Las víctimas de guerra piden al Estado que se involucre definitivamente en los actos de justicia y reparación
Por Gloria Morán
SAN SALVADOR - Una ceremonia maya fue la que dio inicio al quinto encuentro nacional de víctimas de guerra de El Salvador, titulado: “Callar las masacres es olvidar nuestra historia; verdad, justicia y reparación a las víctimas”.
La ceremonia fue realizada en honor a las víctimas mortales que dejó la guerra, en especial a los que murieron en alguna de las masacres que se perpetraron en esa época, así lo repetía el grupo de indígenas que protagonizó el acto religioso maya.
Al encuentro se hicieron presentes sobrevivientes a las masacres perpetradas durante el conflicto armado, ex combatientes, ex presos políticos y alguno que otro interesado en conocer un poco la historia de la guerra narrada desde las víctimas.
“Si nosotros olvidamos, es claro que dentro de poco tiempo se va a repetir la historia y el propósito es luchar para que lo vivido en la guerra no quede impune”, dijo Rosa Rivera, del comité de la Memoria de Sobrevivientes del municipio de Arcatao en Chalatenango.
Cada uno de las victimas tiene una historia particular de lo que vivió durante la guerra, pero todas tienen un objetivo común y es que se conozca la verdadera historia de lo que aconteció para que no se repita.
“La realidad es que nuestra historia ha sido escrita con la sangre de miles, no vale la pena que el desconocimiento haga que la historia se repita”, aseguró Norberto Reyes, testigo de la masacre del Copapayo en Cuscatlán, hecho perpetrado en febrero de 1983.
Valentín Patriz, guía espiritual maya, dijo que ellos como indígenas doblemente invisibilizados en el país piden reconocimiento y reparación; sin embargo lamentó que en El Salvador no hay una “competencia formada por nosotros para reclamar nuestros derechos y hacer que valgan”.
Norma Molina, del Instituto de Derechos Humanos de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (IDHUCA), señaló que otras de las peticiones es hacia el Estado para que éste se involucre definitivamente en los actos de justicia y reparación de las víctimas de guerra.
Las masacres fueron de los hechos más graves
Las masacres perpetradas bajo la estrategia de “tierra arrasada” del Estado salvadoreño estaban destinadas a arrebatar a la guerrilla cualquier apoyo social.
La forma de hacerlo era macabra. Se asesinó a miles de personas en zonas supuestamente afines al Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).
Algunas de las masacres realizadas durante el conflicto armado fueron la de La Quesera, El Copapayo, El Mozote, El Carrizal, Tecoluca y otras.
Rosa Rivera, del comité de la Memoria de Sobrevivientes del municipio de Arcatao detalló que si bien es cierto que la guerra fue protagonizada por el gobierno de esa época y la guerrilla, mayor responsabilidad tienen el primero, puesto que es el que más barbaries cometió.
Rivera fue enfática en señalar que el ejército “se daba el lujo” de reunir a muchas personas y asesinarlas sin piedad, y “si usted supiera que la guerrilla no lo hacía así, no eran tan crueles y no gozaban haciendo el mal. Para mí que el 80 por ciento de lo acontecido es para el gobierno y el 20 para la guerrilla”.
Norberto Reyes vivió la masacre de Copapayo. La cruenta escena que vivió estaba conformada solo por ancianos, mujeres y niños, algunos cuerpos habían sido cercenados por las granadas, otros calcinados. Él afirma que esa, al igual que otras masacres, se llevó a cabo solo por mostrar represión para aquellos que se volvían en contra del Estado.
Los diversos comités en pro de la memoria histórica aseguran que las diversas violaciones a los derechos humanos, las masacres, dejaron una huella en la conciencia de las comunidades y en muchos casos los patrones de violencia y autoritarismo se repiten de manera tal que inciden en la elevación de los índices de delincuencia.
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