miércoles 23 de junio de 2010
Enrique Muñoz Gamarra
(especial para ARGENPRESS.info)
(especial para ARGENPRESS.info)
Las noticias internacionales están corriendo aceleradamente. La geopolítica y la geoeconomía irradian en estos momentos. Pero, de hecho, en estas últimas semanas la geopolítica es la que ha venido imponiéndose. Por eso Irán, la península coreana y los países centroasiáticos han devenido en el centro de las noticias. Y, en lo fundamental, es Irán el que en estos momentos esta en el centro de la tormenta mundial. EEUU esta muy desesperado por apoderarse del petróleo iraní, esgrimiendo, esta vez, el arma nuclear como pretexto de intervención militar. En esa medida, los riesgos de una intervención preventiva sobre este país están dados ahora casi al 100% y, esto es así, sobre todo, tras las nuevas tácticas asumidas por Rusia y China en el último conclave del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas exigidas por los EEUU para imponer una cuarta ronda de sanciones contra Irán. Pero veamos cómo es este asunto realmente.
Algunas notas para entender el tema:
En principio, el problema iraní no es el arma nuclear, sino, el petróleo e, incluso, el euro. Como es de conocimiento público la base de la economía iraní es el petróleo. Irán es el quinto mayor exportador de crudo en el mundo. Además, controla el Estrecho de Ormuz, uno de los pasos más estratégicos del petróleo, por donde circulan el 40 % del consumo mundial. Y, lo más importante, la moneda en las transacciones internacionales de este valioso líquido es el euro. Desde un principio, la ascensión de los ayatolahs en el poder iraní, significó un duro golpe para la administración estadounidense en el control de este valioso componente energético. Entonces desde ese momento las cuentas estaban pendientes. Ahora, tras la Gran Depresión Económica que azota al mundo, las necesidades de reasumir sus explotaciones en este país, son muy urgentes. Y, es, este, el meollo y el fondo real de las actuales belicosidades estadounidenses contra este país. El arma nuclear es sólo un pretexto absolutamente demagógico y una cortina de humo de grandes dimensiones utilizada por la administración estadounidense para embaucar a la opinión pública internacional. Si en la invasión iraquí el pretexto fue la supuesta existencia de armas de exterminio masivo, ahora, en Irán, es el arma nuclear. Así de simple las cosas.
Existen hechos probatorios concluyentes que en Irán no hay armas nucleares. En principio debemos señalar que la Organización Internacional de la Energía Atómica (OIEA) ha sido muy estricta con Irán. Sus observaciones han sido al milímetro. No se le puede acusar a Irán de una falta de colaboración al respecto. Pero como para los EEUU lo blanco es negro y lo negro es blanco entonces ha acusado a Irán de desarrollar armamento nuclear bajo cobertura de su programa civil de energía atómica (01). Incluso esto ha sido desmentida por la OIEA cuando estaba dirigida por Mohamed el-Baradei (razón de fondo por el que habría perdido la confianza de los EEUU para un nuevo mandato en esta organización), pero incomprensiblemente afirmada por esta misma OIEA, dirigido esta vez, por el japonés Yukiya Amano que ahora hace coro con la ONU dirigido por el surcoreano Ban Ki-moom defendiendo las tesis estadounidenses. Incluso en la época de la administración del Presidente Bush (hijo) los servicios secretos estadounidenses hicieron saber que no había indicios de armas nucleares en Irán. Por supuesto, el gobierno iraní ha manifestado hasta el cansancio que están por el uso pacífico de la energía atómica, que nadie le hace caso y, religiosamente silenciado por los medios noticiosos de occidente.
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