Belisario Aguilar Olvera (NUESTRA AMÉRICA)
A 85 años de la desaparición física de Vladimir Ilich Lenin, subsiste, intensa, la feroz campaña del imperialismo para desacreditar todas las ideas que proclaman una nueva etapa en la historia de la humanidad y que vislumbran el fin del período de la explotación del hombre por el hombre, y para detener la lucha de los pueblos para perpetuar así el dominio del capitalismo. .Se equivocan, los anhelos de la humanidad de progreso, de libertad son perennes. Nada ni nadie puede detener la rueda de la historia, que como se ha dicho hasta la saciedad, no marcha hacia atrás. Tarde que temprano, las contradicciones del capitalismo, su descrédito y la lucha de los trabajadores en todo el mundo, conducirán a la humanidad a inaugurar una etapa diametralmente opuesta en donde "nada de lo bello será patrimonio de unos cuantos, como el trabajo creador y la victoria sobre la naturaleza de todos los hombres y sobre los rincones obscuros de la inteligencia y del alma".Por eso el recuerdo de todos aquéllos que han contribuido en la lucha por convertir a los seres humanos en hermanos del propio hombre, perdurará para siempre. Carlos Marx, Federico Engels, Vladimir Ilich Lenin, Jorge Dimitrov, Vicente Lombardo Toledano y tantos otros vivirán eternamente en el corazón de la humanidad.Si bien es cierto que la caída de la Unión Soviética y de todo el campo socialista fue un hecho lamentable, traumatizante y desequilibrante, también es cierto que la fuerza de la filosofía del proletariado y la combatividad de los pueblos y especialmente de los trabajadores del mundo han reagrupado a los revolucionarios, que hoy como ayer, con grandes sacrificios, enfrentan en condiciones muy desfavorables, muy difíciles, a los opresores, al aparato propagandístico del imperialismo y a los cuerpos represivos.Lenin, "El Genio", como llamó el Maestro Vicente Lombardo Toledano al conductor de la Revolución de Octubre, que fue un hombre culto, un filósofo que profundizó en el conocimiento del materialismo dialéctico, un economista brillante que explicó con gran maestría la etapa capitalista imperialista, tiene como uno de sus más grandes méritos el de haber concebido al instrumento político de la clase obrera, al partido político que tiene como objetivo central tomar el poder para la clase obrera.Sin partido no podemos aspirar al poderLenin nos enseñó que la revolución proletaria requiere de una organización profesional de revolucionarios, requiere del partido de clase, de la clase obrera. Él descubrió la necesidad del partido de la clase obrera.
Él organizó al partido bolchevique, él lo dirigió y él lo condujo a la victoria.El partido de la clase obrera es indispensable porque mientras el imperialismo y las clases explotadas cuentan con una gran organización que va desde la estructura económica, hasta los sofisticados medios modernos de difusión y propaganda, la clase obrera no puede luchar contra la explotación sólo a través de los sindicatos, en primer lugar porque su lucha se reduciría únicamente a la lucha económica y no llevaría a cabo su tarea histórica que es destruir el sistema de la propiedad privada sobre los medios de la producción económica, y en segundo lugar, porque la lucha política de la clase obrera requiere de todos los conocimientos, de toda la cultura que la humanidad ha forjado a través de su devenir histórico y porque sólo el partido de clase aglutina a los elementos más conscientes del proletariado, a los más atrevidos, a los más decididos a arrostrar los peligros que entraña enfrentarse a los intereses de los explotadores, del imperialismo.Por eso mismo, tenemos el deber de luchar contra la dispersión de los combatientes por el socialismo porque como decía el Maestro Lombardo: "nadie se atrevería a proponer, sin un partido único de la clase obrera, los cambios profundos de la estructura económica y social que México requiere... sólo el partido de la clase obrera es el que puede unir a las fuerzas en alianzas momentáneas, transitorias, más o menos duraderas, para hacer avanzar a México y para ofrecer una resistencia activa y eficaz al imperialismo. Sólo un partido de la clase obrera puede luchar consecuentemente por la alianza entre la clase obrera, los campesinos y la pequeña burguesía; por la alianza del proletariado, los campesinos, la pequeña burguesía y la burguesía nacional.
