Entrevista con la activista guatemalteca Yolanda Oquelí, superviviente de un atentado contra su persona en junio de 2012
eldiario.es
Yolanda Oquelí, la lideresa,
como la llaman en su comunidad, es una superviviente. Hace un año
sufrió un atentado mientras conducía su coche. Dos motoristas vestidos
de negro se acercaron y dispararon tres tiros contra el automóvil. Una
de las balas perforó el cuerpo de Yolanda, rozando el estómago, un
pulmón, el hígado y un riñón.
“El proyectil quedó muy cerca de mi columna vertebral, así que no me lo pudieron sacar para evitar riesgos”, explica.
Oquelí vive en el área de San Pedro Ayampuc, donde la empresa Exploraciones Mineras de Guatemala (EXMINGUA), subsidiaria primero de la compañía minera canadiense Radius Gold y después de la estadounidense Kappes, Cassiday & Associates, intenta extraer oro y plata en la zona.
El gobierno de Guatemala concedió en 2011 el permiso de extracción a estas empresas sin contar con el visto bueno de las comunidades de la zona y a pesar de que la ley exige una consulta e información previas a los afectados. Las comunidades de San Pedro Ayampuc y San José del Golfo se levantaron contra el proyecto minero, alertando de sus graves consecuencias ambientales y para la salud.
“Ya conocíamos otros casos de empresas mineras en Honduras que han provocado auténticas desgracias en el agua de las comunidades, en la salud de las gentes, porque usan cianuro que contamina todo”, explica Yolanda.
Desde marzo de 2012 los vecinos, organizados y movilizados, instalados en un campamento de protesta, custodian la entrada de la mina para impedir la extracción del oro. Se estima que EXMINGUA ha perdido 20 millones de dólares debido a este bloqueo. Los líderes de la resistencia pacífica han recibido amenazas, presiones y maltrato.
En algunos casos, como el de Yolanda, saben que su propia vida está en juego, en un país como Guatemala, donde la impunidad es seña de identidad y donde solo el pasado año fueron asesinados al menos trece defensores de derechos humanos.
[Vídeo: Oquelí en su comunidad, en resistencia contra las empresas mineras]
Yolanda Oquelí está de gira por Europa para contar su historia, la forma de operar de las empresas mineras en Guatemala, y la impunidad que impera en su país. A España ha venido de la mano de Iepala, el Instituto de Estudios Políticos para América Latina y África.
Nos reunimos en el centro de Madrid, donde conversamos durante más de dos horas. Se aprecia cansancio en su mirada, pero tiene muchas ganas de contar y de denunciar.
-Pregunta: ¿Qué es lo que hacen las empresas mineras transnacionales en su comunidad?
-Respuesta: Actúan con el beneplácito del gobierno guatemalteco de Pérez Molina, que no cumple las leyes. La ley especifica que para este tipo de proyectos se requiere una consulta informada a la comunidad antes de llevarlos a cabo. Lo que están haciendo es robarnos nuestros recursos naturales y nuestro derecho a la salud. Y no solo en Guatemala. Esto se repite en Honduras, El Salvador, Colombia, con gobiernos que nos quieren imponer proyectos que nos perjudican. Para que la gente se haga una idea: El agua que una persona tarda en consumir 22 años, estos proyectos mineros la consumen en una hora.
-El agua es uno de los recursos más afectados...
-Sí. La consecuencia más inmediata de la actuación de estas multinacionales mineras es que terminan con el agua. Los problemas de salud son enormes. No luchamos por nuestros hijos, que también, sino por nosotros. Hay gente en algunas zonas, como en el valle del Siria en Honduras, que al desvestirse, en su ropa se va su piel desgarrándose por completo por la contaminación de los mantos acuíferos y los efectos de los químicos que usan. El cianuro es uno de los más baratos para ellos y de los más desgraciados para nosotros, porque para que una gota de agua se renueve y purifique en los mantos acuíferos se necesitan 50 años. Sufrimos un despojo de tierras enorme, los campesinos cada vez tienen menos suelo para sembrar.
-Usted acusa al gobierno de ser cómplice de estas empresas
-Sí. Este gobierno es de un exmilitar de la terrible dictadura genocida, de un tipo que además los empresarios manejan.
-A Pérez Molina.
-Sí. Al presidente Pérez Molina los empresarios le dicen qué hacer y qué no hacer, y los empresarios tienen conexiones con las multinacionales, porque también ellos participan en las inversión. El empresariado en Guatemala es muy conservador, la patronal pidió suspender la condena al dictador Ríos Montt y lo lograron.
