Bajo la lupa
Alfredo Jalife-Rahme
En vísperas de la reunión 44 del cada vez más alicaído Foro Económico Mundial de Davos, cumbre de la plutocracia global –donde asiste el “México neoliberal itamita” que exhibe una de las peores distribuciones de la riqueza del planeta, según el conspicuo coeficiente o índice de Gini–, ahora con presencias poco destacadas y los propagandistas aburridos de costumbre, la organización caritativa Oxfam, con sede en Oxford, publicó un reporte desalentador sobre el crecimiento de la desigualdad social sin precedentes.
André Damon y Barry Grey, del portal WSWS (21/1/14), dieron la importancia que se merece a la perturbadora publicación que fustiga que los plutócratas, que acaparan su riqueza mediante la evasión de impuestos en los paraísos fiscales, controlan el poder político e imponen las reglas del juego económico que socavan los cimientos democráticos. Sólo 85 hombres (sin mujeres) en el mundo
controlan tanta riqueza como el fondo de 50 por ciento de la población mundial: ¡3 mil 500 millones de personas!: el “1 por ciento más rico hoy controla 46 por ciento de la riqueza mundial: que equivale a 110 millones de millones de dólares… 65 veces la riqueza total del fondo de la mitad de la población mundial”.
La gráfica es aterradora y comprende dos periodos: el de 1980 y el lapso de 2008 (supuesto inicio de la
crisis global) hasta 2012 (http://es.scribd.com/doc/201576846/Ricos). Existe otra gráfica
competitivade otra fuente financiera que exhibe en forma dramática el desplome de la clase media en el mundo desarrollado en la década de los 70, al unísono del auge exponencial de la
elite global(http://es.scribd.com/doc/201576461/Global-Income-1988-2008).
A juicio de Damon y Grey, el
enriquecimiento de la elite financierase aceleró desde el desplome de Wall Street en 2008: su riqueza se duplicó mientras más de mil millones de personas viven con menos de un dólar al día y más de 3 mil subsisten con menos de 2.5 dólares al día.
El problema radica en que
cada decisión política es dictada por la necesidad de proteger y aumentar la riqueza de una porción infinitesimal de la población mundialen conjunción a la
manipulación del dinero, la especulación y estafas descaradas, esencialmente actividades criminales que son destructivas de las fuerzas productivas. Tal plutocracia global está
apuntalada por un ejército de políticos sobornados, académicos (sic) apologistas y espíasque son militaristas a ultranza,
virulentamente hostiles a la población, y despreciativos de los derechos democráticos.
Los gobiernos están consagrados a preservar la riqueza de la plutocracia global en detrimento del 99 por ciento de la población local/regional/global.
Otra gráfica exhibe la relación entre la desregulación financierista y la desigualdad en Estados Unidos (EU) (http://es.scribd.com/doc/201579596/relacion).
Damon y Grey hacen eco a las estrujantes revelaciones de Edward Snowden, ex contratista de la Agencia de Seguridad Nacional de EU (NSA, por sus siglas en inglés), de que la plutocracia global y los gobiernos que controlan se encuentran
petrificados ante el prospecto de una revolución socialpor lo que edifican la
infraestructura de un Estado policiaco totalitario global.
¿Dónde viven los plutócratas?: en EU (42 por ciento), Japón (8), Francia (7), Alemania (5), Gran Bretaña (5), Italia (5); en China (4), Australia (4), etcétera (http://es.scribd.com/doc/201582591/Where).
Damon y Grey aducen que la
elite adinerada está perseguida por el espectro del levantamiento social y la revolucióny fustiga el travestismo de entidades que se denominan de
izquierda, pero que operan en favor de la plutocracia global en EU, Francia, Alemania y Grecia (le faltó citar a los apodados chuchos de México).
Edward Snowden, ex contratista de la Agencia de Seguridad Nacional
estadunidense, retratado el 9 de junio pasado en Hong KongFoto Ap
Hasta un apologista del sistema capitalista, Martin Wolf, economista en jefe del rotativo neoliberal The Financial Times (14/1/14), confiesa que las
elites fallidas amenazan nuestro futuro, lo cual presagia la creciente amenaza de una revolución social: la
economía globalizada y la elite financiera se han vuelto más desprendidos de los países de donde son oriundosen medio de una
mayor plutocracia.
Wolf comenta que los
líderes remunerados generosamente por su mediocridad no pueden ser confiables cuando las cosas empeoren. Considera que existen
tres fracasos visibles:
1) la mayor parte de las elites económicas, financieras, intelectuales (sic) y políticas no entienden las consecuencias de una apresurada liberalización financiera”: todos han sido
desacreditadosen sus desempeños;
2) la
recompensa de una elite económica generosamente recompensada por su desempeño mediocre, y
3)
economías en crisis con inmensas recesiones, un desempleo extraordinariamente elevado, migraciones masivas y pesadas crudas de deuda. Sustenta que el resultado es el
nacimiento de un populismo furibundo de la derecha (sic). En síntesis: impera una kakistocracia (el gobierno de los peores) bancaria.
A mi juicio, ha quedado rezagado el término convencional de plutocracia (gobierno de los ricos) y más bien nos encontramos ante una verdadera dictadura de la bancocracia de la dupla anglosajona Wall Street y la City vinculados al Banco Central de Israel (http://www.jornada.unam.mx/2014/01/22/opinion/020o1pol).
La grotesca lista Forbes es deliberadamente desinformativa: no están todos los que son ni son todos los que están –como los legendarios banqueros israelí-británicos Rothschild que el célebre libro de Guerra de divisas, best-seller en China, calcula que su fortuna asciende a cerca de 4 millones de millones de dólares (http://www.jornada.unam.mx/2010/11/21/opinion/014o1pol).
En la hilarante lista de Forbes no aparece ningún ex presidente mexicano, cuando muchos de ellos ostentan verdaderas fortunas que no son rastreadas adecuadamente y/o están muy bien ocultas, y muchas veces son subreportadas, como ha protestado el príncipe saudí-libanés Al-Waleed Bin Talal ( Financial Times, 5/3/13).
Más que personas propiamente dichas (en lo que se enfoca erróneamente Forbes), son los megabancos y sus jerarcas, vinculados a los bancos centrales, tanto de EU (la Reserva Federal) como de Israel, quienes detentan las verdaderas fortunas del planeta, lo cual acentuaría descomunalmente todavía más la magra lista de plutócratas, de por sí alarmante, de Oxfam.
La riqueza hoy es financierista y pertenece a la bancocracia de la dupla anglosajona vinculada al Banco Central de Israel.
Andy Coghlan y Debora MacKenzie ( New Scientist, 19/10/11) revelaron las relaciones interactivas entre 43 mil trasnacionales, donde el 1 por ciento de la población (la bancocracia) controla al mundo (99 por ciento) (http://es.scribd.com/doc/201569772/Identidad-de-Plutocracia-Bancaria).
Son 18 trasnacionales bancarias que en su circularidad superconectada controlan a un mundo volcado en el financierismo (http://es.scribd.com/doc/201570280/Zoom-18-Trasnacionales-Financieras). Y eso que no aparece el invisible cuan omnipotente banco Black Rock, que controla a muchas de las 18.
Más que la grotesca plutocracia de Davos, es la aberrante bancocracia israelí-anglosajona la que controla al mundo de la miseria global.
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