La multinacional minera Barrick Gold no respeta ninguna ley y sigue explotando minas en Argentina, mientras se debate en el parlamento una ley que cambiaría la realidad minera en el país
El 14 de julio pasado, la Cámara de Diputados comenzó con el tratamiento de la nueva ley de protección de glaciares. Que de nueva tiene poco, dado que el dictamen que contó con el despacho de la mayoría, es el mismo texto de la ley impulsada por los diputados Maffei y Bonasso, que fue vetada por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en el 2008.
Quedaba así nuevamente al borde del precipicio los emprendimientos mineros que la Barrick Gold tiene en Cerro Veladero y Pascua Lama. Este último, gracias al agua de los glaciares argentinos de Lama, es según la misma Barrick, “una de las minas más grandes del mundo y de más bajo costo de la industria aurífera”.
El proyecto fue aprobado en general, con 129 votos a favor y 86 en contra. Los únicos que lo rechazaron, cumpliendo la “obediencia debida” de estrictas órdenes superiores, fueron los integrantes de la bancada del Frente para la Victoria (FPV) capitaneada por el diputado Agustín Rossi. Quien en forma previa a la sesión, intentó aplazar por dos semanas el tratamiento del proyecto, que solo consta de cuatro carillas, con el endeble argumento de que no habían tenido tiempo para analizar los cambios introducidos a última hora, con la anuencia del senador Filmus.
Todo parecía indicar que la cámara baja iba a finiquitar con el tratamiento al proyecto. Sin embargo, a las tres de la madrugada, cuando los diputados se disponían a aprobar el artículo 6 de la ley, que prácticamente hiere de muerte el proyecto de la Barrick en Pascua Lama, la sesión naufragó. Los diputados del PRO encabezados por Federico Pinedo, se levantaron de sus bancas y dejaron sin quórum la sesión, la que debió ser postergada por quince días, tal como lo había requerido la bancada oficialista del FPV.
Irónicamente se podría decir que la sesión se cayó, gracias al Frente PRO la Victoria de los proyectos de la Barrick. Se produjo así una extraña concurrencia de voluntades entre dos bloques supuestamente enemistados a muerte entre si, por el paralelo procesamiento de Mauricio Macri, que este achaca a la perfidia de los Kirchner.
Dos semanas después, el 4 de agosto, la sesión convocada para proseguir con el tratamiento del proyecto, ni siquiera pudo comenzar. Solo hubo 128 legisladores sentados en sus bancas, uno menos de los necesarios para abrir la sesión. Del oficialismo solo estuvo presente el jefe del bloque del FPV, Agustín Rossi, quien no solo adelantó que su bloque no iba a dar quórum, sino que como un augur previamente había pronosticado que la sesión iba a fracasar. En la bancada del PRO estuvieron ausentes los diputados Alonso y Gribaudo (casi el 20 % de ella) a los que se sumaron otros legisladores del Peronismo Federal y del radicalismo.
“Están cobrando por algún lado. No cabe la menor duda. Barrick mueve intereses grandísimos” denunció Bonasso. Esta insólita alianza entre el kirchnerismo (FPV), el macrismo (PRO) y algunos diputados del Peronismo Federal, y del radicalismo, todos profundamente enemistados con el primero, lleva al interrogante ¿Qué fortísimos intereses están detrás de Barrick Gold? Una empresa de corta historia en Argentina, que sin embargo ha logrado resguardar los emprendimientos mineros que tiene en nuestro país. Primero gracias al veto de una ley.
Y ahora juntando cabezas y voluntades de representantes del pueblo profundamente enemistados entre si. A los efectos en definitiva, de que se concrete una entrega territorial, tributaria, y del agua; a favor, como se verá, de los mismos capitales ingleses y norteamericanos que pretenden explotar el petróleo de Malvinas.
El negociado africano de la Barrick
A lo largo de veinte años, en un negocio con ingresos por más de treinta mil millones de dólares, con solo dos mil millones de inversiones infladas, la Barrick se llevará el oro y la plata. Chile cobrará algunos tributos. Y en Argentina solo quedará un enorme basurero toxicó, con un enorme impacto ambiental. Ni en el más atrasado país africano, se podría perpetrar un negociado de esta naturaleza.
Todo comenzó con el descubrimiento en Chile en los ’80 del yacimiento de oro diseminado de Pascua. Según la misma Barrick, uno de los más importantes del mundo, y el de menor costo de explotación.