-Sí, la patronal se mostró en contra del juicio a Ríos Montt y exigió la suspensión de su condena...
-Este ha sido un juicio que ha costado sangre y lágrimas de tantos, y sobre todo de los indígenas ixil, no quiero ni pensar cómo se sienten ahora. Ahora ya somos vulnerables, esta suspensión de la condena nos hace más vulnerables a todos, a ustedes también, porque fue una patada a la justicia universal, es un mensaje para que no sigamos luchando.
-A pesar de tantos testimonios de víctimas el propio presidente Pérez Molina ha negado en más de una ocasión que en Guatemala hubiera un genocidio durante las dictaduras en los años ochenta, y en concreto en la de Ríos Montt...
-Pueden decir lo que quieran. Sabemos que sí hubo genocidio y sabemos con nombre y apellidos quiénes son los genocidas. Es triste, porque en Guatemala hay un hombre en prisión condenado a 150 años, le acusan de terrorismo, era un activista en su comunidad... Él dentro y tantos genocidas fuera...
-¿Con qué obstáculos se encuentra en su lucha diaria por los derechos de su comunidad?
-Trabajo por el derecho a la vida, a los recursos naturales, pero se vuelve difícil porque nos enfrentamos a la impunidad y a la falta de aplicación de leyes. No rechazamos el progreso, como ellos dicen, sino que cuestionamos el precio que tenemos que pagar por ese desarrollo. Luchamos por nuestros derechos, que no son respetados ni por las multinacionales ni por el gobierno de Guatemala. La resistencia se ha vuelto bien difícil, pero también creo que la convicción y la dignidad para luchar sobrepasa todo límite y obstáculo.
-¿Incluso un atentado como el que usted sufrió?
-Sobrevivir a un atentado es fuerte. No me gusta decir que soy víctima porque no quiero ser víctima de nadie. Sufro la consecuencia que sufrimos todos los defensores de los derechos humanos por decir la verdad, por no estar de acuerdo con los intereses económicos de empresas extranjeras o de nuestros gobiernos, que nos imponen sin importarles las consecuencias.
-Aún lleva la bala dentro de su cuerpo...
-Sí, no me la pudieron extraer por su cercanía a la columna vertebral. Me provoca un dolor muy intenso llevar ese proyectil dentro de mi cuerpo, un dolor que no sé cuándo va a parar. Pero este dolor no me va a dejar callada. Esta bala que llevo dentro no me va a callar. Cuando hacen estas cosas es para asustarnos. Yo gracias a Dios quedé viva, y si la intención era callarme creo que más valor tengo ahora para seguir haciendo mi trabajo. Y mi tarea creo que está causando efecto, porque si no, no habrían hecho esto conmigo. Pero ahora mi vida es muy diferente, no puedo salir a la calle, llevar a mis hijos a un parque...
-¿Quiénes cree que están dentrás de este atentado?
-Definitivamente esto es algo planificado por la empresa minera y el gobierno. Yo nunca tuve enemigos pero desde que empecé en esta lucha empezó mi persecución. Ya antes del atentado sufrí amenazas fuertes, patearon los buzones de mi casa, los pintaron de amarillo, tiraron bombas de humo dentro de la casa. Yo sabía que pasaría algo así, en vísperas de alguna protesta fuerte que hubiéramos organizado. Si el atentado hubiera procedido de otro lado ya lo habríamos sabido. Si el ministerio público está callado es porque algo sabe.
-Tengo entendido que tras su atentado sufrió además una campaña de desprestigio
-Es triste, sí, cuando se supo que me habían tiroteado muchos empezaron a decir que si tenía un amante, que si andaba en el crimen organizado. Revisaron mi coche incluso para ver si me encontraban algún paquete de cocaína que pudieran vincular con mi ataque. Y empezó una campaña de difamación contra mí, con boletines repartidos por todas partes en las calles diciendo que el atentado era porque yo era amante, o tenía mil amantes o era una prostituta y que eran venganzas de esposas.
- Acusaciones por ser mujer...
-El papel de la mujer en esta lucha es bien difícil porque por ser mujeres nos atacan, nos descalifican, creen que no somos capaces, cuando hemos demostrado que sí, que la mayoría de las que estamos en primera fila somos nosotras, las que soportamos las agresiones del gobierno y las empresas, las que resistimos, las que soportamos los escupitajos en la cara, los empujones, los tirones de pelo, porque las mujeres tenemos una tolerancia ante el dolor y la represión muy grande cuando sabemos que es para defender nuestra vida y la de nuestros hijos.
