Por Miguel Fernández Martínez
La
Habana, 28 jun (PL) La sentencia dictada contra el exteniente chileno
Pedro Barrientos, acusado del asesinato del cantautor Víctor Jara, dejó
abierto el camino para seguir indagando sobre lo que ocurrió en Chile
durante el golpe militar en 1973.
Un jurado federal en Orlando, Florida, condenó la víspera a Barrientos
como responsable de la tortura y ejecución extrajudicial del popular
músico, poeta, y activista político chileno, en los primeros días del
golpe militar encabezado por el general Augusto Pinochet contra el
presidente Salvador Allende hace 43 años.
El tribunal federal
ordenó al acusado pagar 28 millones de dólares a la familia de Jara,
para saldar los daños y prejuicios provocados por el crimen, así como
dejó abierta una puerta para que el criminal pueda ser extraditado a
Chile en caso de otras demandas judiciales en su contra.
Para
Barrientos queda pendiente en su país natal, una demanda establecida por
el juez Miguel Vázquez, quien dictó diferentes cargos que van desde
homicidio y secuestro calificado, secuestro simple y encubrimiento,
también vinculados a la muerte del trovador chileno.
Este
represor, de 67 años de edad, naturalizado como ciudadano de Estados
Unidos y residente en el poblado de Deltona, cerca de la ciudad de
Daytona Beach, en Florida, vive en el país norteño desde 1989, respondió
ante las cortes en virtud de una ley que busca ayudar a víctimas de
violaciones de derechos humanos cometidas en el extranjero.
Según los registros de los servicios de inmigración estadounidenses, el
exmilitar chileno no declaró su vinculación con las fuerzas armadas
golpistas, ni su participación en los procesos de torturas y asesinatos
en el estadio de Santiago de Chile.
La demanda civil, presentada
por Joan Jara, viuda del cantante chileno, y sus hijas Manuela y
Amanda, estuvo representada por el Centro de Justicia y Responsabilidad
(CJA), organización legal con sede en San Francisco, California, y el
bufete de abogados Chadbourne & Parke, de Nueva York.
La
querella contra Barrientos se llevó a las cortes en 2013, bajo la Ley de
Protección de víctimas de la tortura, diseñado para enjuiciar a los
violadores de derechos humanos que viven en Estados Unidos, finalmente
presentado ante los tribunales en Orlando, el pasado 13 de junio.
Durante el proceso judicial, Barrientos negó conocer al popular
cantautor y haber estado en el estadio santiaguino, convertido en centro
de torturas, en el momento del asesinato.
La fiscalía rebatió
los argumentos del exoficial, a partir de testimonios grabados en Chile
de seis exsoldados leales a la junta militar encabezada por Pinochet,
quienes aseguraron haberlo visto en las instalaciones deportivas al
menos 20 veces entre esos días.
Resaltó la declaración del
exsoldado José Navarrete Barra, quien afirmó que Barrientos llegó a
jactarse del crimen que había cometido. "Él dijo muchas veces que había
matado a Víctor Jara", aseguró el militar en el video.
Joan Jara
nunca perdió la esperanza que el asesinato de su esposo fuera
presentado ante las cortes de justicia. Tuvo que esperar más casi 40
años para escuchar un veredicto condenatorio en Estados Unidos, a pesar
de haber presentado una demanda criminal en Chile en 1978.
"Es
el inicio de la justicia para toda esa gente, para los familiares en
Chile que están esperando conocer el destino de sus seres queridos, y
que por muchos, muchos años han querido justicia y conocimiento, como
nosotras", declaró la viuda de Jara al periódico británico The Guardian.
Por su parte, Almudena Bernabéu, abogado del CJA, y que dirigió la
investigación del caso, afirmó estar profundamente satisfecha con el
veredicto.
"Este veredicto no es el fin, sino un comienzo para
trabajar hacia la extradición o expulsión de Barrientos y encontrar
plena justicia para la familia de Jara".
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