Pero sobre todo, porque el partido único de la clase obrera es sólo el que puede luchar por el socialismo". Sólo el partido único de la clase obrera puede abolir la propiedad privada de los medios de la producción económica y del cambio, socializarlos y edificar la sociedad socialista.Un partido de nuevo tipo.a) Unidad ideológica.El partido de la clase obrera debe ser, ante todo, un partido de nuevo tipo, diferente a los partidos de la pequeña y gran burguesía. Diferente a los partidos de los campesinos o de la intelectualidad avanzada. El partido de la clase obrera debe estructurarse sobre la base de los principios políticos y filosóficos del proletariado. En su seno debe establecerse un nuevo tipo de relaciones, en donde, para lograrlo, no tengan cabida los explotadores y en donde la ciencia política tenga una aplicación constante y permanente. Lo anterior lo podemos resumir en una sola frase: debe ser un partido cohesionado ideológicamente, porque sin la unidad ideológica el partido de la clase obrera no podrá alcanzar sus objetivos históricos. Por eso la labor teórica en su seno es fundamental para su desarrollo y consolidación. La frase de Lenin "sólo un partido dirigido por una teoría de vanguardia puede cumplir la misión de vanguardia" o bien, la frase delMaestro Lombardo "sin saber no es posible luchar y sin luchar no es posible saber" sintetizan extraordinariamente esa labor teórica que debe conducir al partido de clase a su férrea unidad ideológica.En el partido no deben coexistir las diferencias ideológicas.
Por el contrario, el partido debe ser monolítico, cohesionado, organizado y disciplinado; es decir, un partido unido ideológicamente en donde se libre un combate permanente en contra de la penetración de la ideología burguesa, porque nadie ha pensado jamás que el enemigo ideológico no intente infiltrarse a nuestras filas para desarticularnos y convertirnos en presa fácil. Es más, de manera natural, todo el medio social presiona para que los miembros del partido revolucionario caigan en la trampa ideológica de la sociedad de mercado.Lenin nos alerta en su obra ¿Qué Hacer? Cuando afirma "marchamos en pequeño grupo unido, por un camino escarpado y difícil, fuertemente cogidos de las manos. Estamos rodeados por todas partes de enemigos. Nos hemos unido en virtud de una decisión libremente adoptada, precisamente para luchar contra los enemigos y no caer dando un traspié al pantano vecino, cuyos moradores nos reprochan desde un principio el que nos hayamos separado en un grupo aparte y el que hayamos escogido el camino de la lucha y no el de la conciliación".Por su parte, el Maestro Lombardo abordó el tema en diversas ocasiones y en una de ellas afirmó: "un partido nuevo debe ser el partido de la clase obrera, pertrechado con el arma más poderosa que es la filosofía del materialismo dialéctico; pero a condición de que el partido conozca esa filosofía, porque no se puede llegar a ella inventándola, imaginándola, sin reflexión y sin estudio. El socialismo científico es la doctrina más grande que ha producido la cultura sobre el universo, el mundo y la vida; pero no se adquiere por contagio sino mediante un gran esfuerzo diario de lectura, de meditación y de aplicación de lo aprendido en la lucha concreta y del cotejo de los resultados de la lucha en la teoría filosófica adquirida".Por eso, la labor ideológica interna adquiere rasgos de gran magnitud: porque nos permite mantener puro al partido y al mismo tiempo fortalecer su lucha. La educación política de los miembros del partido conduce a la unidad ideológica del mismo, lo que la convierte en una de las tareas más importantes, por ello, los órganos de dirección en todos los niveles, deben promover, organizar y estimular el estudio colectivo e individual.b) Unidad orgánica.A la unidad ideológica se le debe agregar la unidad orgánica porque no basta que todos los miembros asuman una sola teoría si cada cual realiza las tareas que más le acomodan, si en la lucha práctica cada cual toma un camino diferente.
Por eso Lenin estableció los principios y las normas de vida del partido para lograr que el ejército político revolucionario del proletariado actúe con disciplina, sincronizada y ágilmente.La unidad orgánica se logra a través de una estructura científica. No puede ser una estructura que niegue los principios filosóficos del proletariado. No puede ser una estructura impregnada del liberalismo pequeño burgués. No puede ser una estructura basada en el individualismo.La unidad orgánica se expresa, ante todo, a través de la suma de organizaciones y no de la suma de miembros, porque es en el seno de cada organización del partido en donde se cumplen los deberes de miembro y en donde se aplica la convivencia socialista y se aprende la teoría y la práctica de nuestra lucha. Nadie que no milite en una organización del partido puede legítimamente considerarse cuadro revolucionario.La unidad orgánica se expresa también a través de la suma de voluntades de todos sus miembros sobre la base de una disciplina consciente, rigurosa, pero no autoritaria, ni dispersante. La unidad orgánica se expresa en el esfuerzo permanente de todo el partido para superar sus deficiencias, corregir sus errores y mejorar su funcionamiento.Para alcanzar la unidad ideológica y la unidad orgánica es imprescindible aplicar dos principios esenciales en la vida del partido, estos principios son:La composición del partido, entendida como la calidad revolucionaria de sus miembros y la predisposición de ellos para cumplir con sus deberes.