Pero para su extracción con cianuro hacia falta agua en enorme cantidad. Que Chile no dispone, y que además está en permanente disputa con sus pobladores. El agua estaba del lado argentino, en Lama. Y así sumado a los requerimientos de otros emprendimientos mineros extranjeros en las provincias de Santa Cruz (gobernada por los Kirchner) y Catamarca; gracias a Menem, Cavallo, las “relaciones carnales” y al clan Gioja - lobysta minero y de la Barrick- se fue urdiendo pacientemente la siguiente telaraña legal: La ley de la gran minería en 1994El tratado de complementación minera con Chile en 1997. La ley de recalculo y disminución de las regalías en 1999. El protocolo complementario de ese mismo año, que aseguró a la Barrick el uso del agua de Lama como una servidumbre minera, por el que asumimos obligaciones de servidumbre, que Chile por su parte como país soberano se negó a aceptarlas. La ley de aprobación del tratado con Chile en el 2000, sancionada a la par de la famosa ley Banelco obtenida mediante sobornos. Y la ley de reglamentación de la actividad minera que acordó aun mayores beneficios a las mineras en el 2001. Todas ellas, tanto las leyes menemistas justicialistas, como las radicales, fueron dictadas enteramente a favor de las mineras y de la Barrick Gold, y en contra de los intereses argentinos. Se puede decir entonces que por el oro baila el mono, y también los gobernantes y legisladores argentinos.
Pero la cosa no terminó allí. En el 2008 el Congreso sancionó una ley de protección de los glaciares, que inadvertidamente fulminaba al proyecto de la Barrick, al prohibirle utilizar el agua de los glaciares de Lama. En consecuencia, tras la presión de los Gioja y la Barrick, la presidenta Fernández de Kirchner la vetó. De esa forma ya se había cedido el territorio, que había pasado a ser un condado de la Barrick en plena cordillera, y el agua. Y tras cartón en el 2009, el ministerio de Economía cedió todos los tributos a favor de Chile, con el cuento de que el mineral proviene de allí.
Tras el veto presidencial, en el 2009 los Gioja redactaron una ley de protección de Glaciares conforme la necesidades de la Barrick, que se la hicieron firmar al senador Filmus, e inmediatamente el Senado aprobó. Y continuación en este año se produjeron recientemente los dos fracasos sucesivos en la Cámara de Diputados, en el intento de sancionar nuevamente la ley vetada por la Sra. Presidenta. Impulsados por el interrogante de que tan poderosos intereses internacionales pueden manejar a los gobernantes y legisladores argentinos como si fueran sus marionetas, emprendimos esta investigación, para encontrarnos al final de ella con algunas sorpresas.
Los verdaderos dueños de la Barrick Gold
La primera conclusión de esa investigación es que Barrick Gold, no es una empresa canadiense, y que su presidente, el inefable Peter Munck no sería quien realmente mueve los grandes hilos de la compañía.
Concretamente en el proyecto de Pascua Lama según el sitio www.olca.cl, los verdaderos dueños de Barrick Gold, son seis poderosos fondos de inversión estadounidenses, junto al banco inglés Barclays. Y a su vez tres de estas firmas son las principales accionistas de las empresas que actualmente están explorando en Malvinas en busca de petróleo (Rockhopper Exploratión, Desire Petroleum Plc, Falkland Oil and Gas, y Borders & Southern Petroleum).
Las siete compañías que detentan más del 52% del paquete accionario de Barrick Gold, y que mantienen vínculos con las petroleras de Malvinas son las siguientes:
- The Capital Group: Es un fondo de inversión estadounidense. En el proyecto de Pascual Lama detenta el 31% de las acciones a través de sus dos compañías subsidiarias, Capital Research and Management Co, y American Founds. Aunque desde siempre ha cultivado un bajísimo perfil, con un capital de un billón de dólares, es el fondo de inversión más grande e influyente del mundo. Tiene acciones en más de 250 poderosas compañías tales como: Repsol YPF, ALCOA, JP Morgan - Chase Manhatan, Bank of New York, Chevron, Citigroup, Disney Walt Co, Exxon, Fiat, Lockheed Martin, Petrobras, Telecom, Banco BBVA, Banco Santander, etc. A través de su subsidiaria Capital Research and Management, tiene acciones en la empresa Rockhopper Exploratión Plc. La única petrolera de las cuatro que están explorando actualmente en Malvinas, que ha declarado haber encontrado promisorios hallazgos de petróleo.
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