Canales de televisión, periódicos y sitios digitales destinan espacios a reproducir opiniones de diferentes bandos, los que apoyan la posible candidatura de Bachelet, y quienes promueven en sus filas a los potenciales adversarios que encontrará la miembro del Partido Socialista (PS) en las urnas.
El viernes último, la expresidenta renunció a su cargo de directora de ONU-Mujer en Naciones Unidas y anunció el regreso a su país por razones personales, evidentemente ligadas a su participación en la próxima contienda electoral.
De acuerdo con la más reciente encuesta del Centro de Estudios Públicos (CEP), el 54 por ciento de los electores en Chile tiene decidido votar por Bachelet en los comicios de noviembre venidero, porcentaje que le permitiría ganar en la primera vuelta.
La consulta del CEP arrojó un 15 por ciento de la intención de votos para el exministro de Obras Públicas Laurence Golborne, candidato de la Unión Demócrata Independiente; un ocho por ciento para Marco Enríquez Ominami, del Movimiento Progresista; y un siete por ciento para el extitular de Defensa Andrés Allamand, de Renovación Nacional (RN).
Golborne y Allamand deberán medirse en las primarias de junio, consulta que arrojará quien de los dos será el candidato de la alianza gubernamental de derecha.
Bachelet también deberá someterse a elecciones primarias en las filas de la oposición, pese a que todos los sondeos dan por segura su victoria dentro de las filas de la llamada Concertación y entre otras fuerzas políticas adversas al actual Gobierno.
De acuerdo con el presidente del PS, Fernando Andrade, "Bachelet es más que el PS y el PPD (Partido por la Democracia), es más que la Concertación y la oposición; es la esperanza para cerrar un paréntesis de un gobierno de derecha que no ha sido lo que se pensaba".
Según Andrade, un posible gobierno encabezado por la exmandataria debe ser mezcla de toda la experiencia acumulada y los nuevos ímpetus.
"Lo que Chile necesita es un tremendo liderazgo, y una coalición que respalde ese liderazgo, que se haga cargo de un problema que tenemos...la desigualdad en todos los ámbitos campea y el abuso también, y eso es lo que hay que enfrentar", consideró el político.
"¿Con quién va a gobernar?", preguntó este martes en entrevista con el Canal 24 horas el secretario general de RN, Mario Desbordes, quien aseguró que sería esa una de las interrogantes que le haría a la exmandataria.
El presidente del PPD, Jaime Quintana, cuya organización postulará junto al PS a Bachelet en las primarias de la oposición, manifestó que "lo que viene no es un quinto gobierno de la Concertación, es un liderazgo nuevo, de transformaciones profundas para Chile".
Su correligionario en el PPD, el senador Ricardo Lagos Weber, dijo esperar las propuestas que realizará la expresidenta y la forma en que ella va a confeccionar su programa y propuesta ante los chilenos.
"Esperemos que llegue, que diga que será candidata a las primarias nuestras y a partir de ahí desplegarnos por el país para buscar apoyos y escuchar las demandas de los chilenos", comento el legislador.
El Partido Comunista de Chile (PC) ha dicho que su eventual apoyo a Bachelet u otro candidato estará en dependencia del programa de transformaciones que éste defienda.
Para el PC, resulta clave promover una reforma al sistema binominal, una fórmula electoral diseñada por la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), y en general una reforma del Estado para que pueda intervenir en contra de la desigualdad tan profunda que existe en Chile.
Los comunistas también reclaman cambios al sistema educacional, una verdadera reforma tributaria, modificaciones de fondo en la esfera laboral, la discusión de reformas constitucionales y el cambio de la propia Constitución.
Lo cierto es que Bachelet no encontrará en esta contienda el mismo país que dejó de gobernar el 11 de marzo de 2010 al término de su mandato.
Más allá de las agrupaciones políticas, encontrará movimientos sociales que, además de los temas señalados por el PC, claman por la recuperación de los recursos naturales, la revisión de las privatizaciones, la autodeterminación política del pueblo mapuche y la renacionalización del cobre, entre otras problemáticas.
Los estudiantes anunciaron que 2013 será un año de grandes movilizaciones contra el lucro en la educación, en defensa de una enseñanza pública, gratuita y de calidad, incluidos otros anhelos, aún pendientes de la llamada Revolución de los pingüinos, manifestaciones que de abril a junio de 2006 sacudieron al gobierno de Bachelet.
El fin de la municipalización de la enseñanza y una tarifa escolar gratuita para el transporte de los estudiantes de la enseñanza media son asignaturas aún pendientes, según el reclamo de los estudiantes.
lac/et
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