-En su comunidad la llaman lideresa
-[Sonríe] Pero no porque yo diga que soy líder, son ellos, el pueblo, la comunidad, los que te señalan como referente y para mí como mujer es un gran logro. Que en un país tan machista haya una asamblea con 20.000 hombres y me inviten a mí es una satisfacción. No porque sea yo, sino porque así me dan espacio para hacerles entender que la capacidad de la mujer es importante. Y me han dado oportunidad de decirles que dejen a las mujeres participar. Se está viendo ya ahorita en San Rafael de las Flores, en Santa Cruz Bahías, se levantaron resistencias teniendo a la nuestra como referencia, resistencias no violentas, pacíficas, y con las mujeres al frente. Para mí eso es uno de los más grandes logros.
-Además de la imposición y la fuerza, ¿qué otras estrategias usan estas empresas que llegan a vuestras comunidades?
El divide y vencerás. EXMINGUA está liderada por muchos exmilitares. Esta gente viola nuestros derechos humanos, van a las comunidades, observan la necesidad de los desempleados, y estudian quién es el más vulnerable. A por ese van a ir, le van a ofrecer trabajo o algo. Cuando cogen a uno o dos por familia, la mayoría son familias numerosas, tratan de crear el conflicto de dividir a las familias, a los vecinos, a las comunidades. Incluso de algunos de nosotros que resistimos dicen de todo, que si esa líder recibe plata de Estados Unidos, cosas así. Pero hay mucha convicción y conciencia ya creada. Muchas cosas positivas.
-¿Cómo cuáles?
-Logros obtenidos, la organización social, y sobre todo, que en esta lucha ya no nos vemos diferentes, todos somos familia, hemos aprendido que lo que le pasa a uno le pasa al otro, bueno o malo. Nos sentimos muy acompañados. Y ¿sabes qué? Que somos más los buenos, somos muchos más los que tenemos conciencia. Pero nuestro poder es menor que el de ellos, aunque seamos más. Y ¿puedo añadir algo?
-Claro
-En nuestro país el periodismo es manipulado, así que esperamos que en Europa se difunda nuestro mensaje, se dé a conocer la realidad de Guatemala, donde el periodista escribe la nota pero el empresario puede censurársela. Es muy importante el periodismo para poder dar a conocer a la gente la tristeza en la que vivimos, y la realidad de las cosas. La vida no es como nos la enseñan, o como creemos que es. La vida es más fuerte y dolorosa de lo que nos podemos imaginar. Las políticas de los gobiernos y el poder empresarial la hacen así de dura.
Fuente original: http://www.eldiario.es/internacional/bala-llevo-dentro-cuerpo-callar_0_137536867.html
“El proyectil quedó muy cerca de mi columna vertebral, así que no me lo pudieron sacar para evitar riesgos”, explica.
Oquelí vive en el área de San Pedro Ayampuc, donde la empresa Exploraciones Mineras de Guatemala (EXMINGUA), subsidiaria primero de la compañía minera canadiense Radius Gold y después de la estadounidense Kappes, Cassiday & Associates, intenta extraer oro y plata en la zona.
El gobierno de Guatemala concedió en 2011 el permiso de extracción a estas empresas sin contar con el visto bueno de las comunidades de la zona y a pesar de que la ley exige una consulta e información previas a los afectados. Las comunidades de San Pedro Ayampuc y San José del Golfo se levantaron contra el proyecto minero, alertando de sus graves consecuencias ambientales y para la salud.
“Ya conocíamos otros casos de empresas mineras en Honduras que han provocado auténticas desgracias en el agua de las comunidades, en la salud de las gentes, porque usan cianuro que contamina todo”, explica Yolanda.
Desde marzo de 2012 los vecinos, organizados y movilizados, instalados en un campamento de protesta, custodian la entrada de la mina para impedir la extracción del oro. Se estima que EXMINGUA ha perdido 20 millones de dólares debido a este bloqueo. Los líderes de la resistencia pacífica han recibido amenazas, presiones y maltrato.
En algunos casos, como el de Yolanda, saben que su propia vida está en juego, en un país como Guatemala, donde la impunidad es seña de identidad y donde solo el pasado año fueron asesinados al menos trece defensores de derechos humanos.
[Vídeo: Oquelí en su comunidad, en resistencia contra las empresas mineras]
Yolanda Oquelí está de gira por Europa para contar su historia, la forma de operar de las empresas mineras en Guatemala, y la impunidad que impera en su país. A España ha venido de la mano de Iepala, el Instituto de Estudios Políticos para América Latina y África.
Nos reunimos en el centro de Madrid, donde conversamos durante más de dos horas. Se aprecia cansancio en su mirada, pero tiene muchas ganas de contar y de denunciar.
