacen lo que sea con tal de conseguir la presidencia del gobierno, pero cuando llegan a ocuparla, las estructuras sociales, políticas o económicas siguen iguales. No son más que dos facciones dentro del mismo partido en la lucha por el poder.
Lo mismo que en Europa y América Latina, los partidos socialistas y socialdemócratas del mundo se han aburguesado tanto como se han corrompido. En esta parte del Atlántico los partidos que se hacían llamar de izquierda democrática han quedado totalmente desprestigiados. El ejemplo más clásico fue el de Acción Democrática en Venezuela, que terminó siendo una cueva de ladrones y corruptos.
Durante tiempo tuve una buena relación con muchos de los llamados líderes de esa izquierda democrática. A algunos de ellos, hasta los visitaba en sus residencias particulares. En realidad, en sus conversaciones no salía ni una sola palabra sobre el socialismo que decían practicar. Los que conocí, vivían como burgueses muy bien acomodados, y lo único que les interesaba era llegar al poder para enriquecerse aun más de lo que estaban.
Tanto los partidos europeos como los latinoamericanos que aún quedan se siguen dando golpes de pecho diciendo que defienden la justicia social y los derechos humanos. Critican a Cuba públicamente, acusándola de violadora de esos derechos, como si fueran ellos santos varones en la defensa de los mismos. Son hipócritas y fariseos incapaces de liderar una campaña en contra de los Estados Unidos, cuando este país comete las atrocidades que muchísimas veces ha cometido.
¿Dónde está la campaña de estos partidos contra lo ocurrido en la Base Naval de Guantánamo o en las cárceles de Irak? ¿Dónde estuvieron cuando la masacre del famoso carachazo en la época de Carlos Andrés Pérez en Venezuela? ¿O en la represión en el Perú de los Apristas? Ah, pero si se trata de Cuba, enseguida se montan en la campaña mediática para atacar a la isla.
Cuba tiene miles de médicos regados por el mundo, salvando vidas y devolviéndole la vista a otros tantos, pero en el mejor de los casos, estos llamados socialistas no lo reconocen públicamente y aunque dicen estar en contra de la política de bloqueo de los Estados Unidos contra Cuba, son incapaces de montar una campaña para tratar de que ésta sea cambiada.
En el parlamento europeo, se unen a la derecha fascistoide para condenar a Cuba. ¿Por qué no hacen lo mismo para condenar a los Estados Unidos por las cárceles secretas desplegadas por Europa? Parece que los llamados socialistas europeos juegan con la cadena, pero no se atreven a jugar con el mono. Cuando se atrevan a hacerlo, quizás se puedan respetar un poco. Mientras, por su cobardía y su hipocresía, no lo merecen.
*Lázaro Fariñas…
Periodista cubano radicado en la Ciudad de Miami, FL, EEUU… Colaborador del Diario cubano Juventud Rebelde…
No hay comentarios:
Publicar un comentario