Los líderes latinoamericanos han destacado los avances del bloque en la lucha contra la desigualdad y la necesidad de unirse más para lograr una región libre.
La alocución de los presidentes americanos durante la primera jornada de la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), inaugurada este martes en la capital de Cuba, La Habana, se ha centrado en estos asuntos de carácter general.
La mandataria de Brasil, Dilma Rousseff, ha agradecido a Cuba su exitosa presidencia de la Celac, condenando, a su vez, la exclusión de la Isla de los organismos internacionales por los embargos económicos. “No habrá integración latinoamericana sin Cuba”, advierte Rousseff.
“Estamos unidos en muchas cosas: en el combate a la pobreza, en la búsqueda del desarrollo y sobre todo en la búsqueda de la prosperidad para nuestros países (...) Nuestros países tienen las mejores oportunidades de inversión y de consumo”, agrega la jefa de Gobierno brasileña.
A su vez, la presidenta argentina, Cristina Fernández, pide al organismo que sea verdaderamente multilateral, para que no decidan unos pocos, para ello habrá que fijar “una agenda en la que todos tengan igualdad de condiciones en la toma y adopción de decisiones”.
“Nuestra región es particularmente favorecida por los recursos naturales sin precedentes, como agua potable, reservas de petróleo y gas, producción de alimentos, aunque subyace el problema de la desigualdad”, ha comentado Fernández, además de insistir en el derecho de su país sobre la soberanía de las islas Malvinas.
Asimismo, el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, en su turno, ha destacado la importancia de formar un “sistema propio de derechos humanos” en la región con el fin de independizarse.
También ha llamado a las 33 delegaciones participantes en la cita a “hacer de América Latina y el Caribe una región de países libres”. Y a su juicio “la única forma de resistir es la integración”.
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