-Pregunta: ¿Qué es lo que hacen las empresas mineras transnacionales en su comunidad?
-Respuesta: Actúan con el beneplácito del gobierno guatemalteco de Pérez Molina, que no cumple las leyes. La ley especifica que para este tipo de proyectos se requiere una consulta informada a la comunidad antes de llevarlos a cabo. Lo que están haciendo es robarnos nuestros recursos naturales y nuestro derecho a la salud. Y no solo en Guatemala. Esto se repite en Honduras, El Salvador, Colombia, con gobiernos que nos quieren imponer proyectos que nos perjudican. Para que la gente se haga una idea: El agua que una persona tarda en consumir 22 años, estos proyectos mineros la consumen en una hora.
-El agua es uno de los recursos más afectados...
-Sí. La consecuencia más inmediata de la actuación de estas multinacionales mineras es que terminan con el agua. Los problemas de salud son enormes. No luchamos por nuestros hijos, que también, sino por nosotros. Hay gente en algunas zonas, como en el valle del Siria en Honduras, que al desvestirse, en su ropa se va su piel desgarrándose por completo por la contaminación de los mantos acuíferos y los efectos de los químicos que usan. El cianuro es uno de los más baratos para ellos y de los más desgraciados para nosotros, porque para que una gota de agua se renueve y purifique en los mantos acuíferos se necesitan 50 años. Sufrimos un despojo de tierras enorme, los campesinos cada vez tienen menos suelo para sembrar.
-Usted acusa al gobierno de ser cómplice de estas empresas
-Sí. Este gobierno es de un exmilitar de la terrible dictadura genocida, de un tipo que además los empresarios manejan.
-A Pérez Molina.
-Sí. Al presidente Pérez Molina los empresarios le dicen qué hacer y qué no hacer, y los empresarios tienen conexiones con las multinacionales, porque también ellos participan en las inversión. El empresariado en Guatemala es muy conservador, la patronal pidió suspender la condena al dictador Ríos Montt y lo lograron.
-Sí, la patronal se mostró en contra del juicio a Ríos Montt y exigió la suspensión de su condena...
-Este ha sido un juicio que ha costado sangre y lágrimas de tantos, y sobre todo de los indígenas ixil, no quiero ni pensar cómo se sienten ahora. Ahora ya somos vulnerables, esta suspensión de la condena nos hace más vulnerables a todos, a ustedes también, porque fue una patada a la justicia universal, es un mensaje para que no sigamos luchando.
-A pesar de tantos testimonios de víctimas el propio presidente Pérez Molina ha negado en más de una ocasión que en Guatemala hubiera un genocidio durante las dictaduras en los años ochenta, y en concreto en la de Ríos Montt...
-Pueden decir lo que quieran. Sabemos que sí hubo genocidio y sabemos con nombre y apellidos quiénes son los genocidas. Es triste, porque en Guatemala hay un hombre en prisión condenado a 150 años, le acusan de terrorismo, era un activista en su comunidad... Él dentro y tantos genocidas fuera...
-¿Con qué obstáculos se encuentra en su lucha diaria por los derechos de su comunidad?
-Trabajo por el derecho a la vida, a los recursos naturales, pero se vuelve difícil porque nos enfrentamos a la impunidad y a la falta de aplicación de leyes. No rechazamos el progreso, como ellos dicen, sino que cuestionamos el precio que tenemos que pagar por ese desarrollo. Luchamos por nuestros derechos, que no son respetados ni por las multinacionales ni por el gobierno de Guatemala. La resistencia se ha vuelto bien difícil, pero también creo que la convicción y la dignidad para luchar sobrepasa todo límite y obstáculo.
-¿Incluso un atentado como el que usted sufrió?
-Sobrevivir a un atentado es fuerte. No me gusta decir que soy víctima porque no quiero ser víctima de nadie. Sufro la consecuencia que sufrimos todos los defensores de los derechos humanos por decir la verdad, por no estar de acuerdo con los intereses económicos de empresas extranjeras o de nuestros gobiernos, que nos imponen sin importarles las consecuencias.
-Aún lleva la bala dentro de su cuerpo...
-Sí, no me la pudieron extraer por su cercanía a la columna vertebral. Me provoca un dolor muy intenso llevar ese proyectil dentro de mi cuerpo, un dolor que no sé cuándo va a parar. Pero este dolor no me va a dejar callada. Esta bala que llevo dentro no me va a callar. Cuando hacen estas cosas es para asustarnos. Yo gracias a Dios quedé viva, y si la intención era callarme creo que más valor tengo ahora para seguir haciendo mi trabajo. Y mi tarea creo que está causando efecto, porque si no, no habrían hecho esto conmigo. Pero ahora mi vida es muy diferente, no puedo salir a la calle, llevar a mis hijos a un parque...
