El descontento entre los sectores de inmigrantes en Estados Unidos aumenta contra el gobierno del presidente Barack Obama, debido al incumplimiento de la promesa de una reforma migratoria en el país.
Lejos de una solución a un problema que afecta a casi 12 millones de personas que residen sin un estatus legal en territorio estadounidense, lo que se ha incrementado es la deportación de inmigrantes.
La administración de Obama alcanzó una cifra récord en devoluciones de indocumentados, según nuevos datos del departamento de Seguridad Interna (DHS) divulgados en la semana que concluye.
Más de 393 mil extranjeros fueron enviados de regreso a sus países por las autoridades norteamericanas durante el 2009, una cantidad que es considerada sin precedentes por los analistas.
De acuerdo con el DHS, algo más de la cuarta parte de los deportados fue declarada culpable de delitos penales y en las estadísticas casi el 72 por ciento del total corresponden a ciudadanos mexicanos.
Entretanto, un grupo de legisladores republicanos de Colorado se reunió con los principales impulsores de la ley SB1070 en Arizona para estudiar la posibilidad de presentar una ley similar en su estado, reportó la edición digital del diario La Opinión este domingo.
Los congresistas aducen que Colorado necesita tomar medidas más fuertes contra la inmigración, máxime cuando muchos de los que escapan de Arizona tras la implementación de legislación se refugian en el otro territorio.
Un artículo del ex fiscal general Alberto Gonzales, publicado el viernes en el periódico The Washington Post, afirma que el proceso migratorio está roto y abogó por mantener una enmienda constitucional según la cual todo nacido en Estados Unidos es ciudadano de este país.
Gonzales criticó además, lo que estimó como “falta de voluntad para aprobar una reforma migratoria integral” del gobierno de Obama porque los demócratas conservan esa cuestión en suspenso por “razones políticas”, en alusión a los riesgos que conllevaría defender ese proyecto.
El irresuelto tema de la inmigración podría tener un impacto negativo para los candidatos del partido en el poder para las elecciones de medio término del próximo 2 de noviembre.
Para entonces se removerán los 435 escaños de la Cámara de Representantes, un tercio del Senado y buena parte de las gobernaciones.
Prensa Latina
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