México. Lleno con unas 50 mil velas y de cruces con nombres inscritos que cuentan historias, el monumento al Ángel de la Independencia de Ciudad de México se convirtió la noche del lunes en un inmenso altar en honor de las víctimas de la violencia para, como dijo el poeta Javier Sicilia, “dar el grito de los muertos por medio de los vivos”.
Durante horas, decenas de miembros y simpatizantes del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, que lidera Sicilia, construyeron cruces con cartón, con madera y clavos, las pintaron de blanco y las colocaron sobre las escaleras y el césped de este significativo monumento ubicado en el Paseo de la Reforma, en la capital.
Querían que todo estuviera listo para que, al llegar la noche, los cirios se encendieran y la velada Un destello en la oscuridad tuviera sentido, al quedar más visibles todos esos nombres que, a su juicio, algunos quieren olvidar.
Motivos internos
“Olvidar a los muertos es olvidar nuestra historia, perder la memoria, perdernos como país. Sin memoria tendríamos alzheimer social y eso es la pérdida de una identidad, del ser de una patria”, dijo Sicilia, que apareció cuando se encendieron las velas.
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