La composición del partido no debe confundirse con el origen del compañero, es decir, no importa si labora en la industria básica, en la secundaria o en los servicios; no importa si es trabajador manual o intelectual; ni tampoco importa si es trabajador de la ciudad o del campo. Lo que importa es su convencimiento de que su tarea histórica es la de sustituir el sistema basado en la propiedad privada por el socialismo. Lo que importa es que esté convencido de que esa tarea histórica sólo la puede cumplir a través de su partido. Lo que importa es que esté dispuesto a cumplir con sus deberes que le imponen los estatutos. Lo que importa es que sea sencillo, honesto, leal, fraternal y compañero de lucha.En el Segundo Congreso del Partido Socialdemócrata Ruso, Lenin argumentaba al respecto afirmando: "no hay que olvidar que todo miembro del partido responde por éste y que todo el partido responde por cada uno de sus miembros. Dadas las condiciones políticas en que tenemos que trabajar, dado el estado rudimentario de la actual organización política, sería sencillamente peligroso y dañino conceder los derechos de miembro del partido a quienes no son miembros de una organización y depositar la responsabilidad por el partido en gente que no entra a formar parte de la organización" y continuaba: "tenemos el deber de poner un control efectivo en manos del Comité Central. Tenemos el deber de salvaguardar la firmeza, la perseverancia, la pureza de nuestro partido. Debemos esforzarnos por elevar más y más el nombre y la importancia de miembro del partido".El otro principio es el del centralismo democrático que promueve la unidad ideológica, la unidad orgánica y la combatividad del partido.
El centralismo democrático se basa fundamentalmente en la existencia dentro del partido de una sola disciplina que se realiza a través de la supeditación de la minoría a la mayoría, la cual se ejerce depositándola en las organizaciones de dirección. Es por eso que en el Congreso Nacional recae la máxima representación de la mayoría y enseguida, esa representación le corresponde al Comité Central, por ello, y en ese orden, ambos son la máxima autoridad del partido.La obligatoriedad para todas las organizaciones y miembros del partido de acatar, cumplir y hacer cumplir la declaración de principios, el programa y los estatutos emana de que son aprobados por el Congreso Nacional, el cual también establece la línea estratégica y táctica. Es por eso que en la vida partidaria cotidiana, los documentos básicos no están a discusión, porque la única que puede discutirlos, reformarlos y hasta cambiarlos totalmente, es la mayoría del partido representada en el Congreso Nacional.El centralismo crea la unidad de acción en el seno del partido y otorga mayor autoridad a las organizaciones superiores de dirección. La no aplicación del centralismo conduce al relajamiento de la disciplina, al caos y a la anarquía. Si el centralismo crea la unidad de acción, la democracia, crea a su vez, la voluntad común de los miembros que se cristaliza en los acuerdos. La voluntad común expresa plenamente las necesidades de la lucha del proletariado y protege al partido del subjetivismo y lo aleja del sectarismo y dogmatismo. La democracia interna conduce a discutir colectivamente, en cada organización del partido, los problemas fundamentales y a aprobar los acuerdos obligatorios para todos.El desarrollo de la democracia interna conduce, al mismo tiempo, a elevar el prestigio de las organizaciones de dirección, porque su actividad se apoya en la participación colectiva de los miembros en la discusión y aprobación de sus resoluciones.Por ese motivo Lenin defendió enérgica y apasionadamente al centralismo democrático frente a los ataques de los mencheviques. Lenin consideraba al centralismo y la democracia como un todo único, complementarios entre sí y enlazados orgánicamente. Ni centralismo sin democracia, ni democracia sin centralismo.
Lenin expresaba: "podrá y deberá haber en nuestro partido dos centros dirigentes: el OC (Órgano Central) y el CC (Comité Central) El primero deberá dirigir ideológicamente y el segundo, inmediata y prácticamente. La unidad de acción y la necesaria identificación entre estos grupos se asegurará no sólo por el programa único del partido, sino también por la composición de ambos grupos (es necesario que en ambos, tanto en el OC como en el CC se hallen personas totalmente identificadas entre sí) y por la organización de reuniones regulares y constantes entre ellos".En otra ocasión, defendiendo la democracia interna, Lenin declaró: "la organización del partido descansa sobre bases democráticas. Esto significa que todos los afiliados eligen a los que habrán de ocupar los cargos de responsabilidad, a los miembros de los comités, etcétera, que todos los comunistas discuten y resuelven los problemas referentes a la campaña política del proletariado, que todos los comunistas determinan la táctica de las organizaciones del partido".
