Viena, 11 mar (PL) El presidente boliviano, Evo Morales, solicitó hoy aquí despenalizar la milenaria hoja de coca, que tiene valores nutricionales y medicinales, remarcó.
En su alocución ante la 52 sesión de la Comisión de Estupefacientes de las Naciones Unidas, el jefe de Estado de esta nación suramericana desmintió los argumentos de la Convención de 1961 que entre sus artículos plantea que la masticación de la milenaria planta es dañina para la salud y el rendimiento productivo.
Morales explicó que, durante varios años en el trópico de Cochabamba como productor de ese cultivo y dirigente sindical, consumió la hoja de coca y actualmente trabaja más de 10 horas al frente del país sin que esa práctica le haya afectado o sea una persona desnutrida.
También aseveró que la masticación no causa trastornos mentales ni adición, y mucho menos conduce a conductas inmorales.
En ese sentido, Morales pidió con respeto a los integrantes del organismo internacional eliminar los incisos 1c y 2e del artículo 49 de esa Convención que penaliza a la hoja de coca.
Vengo a corregir ese error histórico, señaló, aunque la masticación (acullicu) de la planta, que data de unos dos mil años antes del nacimiento de Cristo, según algunos documentos históricos, no se podrá suprimir en cinco lustros como asegura el texto de ONU.
Varias veces ovacionado por el auditorio, Morales llamó a respetar además la Convención sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, aprobada en Naciones Unidas en septiembre del pasado año, y otras resoluciones de organismos mundiales, como la UNESCO, que reivindican a la planta sagrada de comunidades de Bolivia, Argentina, Colombia, Chile, Ecuador y Perú, entre otras naciones.
El mandatario de origen aymara también señalo que la nueva Constitución Política del Estado en Bolivia, aprobada por el pueblo en enero último, defiende a la hoja de coca como un recurso natural renovable, patrimonio cultural como parte de la biodiversidad e su país.
Asimismo se comprometió a continuar los actuales esfuerzos en la lucha contra el narcotráfico y la erradicación voluntaria y consensuada con campesinos de los cultivos excedentes de hoja de coca.
No somos de la cultura de la cocaína, por eso como movimientos sociales decidimos eliminar el libre cultivo, lo cual no quiere decir cero hoja de coca, remarcó.
De acuerdo con Morales, resulta inaceptable incluir a la planta entre las sustancias prohibidas, lo cual data de 1961, cuando Ginebra, Suiza, organizó la Convención Única sobre Estupefacientes.
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