El represor Jorge Rafael Videla, figura emblemática de la dictadura más sangrienta que sufrió Argentina, murió este viernes a los 87 años en el penal de Marcos Paz, donde cumplía varias condenas a reclusión perpetua por múltiples crímenes de lesa humanidad.
Videla fue uno de los cerebros del Plan Cóndor, la coordinación que llevaron a cabo las dictaduras del Cono Sur entre los años 70 y 80 y que permitió la detención, el traslado, intercambio y desaparición de opositores en cualquiera de sus países.
El exmilitar, que en junio de 2012 fue trasladado a una cárcel común, admitió que durante su gobierno de facto hubo robo de bebés y que fueron asesinadas miles de personas. Pero nunca se arrepintió ni tampoco consideró que haya existido “un plan sistemático” para la sustracción de los hijos a las madres embarazadas.
El dictador argentino, condenado en varias oportunidades por corrupción y delitos de lesa humanidad, justificó todos los crímenes cometidos durante los seis años de dictadura en la nación suramericana y alegó que todos los muertos, heridos, lisiados y desaparecidos fueron para “cumplir sus objetivos” en el poder.
En una entrevista ofrecida a un medio español, el represor expresó su visión de los hechos e indicó que antes del golpe “vivíamos unos tiempos turbulentos y había que dar una respuesta” a la “amenaza terrorista que padecíamos”.
También insistió en que “en toda guerra hay muertos, heridos, lisiados y desaparecidos” y aseveró que el régimen “había cumplido con sus objetivos” a pesar de las miles de víctimas.
A inicios de marzo de este año, se inició un juicio oral por crímenes de lesa humanidad cometidos en el marco del Plan Cóndor, organizado por Estados Unidos en asociación con los regímenes dictatoriales latinoamericanos entre los años 70 y 80 para perseguir a opositores políticos fuera de sus propios países.
El proceso judicial sentó en el banquillo 25 represores, entre ellos, el dictador Jorge Videla y otros integrantes de la cúpula militar durante la dictadura argentina. Sobre Videla pesaban dos sentencias de cadena perpetua y otra de 50 años.
Estela de Carlotto: Videla fue un ser despreciable que nunca se arrepintió
La titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, se pronunció en torno a la muerte del dictador Jorge Rafael Videla, ocurrida este viernes en una cárcel de Buenos Aires y afirmó que ”un ser despreciable ha dejado este mundo” al tiempo que destacó su falta de arrepentimiento ante los atroces crímenes cometidos durante su gobierno de facto.“La historia evaluará el genocidio y el oprobio de la dictadura cívico-militar que encabezó y de lo que no se arrepintió”, afirmó en entrevista a una radio local.
Dijo que el perdón exige arrepentimiento y puntualizó que “no se arrepiente el que no pide perdón, el que no repara o trata de reparar e insiste en eliminar al que piensa distinto y para hacerlo invoca la protección de Dios”, reseñó la agencia de noticias argentina, Télam.
“Esa es la palabra del hombre. Hay hombres buenos y hombres malos. Ese fue un hombre malo”, concluyó.
Carlotto consideró que a pesar de estar bautizado, haber tomado la comunión, confesado y vuelto a comulgar, Jorge Rafael Videla ”no irá al cielo” porque “a pesar de lo que diga el hombre en la Tierra, el que está arriba dirá otra cosa”.
Que se abran los archivos
Por su parte, la integrante de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, Nora Cortiñas, afirmó que la muerte del exdictador en una cárcel demuestra que la impunidad está llegando a su fin. Criticó que “se mueren los genocidas y no se van abriendo los archivos”.
“Queremos que se abran, que salga a la luz, que no se mueran llevándose el secreto, pero se murió en una cárcel común, lo que muestra que se va terminando la impunidad”, destacó Cortiñas.
El dictador argentino Jorge Rafael Videla falleció en su celda este viernes. Videla, una de las figuras más sombrías de la dictadura militar (1976-1983), se declaraba un “preso político” y aseguraba que la Justicia estaba “vaciada de derecho” al exponer esta semana en el juicio que se le seguía por los crímenes del “Plan Cóndor”.
Videla encabezó el golpe que derrocó a la presidenta constitucional Isabel Perón, el 24 de marzo de 1976. Fue presidente de facto de Argentina entre 1976 y 1981 y fue reemplazado en su cargo en marzo de 1981 por el general Roberto Viola.
El proceso judicial sentó en el banquillo 25 represores, entre ellos, el dictador Jorge Videla y otros integrantes de la cúpula militar durante la dictadura argentina. Sobre Videla pesaban dos sentencias de cadena perpetua y otra de 50 años.
El martes pasado volvió a desconocer a la justicia civil y se negó a declarar ante el tribunal que lo juzgaba.
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