En síntesis, el centralismo democrático se basa: en la disciplina que supedita a la minoría con respecto de la mayoría; en que las organizaciones de dirección superior tienen mayor autoridad que las inferiores y sus decisiones son acatadas incondicionalmente; en que todos los comités se eligen de abajo a arriba; en que en todas las organizaciones del partido, independientemente del nivel de dirección de que se trate, todos los asuntos se resuelven democráticamente, a través de la dirección colectiva y en la aplicación de la crítica y autocrítica.Un partido de vanguardiaEl partido de la clase obrera debe ser la vanguardia de su clase y de todo el pueblo.
El partido no podrá dirigir la lucha hacia estadios superiores de la vida social si no cuenta con prestigio y autoridad.Pero el título de vanguardia no se obtiene por el sólo hecho de proclamarse a sí mismo vanguardia. Este título hay que conquistarlo todos los días con pronunciamientos acertados, con éxitos cotidianos, con la actividad diaria y con la congruencia entre las ideas y la forma de ser y de actuar de sus militantes. Lenin explica con claridad cundo afirma: "no basta titularse vanguardia, destacamento avanzado: es preciso también obrar de suerte que todos los demás destacamentos vean y estén obligados a reconocer que marchamos a la cabeza".
El partido de la clase obrera debe ser un partido que penetre en la conciencia de los trabajadores, que los organice, que los abandere. El partido debe actuar sistemáticamente entre las masas, nunca alejado de ellas, porque la revolución se organiza organizando a las masas en torno del partido e incorporando a sus filas a los trabajadores más solidarios, más abnegados, más decididos, más dispuestos a entregarse a una lucha donde se expone todo y sólo se obtiene la satisfacción del deber cumplido.
"Ese partido nuevo de la clase obrera al que aspiramos -escribió el Maestro Lombardo- tiene que ser un partido militante, en lucha diaria en defensa del pueblo, de sus intereses, de sus derechos, y en defensa de las demandas y de las reivindicaciones de la Nación".Elevando el concepto, podemos afirmar que la vanguardia se conquista en la conjunción perfecta de la teoría y la práctica. Lenin lo habría de expresar magistralmente cuando afirma: "al subrayar así la necesidad, importancia y grandiosidad de la labor teórica de los socialdemócratas, en manera alguna quiero decir que esta labor esté situada en primer plano antes que la labor práctica; y mucho menos que la segunda sea aplazada hasta la terminación de la primera".
"No se puede ser dirigente ideológico, continúa Lenin, sin la indicada labor teórica, como tampoco se puede serlo sin dirigir esa labor de acuerdo con las exigencias de la causa, sin propagar los resultados de esta teoría entre los obreros y ayudarlos en su organización". "Este planteamiento de la tarea preserva a la socialdemocracia de aquellas deficiencias de las que tan a menudo adolecen los grupos socialistas: el dogmatismo y el sectarismo". "No puede haber dogmatismo allí donde el criterio supremo y único de la doctrina es la conformidad de ésta con el proceso efectivo del desarrollo económico-social; no puede haber sectarismo cuando la tarea se reduce a contribuir a la organización del proletariado, cuando por consiguiente, el papel de la 'intelectualidad' se reduce a hacer innecesarios dirigentes especiales, dirigentes intelectuales".
"Nuestra tarea -dice Lenin-, la de la socialdemocracia, consiste en combatir la espontaneidad, consiste en apartar al movimiento obrero de esta tendencia espontánea del sindicalismo a cobijarse bajo el ala de la burguesía, y atraerlo hacia el ala de la socialdemocracia revolucionaria". Porque -afirma Lenin- "la conciencia política no se le puede aportar al obrero, más que desde el exterior, esto es, desde afuera de la lucha económica, desde afuera de la esfera de las relaciones entre obreros y patronos". Por eso -sostiene Lenin- "debemos ir a todas las clases de la población como teóricos, como propagandistas, como agitadores".
"Pero uno de los rasgos más característicos del economismo es, precisamente, no comprender esta relación; aun más: no comprender que la necesidad más urgente del proletariado -educación política en todos los aspectos, por medio de la agitación política y de las campañas de denuncias políticas- coincide con idéntica necesidad con el movimiento democrático general".
Como vemos, sin su partido la clase obrera no puede aspirar a cumplir con su misión histórica, pero para ello, el partido debe tener unidad ideológica y orgánica que, con su acción, con su lucha permanente, tanto en lo teórico como en lo práctico, se ponga a la cabeza de su clase y de todo el pueblo.Recordando la frase del Maestro Vicente Lombardo Toledano: "la Patria se construye todos los días y todos los días necesita nuevos constructores", se podría decir también que el partido se construye con nuestra actividad diaria y que diariamente requiere, necesita, nuevos constructores. Ese es el mejor homenaje que podemos hacerle a los héroes del proletariado y en este caso especial, a Vladimir Ilich Lenin.
Belisario Aguilar Olvera, miembro de la Dirección Nacional del Partido Popular Socialista de México.
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