-¿Quiénes cree que están dentrás de este atentado?
-Definitivamente esto es algo planificado por la empresa minera y el gobierno. Yo nunca tuve enemigos pero desde que empecé en esta lucha empezó mi persecución. Ya antes del atentado sufrí amenazas fuertes, patearon los buzones de mi casa, los pintaron de amarillo, tiraron bombas de humo dentro de la casa. Yo sabía que pasaría algo así, en vísperas de alguna protesta fuerte que hubiéramos organizado. Si el atentado hubiera procedido de otro lado ya lo habríamos sabido. Si el ministerio público está callado es porque algo sabe.
-Tengo entendido que tras su atentado sufrió además una campaña de desprestigio
-Es triste, sí, cuando se supo que me habían tiroteado muchos empezaron a decir que si tenía un amante, que si andaba en el crimen organizado. Revisaron mi coche incluso para ver si me encontraban algún paquete de cocaína que pudieran vincular con mi ataque. Y empezó una campaña de difamación contra mí, con boletines repartidos por todas partes en las calles diciendo que el atentado era porque yo era amante, o tenía mil amantes o era una prostituta y que eran venganzas de esposas.
- Acusaciones por ser mujer...
-El papel de la mujer en esta lucha es bien difícil porque por ser mujeres nos atacan, nos descalifican, creen que no somos capaces, cuando hemos demostrado que sí, que la mayoría de las que estamos en primera fila somos nosotras, las que soportamos las agresiones del gobierno y las empresas, las que resistimos, las que soportamos los escupitajos en la cara, los empujones, los tirones de pelo, porque las mujeres tenemos una tolerancia ante el dolor y la represión muy grande cuando sabemos que es para defender nuestra vida y la de nuestros hijos.
-En su comunidad la llaman lideresa
-[Sonríe] Pero no porque yo diga que soy líder, son ellos, el pueblo, la comunidad, los que te señalan como referente y para mí como mujer es un gran logro. Que en un país tan machista haya una asamblea con 20.000 hombres y me inviten a mí es una satisfacción. No porque sea yo, sino porque así me dan espacio para hacerles entender que la capacidad de la mujer es importante. Y me han dado oportunidad de decirles que dejen a las mujeres participar. Se está viendo ya ahorita en San Rafael de las Flores, en Santa Cruz Bahías, se levantaron resistencias teniendo a la nuestra como referencia, resistencias no violentas, pacíficas, y con las mujeres al frente. Para mí eso es uno de los más grandes logros.
-Además de la imposición y la fuerza, ¿qué otras estrategias usan estas empresas que llegan a vuestras comunidades?
El divide y vencerás. EXMINGUA está liderada por muchos exmilitares. Esta gente viola nuestros derechos humanos, van a las comunidades, observan la necesidad de los desempleados, y estudian quién es el más vulnerable. A por ese van a ir, le van a ofrecer trabajo o algo. Cuando cogen a uno o dos por familia, la mayoría son familias numerosas, tratan de crear el conflicto de dividir a las familias, a los vecinos, a las comunidades. Incluso de algunos de nosotros que resistimos dicen de todo, que si esa líder recibe plata de Estados Unidos, cosas así. Pero hay mucha convicción y conciencia ya creada. Muchas cosas positivas.
-¿Cómo cuáles?
-Logros obtenidos, la organización social, y sobre todo, que en esta lucha ya no nos vemos diferentes, todos somos familia, hemos aprendido que lo que le pasa a uno le pasa al otro, bueno o malo. Nos sentimos muy acompañados. Y ¿sabes qué? Que somos más los buenos, somos muchos más los que tenemos conciencia. Pero nuestro poder es menor que el de ellos, aunque seamos más. Y ¿puedo añadir algo?
-Claro
-En nuestro país el periodismo es manipulado, así que esperamos que en Europa se difunda nuestro mensaje, se dé a conocer la realidad de Guatemala, donde el periodista escribe la nota pero el empresario puede censurársela. Es muy importante el periodismo para poder dar a conocer a la gente la tristeza en la que vivimos, y la realidad de las cosas. La vida no es como nos la enseñan, o como creemos que es. La vida es más fuerte y dolorosa de lo que nos podemos imaginar. Las políticas de los gobiernos y el poder empresarial la hacen así de dura.
Fuente original: http://www.eldiario.es/internacional/bala-llevo-dentro-cuerpo-callar_0_137536867.html
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