En
el estado de Río de Janeiro, donde recientemente el gobernador
Francisco Dornelles decretó el "estado de calamidad pública" por la
situación de las finanzas públicas, la idea es privatizar la compañía
que se encarga del suministro y tratamiento de agua.
La Compañía
Estadual de Aguas y Alcantarillado (CEDAE en sus siglas en portugués)
está en el punto de mira de las autoridades, que en 2017 pretenden abrir
una concesión para que la gestione la iniciativa privada.En São Paulo el gobierno del estado pretende dejar en manos de la iniciativa privada la línea 15 del metro, una obra presupuestada en 6.900 millones de reales (2.000 millones de dólares), que tras seis años de atrasos apenas ha conseguido inaugurar dos de los 26 kilómetros previstos.
Después
de Río de Janeiro el estado de Río Grande do Sul es otro de los que
atraviesa más dificultades; a fecha del pasado mes de diciembre debía
casi 52.000 millones de reales (15.300 millones de dólares) al gobierno
central.
Allí, el gobierno estadal pretende privatizar la Compañía
Estadal de Energía Eléctrica (CEE) y la Sulgás, mientras que en el
estado de Minas Gerais también podrían privatizarse las empresas
proveedoras de energía eléctrica (Cemig) y de gas (Gasmig).Los estados de Goiás y de Espírito Santo también barajan operaciones similares, según informaciones del diario "O Globo".
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El plan de privatizaciones se enmarca dentro de las negociaciones que el gobierno interino de Michel Temer ha llevado a cabo con los gobernadores de los estados en las últimas semanas para que renegocien su deuda con el estado central.
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