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jueves, 14 de abril de 2011

ALEPH: Los estados terroristas

Carolina Ecobar Sarti
Cuando un terrorista del tamaño de Luis Posada Carriles anda suelto por el mundo, se confirma la ecuación: las personas terroristas no existen sin Estados terroristas. Cito a Pilar Marrero cuando dice que “uno se pregunta cómo es que un tipo como Posada Carriles, terrorista convicto, que está en la lista de “no volar” de los Estados Unidos como todo un peligro calificado para los estadounidenses y el sistema de aviación en pleno, que entró a Estados Unidos

ilegalmente en bote ayudado por amigos billetudos del exilio cubano (que ahora celebran alegremente el fallo del jurado), que se sabe voló el avión de Cubana de aviación en 1976, que puso bombas en hoteles cubanos, que fue atrapado en un carro lleno de explosivos en Panamá intentando matar a Fidel Castro, (….) no ha sido sumariamente deportado al punto más lejano de la Antártida vestido únicamente con traje de baño y chancletas y abandonado a su suerte para siempre.”

Quiero poner lo anterior en contexto: la sofisticación que se vive hoy en Estados Unidos en materia migratoria, afinando los registros de inmigrantes que anualmente se deportan por miles desde ese país a los nuestros, es incuestionable. El sistema ha llegado a ser tan eficiente, que es capaz de encontrar a los inmigrantes indocumentados hasta debajo de las piedras. Pero un octogenario Posada Carriles, terrorista convicto y confeso, ex empleado de la CIA, inmigrante indocumentado, ilegal y criminal como pocos, ha sido puesto en libertad. ¿No dibuja eso el rostro de un Estado terrorista que protege a un criminal formado a partir de sus métodos para ejercer violencia?

Apenas tres horas se tardó un jurado de El Paso. Texas, en liberarlo. Con todo y 11 cargos por mentir sobre su ingreso a Estados Unidos y su participación en los bombazos que estallaron en hoteles cubanos en 1997, fue absuelto. Y es de suponer que ningún agente migratorio lo ha buscado para mandarlo de regreso a su país. Yo digo que Posada Carriles no es una burla a la lucha antiterrorista que “lidera” Estados Unidos, sino un ícono de cualquier Estado terrorista del mundo. A estas alturas, es perverso que las ideologías sigan siendo el pretexto para justificar semejantes aberraciones, y que un Estado terrorista no sólo las permita, sino que se derrote a sí mismo dejando que sucedan.

Un Estado terrorista usa a terroristas como Posada Carriles para cometer actos de violencia, y además, los cobija ad eternum. Un Estado terrorista induce el miedo en la población civil por métodos ilegítimos para alcanzar sus objetivos sociales, políticos o militares. Y para ello se sirve de gente como Posada Carriles. Un Estado terrorista instruye, entrena o induce a sus cancerberos para que actúen de tal manera que causen terror en la población civil del enemigo, y se niega a introducir medidas que limiten o pongan tales acciones ante la justicia. Un Estado terrorista crea personas y organizaciones Frankensteins (terroristas) y a veces estas se presentan públicamente como fuerzas opositoras, cuando en realidad no lo son, lo que le da mayor justificación a sus creadores frente a la opinión pública. Es lo que han hecho con Posada Carriles.

¿Cómo se puede poner la plana y luego romper la hoja? Los Estados terroristas, como el nuestro, mantienen a la población a raya, atemorizada, insegura, empobrecida, miserable. Y para ello tienen verdugos que dejan caer la guillotina sobre los cuellos de la ciudadanía. Los bombardeos sistemáticos o el hambre sostenida son terrorismo. Inventarse guerras para sostener la industria armamentista es terrorismo. Haber dejado libre a Posada Carriles es terrorismo.

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