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lunes, 10 de febrero de 2014

EE.UU. “regala” yacimientos de carbón a firmas privadas



IPS Noticias

Las licitaciones para la industria del carbón preocupan a ambientalistas en Estados Unidos. Crédito: Bigstock
Las licitaciones para la industria del carbón preocupan a ambientalistas en Estados Unidos. Crédito: Bigstock

WASHINGTON, 6 feb 2014 (IPS) - El gobierno de Estados Unidos viola políticas federales de licitación cuando otorga tierras públicas a ciertas empresas de la minería del carbón, según una auditoría de un órgano investigativo del Congreso legislativo.

Esta irregularidad podría costar millones de dólares a los contribuyentes, mientras las empresas degradan la integridad ambiental de la cuenca del río Powder, en los norocci dentales estados de Wyoming y Montana, y liberan gases de efecto invernadero a gran escala.

Las disposiciones federales estipulan que la Oficina de Administración de Tierras (BLM, por sus siglas en inglés) debe licitar predios públicos en un proceso competitivo y transparente.

Pero un informe de la Oficina de Responsabilidad del Gobierno (GAO, por sus siglas en inglés), divulgado el martes 4, concluye que este proceso no se está respetando.

En 90 por ciento de las 107 licitaciones de tierras estudiadas por la GAO hubo una sola empresa ofertante.

La GAO es una agencia independiente y no partidaria que trabaja para el Congreso legislativo investigando cómo gasta el gobierno federal el dinero de los contribuyentes. Su auditoría “presenta un argumento convincente para sostener que el procedimiento carece de integridad”, dijo a IPS el director del Instituto de Economía Energética y Análisis Financiero, Tom Sanzillo.
“Como no hubo supervisión independiente durante estos 30 años de licitaciones federales, ninguna de ellas fue revisada”, añadió.

Sanzillo identificó dos compañías, Arch Coal y Peabody Energy, como las principales beneficiarias de las licitaciones de la BLM. Críticos señalan que la falta de un proceso competitivo devalúa las licitaciones, disminuyendo así los ingresos del gobierno, que termina arrendando tierras públicas a precios más bajos.

Un informe de junio de 2013 del inspector general del Departamento del Interior (agencia rectora de la BLM) advirtió que Estados Unidos había perdido 60 millones de dólares debido la subvaloración de las licitaciones.

Pero Sanzillo cree que la cifra es mucho mayor. En un análisis de ese estudio, el experto observó que el inspector general no había tomado en cuenta las fallas metodológicas de la BLM a la hora de establecer el valor del carbón público.

El inspector general “identifica al menos tres debilidades en el programa de la BLM”, sostuvo Sanzillo en su análisis. “No hay una verificación independiente de la información geológica y de ingeniería, no hay estimaciones de los ingresos por las exportaciones proyectadas y no se usan datos de ventas comparables para fijar los precios de la licitación”.

Además, los informes de la GAO y del inspector general señalan que la BLM no contempló los ingresos generados por Arch y Peabody con la exportación de carbón cuando determinó el valor de los yacimientos, desvalorizándolos.

La BLM no respondió a tiempo las preguntas de IPS para este artículo.

“Están regalando acceso federal a un precio que está muy por debajo del que debería ser”, sostuvo Sanzillo. “Por lo tanto, el gobierno federal, y particularmente los estados de Wyoming y Montana, están siendo estafados”.

La GAO había hecho una revisión similar de las licitaciones en la cuenca del río Powder en 1983. Entonces, la agencia descubrió que el gobierno perdía 100 millones de dólares por la subvaloración de las concesiones. Pero sus recomendaciones nunca se implementaron.

El último informe de la GAO recomienda que la BLM use más de un método para determinar el verdadero valor del carbón, teniendo en cuenta las ganancias generadas por la exportación. También sugiere que la agencia desarrolle un mecanismo de supervisión y publique la información sobre sus licitaciones en su sitio web.

El Departamento del Interior avaló estas recomendaciones, pero Sanzillo señala que la BLM es renuente a mostrar más transparencia.

Degradación ambiental

Aparte del costo económico, la minería del carbón tiene un serio impacto ambiental en la cuenca del río Powder, que preocupa a residentes y a organizaciones ambientalistas nacionales.
La cuenca se convirtió en “uno de los generadores de emisiones de carbono más significativos de Estados Unidos”, advirtió Kelly Mitchell, activista en temas de clima y energía de la organización Greenpeace.

“Trece por ciento de las emisiones de carbono estadounidenses proceden de la cuenca del río Powder”, dijo a IPS.

Se teme que las emisiones totales de la región continúen creciendo si la BLM sigue otorgando más concesiones mineras.

“Hay unos 5.000 millones de toneladas de carbón federal para licitar allí”, dijo Mitchell. “Si se otorga ese carbón, liberará más de 8.300 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono, esto es, las emisiones anuales de más de 1.700 millones de automóviles”.

El Consejo de Recursos de la Cuenca del Río Powder, organización ambiental de Wyoming, solicitó a la BLM que suspenda las operaciones de minería hasta que rectifique sus fallas en el procedimiento licitatorio.

La organización expresó preocupación tanto por las implicaciones económicas como por el daño ambiental.

“Creemos que se debe suspender la licitación del carbón hasta que se aborden algunos de los impactos ambientales”, dijo Shannon Anderson, del Consejo.

“Hay impactos generados por la disminución de la calidad del aire, la pérdida de agua y el gran uso de nuestros acuíferos, que son fuentes primarias de agua potable. Hemos visto drásticas pérdidas de superficie disponible para fines recreativos, como caza, senderismo o pastoreo” de ganado, señaló.

Wyoming responde por 40 por ciento de todo el carbón producido en Estados Unidos, y el gobierno federal es el propietario de 85 por ciento del mineral que existe en ese estado.
Esto convierte a Wyoming en uno de los estados más atractivos para la industria de la energía.
Pero la oposición a la concesión de tierras públicas para la industria ha crecido en los últimos años. El gobierno de George W. Bush (2001-2009) otorgó 41.600 hectáreas en el occidental estado de Utah para la explotación de carbón y gas, lo que desencadenó una gran resistencia pública.

Según la GAO, 74 por ciento de las concesiones de tierras públicas a compañías de energía entre 2007 y 2009 fueron cuestionadas por el público de los estados de Wyoming, Utah, Colorado y Nuevo México.

A comienzos de 2009, el gobierno de Barack Obama instruyó a la BLM que no hiciera “preferencia por el desarrollo del petróleo y del gas por sobre otros usos”.

También comenzó a indicar a la industria de la energía qué tierras son más adecuadas para la minería, la perforación o la fractura hidráulica (“fracking”, en inglés) con el mínimo impacto ambiental.

Sin embargo, la industria parece estar eligiendo las tierras que más le convienen, y las reformas no han tocado la subvaloración de las licitaciones ni los problemas de deterioro ambiental en la cuenca del río Powder y en otras áreas del país.

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