La Agencia Central de Inteligencia estadounidense (CIA) conoce desde 1994 de relaciones existentes entre el Ejército colombiano con los paramilitares, según publicaciones de este miércoles aparecidas en la página de Internet de National Security Archive (archivos nacionales de seguridad).
Según la página de Internet de National Security Archive, una organización sin fines de lucro de la Universidad George Washington, las fuerzas de seguridad de Colombia cooperaban con grupos paramilitares que a su vez estaban vinculados con el narcotráfico. Además, los documentos hechos públicos señalan que la idea de asesinar civiles colombianos y hacerlos pasar por guerrilleros (los llamados falsos positivos) es vieja.
También, los que propiciaron estos nexos alentaron la táctica de aumentar el “conteo de cuerpos” para presentar ”éxitos” matando civiles.
La idea era ocasionar el mayor número de bajas a la guerrilla en ese país, según los documentos diplomáticos, militares y ex funcionarios de inteligencia recientemente desclasificados por Estados Unidos.
Así, la práctica de “falsos positivos”, o muerte ilegal de civiles que luego son presentados como guerrilleros muertos en combate, es una vieja práctica del Ejército colombiano, agregó Michael Evans, analista del grupo en Washington, en un comunicado sobre los documentos.
Esos documentos “arrojan luz sobre una política -examinada recientemente en un informe del Ejército colombiano aún no publicado- que influyó en la conducta de oficiales militares colombianos durante años, que conllevó a ejecuciones extrajudiciales y colaboración con paramilitares narcotraficantes”, dijo el grupo.
El informe secreto ha contribuido al despido de 30 oficiales del Ejército y a la renuncia del general Mario Montoya como comandante en jefe del Ejército colombiano, según señala el documento.
La página de Internet de National Security Archive, que hizo público un informe que detalla que en un cable de 1994, el entonces embajador estadounidense en Colombia, Myles Frechette, ya había condenado la “mentalidad de conteo de cuerpos” que prevalecía entre los oficiales militares.
Frechette dijo entonces, que los oficiales de campo que no podían demostrar logros tangibles en contra de la guerrilla “sufrían desventajas a la hora de los ascensos”.
Los oficiales tenían además, según ese informe de 1994, un historial de “asesinato de civiles de izquierda en áreas de control guerrillero, colaboración con paramilitares vinculados con el narcotráfico en ataques contra presuntos simpatizantes de la guerrilla, y el asesinato de combatientes capturados”.
National Security Archive divulgó los documentos desclasificados, seis días antes de que el presidente Álvaro Uribe reciba, de manos del presidente de Estados Unidos, George W. Bush, la Medalla Presidencial de la Libertad.
Telesur
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