Fabrício Ângelo/IPS-TerraViva
Movimientos sociales y autoridades de Chile, Bolivia y Venezuela defendieron un modelo democrático y participativo de integración para América Latina en otra jornada del Foro Social Mundial en Belém.
"La consolidación de la democracia y el fortalecimiento de la ciudadanía son imprescindibles para ampliar y reconocer los derechos de los ciudadanos en un mundo desigual"
afirma un documento de la Mesa de Articulación de Asociaciones Nacionales y Redes de Organizaciones no Gubernamentales de América Latina y el Caribe. "Por ese motivo es fundamental promover la participación democrática de todos los países y de todos los pueblos", agrega. La cuestión de la integración fue debatida ampliamente este jueves en el FSM, que se celebra hasta el domingo en Belém, capital del amazónico estado de Pará, con la presencia de activistas de todo el mundo. En este momento de crisis de la política neoliberal, las entidades afirman que es necesario crecer con equidad, de forma simultánea y no secuencial. Para eso hay que enfocarse en la integración como objetivo para disminuir la desigualdad y buscar eficiencia en el gasto público, dijeron.
Una de las estructuras más importantes en ese proceso es la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), que viene conformándose desde 2004 y cuyo tratado constitutivo fue adoptado en mayo de 2008. La búsqueda de alternativas soberanas de integración tuvo su momento de síntesis en la reunión de diciembre de 2006 en la ciudad boliviana de Cochabamba, la Cumbre Social por la Integración de los Pueblos que decidió fortalecer los mecanismos de acompañamiento, incidencia y debate de la Unasur. El embajador de Chile en Brasil, Álvaro Díaz, dijo que el tratado ya fue ratificado por Bolivia y Venezuela. "La idea es integrar a toda América Latina, abarcando no sólo las cuestiones económicas, sino también los aspectos político y social. Estamos ante un proceso histórico, diferente al de Europa", aseveró Díaz.
El diplomático subrayó que se requiere tiempo para construir esa integración. "Tiene que tener el acuerdo de todos los países, pues debe ser un proyecto regido por principios democráticos y de consenso", apuntó. Es importante invertir en conjunto en la infraestructura y la energía. Además, el proyecto se complementa con todos los esquemas ya existentes, según el chileno, como el Mercado Común del Sur (Mercosur), del que son miembros Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, mientras Venezuela está en proceso de adhesión plena. "Lo ideal es que tengamos no sólo a los sudamericanos, sino a todos los latinoamericanos, como Cuba y México", apuntó.
Entre los objetivos de la Unasur está la creación de un consejo de defensa, proyectos conjuntos de infraestructura y un consejo social, "pues a pesar de que no somos el continente más pobre del mundo, somos el más desigual", enfatizó el embajador Díaz. Para Brasilia, es imperativo un plan de integración continental, pero se trata de un largo camino que requiere discusiones con los movimientos sociales, políticos y empresariales y con la población. Eso es lo que apuntó el asesor especial de la Secretaría de la Presidencia de Brasil, Renato Martins. Según él, se trata de una comunidad de difícil materialización, pues existen muchas fuerzas contrarias al desarrollo de América Latina.
Las "elites" van a combatir a la Unasur, dijo Martins sin dar nombres de personas o partidos. "Vamos a encontrar muchos obstáculos en este proceso que está demorado, y que no deben ser ignorados", apuntó. Una de las cuestiones debatidas fue la libre circulación de personas. Martins aseguró que su país ya cuenta con tratados de libre circulación con algunos vecinos, como Argentina y Paraguay. "Ya tenemos algunos acuerdos en educación, pero hay que recordar que cualquier plan de integración entre países tiene un alto costo financiero", apuntó. Pero, por sus palabras, se vio que el gobierno nacional no está muy conforme con la Unasur.
"Debemos conversar sobre una plataforma de inserción internacional que se más completa que el proyecto actual, algo como una mezcla de la Unasur y el Mercosur", sostuvo. Para eso, no sólo los gobiernos deben proponer ideas, sino la población toda. Walter Limache, de la Unión Nacional de Instituciones para el Trabajo de Acción Social (Unitas) de Bolivia, habló con entusiasmo de los cambios políticos y económicos en su país. Este es el momento más importante de la historia boliviana, pues "mostramos que otra Bolivia es posible", dijo Limache, parafraseando el lema del FSM y en referencia al acceso a la educación y a la salud por parte de los pueblos indígenas, que representan casi 80 por ciento de la población nacional. "Bolivia es un país donde la palabra integración siempre estuvo prohibida, aun entre estados. Hoy tenemos garantizados nuestros derechos individuales y colectivos, a pesar de la oposición (al presidente) Evo Morales. Y sabemos que la integración de América Latina es la mejor forma de proteger a nuestro pueblo y nuestros recursos naturales", aseveró.
Es importante la articulación de las organizaciones sociales en esas negociaciones y en el mercado común, destacó. "La comunicación es importante para evitar que las cosas se decidan sólo en reuniones, tenemos que mostrar a las poblaciones lo que es la Unasur", concluyó.
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