El representante de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en la mesa de diálogo con el Gobierno, Iván Márquez, afirmó que en su país hay gente que no quiere la paz o no le conviene.
Tanto Márquez como Pablo Catatumbo, portavoz de la fuerza insurgente, coincidieron en esa apreciación.
Por ahí hay “un centro de perfidia que periódicamente lanza una especie de campañas mediáticas para tratar de generarle problemas al buen entendimiento que debe darse en la mesa (instalada en la capital cubana el 19 de noviembre de 2012) y colocarle escollos artificiales”, dijo Márquez.
Uno de los principales enemigos del proceso, señaló, es el exmandatario Álvaro Uribe. “Mientras fue presidente de la República no fue capaz de ganar la guerra y ahora no quiere dejarnos hacer la paz”.
Debería tener una actitud mucho más seria, añadió, que permita llegar a un acuerdo entre los colombianos que queremos, mayoritariamente, solucionar por vía pacífica el conflicto.
Por su parte, Catatumbo manifestó que el uribismo es el mayor conspirador de la paz porque “cree que la única forma de alcanzarla es derrotando a la guerrilla. Ya llevan 60 años diciendo que nos van a acabar”.
Márquez y Catatumbo hicieron referencia también a quien consideran otro escollo en el proceso de paz, el procurador Alejandro Ordóñez.
En opinión de Catatumbo, Ordóñez se está convirtiendo en un “elemento absolutamente desestabilizador de la gobernabilidad en el país” -al que nadie puede controvertir-, en una figura inspiradora de un “temor casi reverencial, mientras hace y deshace en el país”.
Es una especie de Torquemada colombiano, sostuvo Márquez en alusión a uno de los pilares fundadores de la inquisición española.
PL
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