Los analistas económicos ecuatorianos calificaron de "acertadas" las medidas adoptadas por el gobierno para afrontar la crisis financiera global, debido a que buscan fortalecer el sector productivo del país.El analista Patricio Ruíz recomendó sin embargo al presidente ecuatoriano Rafael Correa, tener listo un plan "B", ya que "la crisis es tan profunda y va tan rápido que los ajustes, no sólo en este país, sino en todo el mundo, están rezagadas frente a los acontecimientos económicos.
El vicepresidente del Colegio de Economistas de Manabí, Patricio Moreano confía en cambio que las medidas permitirán enfrentar los efectos de la crisis internacional de manera efectiva.Según los expertos, el encarecimiento del financiamiento externo, la reducción de la demanda de exportaciones, los menores ingresos por caída del precio del petróleo y la restricción de liquidez a exportadores y sus proveedores son algunas de las consecuencias que acarrea la crisis internacional para el país andino.En este contexto, el consultor independiente y ex miembro de la Federación de Exportadores del Ecuador, Mauricio Peña, indicó que las acciones emprendidas por el gobierno son las que se necesitan para favorecer al sector productivo del país."La responsabilidad del gobierno es abrir puertas para los productos ecuatorianos y eso es lo que se está haciendo con países como Irán, Egipto y otras naciones de Asia", comentó.
Economistas a escala mundial coinciden en que la crisis financiera mundial se desató debido al colapso de la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos.Las repercusiones de esta crisis empezaron a evidenciarse de manera clara a comienzos de 2008, con un primer contagio al sistema financiero estadounidense y después al mundial, indicó Peña.El gobierno adoptó la moratoria del anticipo al impuesto a la renta hasta diciembre de 2009 para exportadores, el otorgamiento de créditos automáticos a servidores públicos y la reducción de trámites para el "drawback", régimen especial aduanero para la devolución parcial o total de impuestos o tasas cobradas.Otras de las medidas implantadas por el gobierno fue el incremento de uno por ciento del impuesto a la salida de capitales.La crisis internacional, el precio del petróleo y la inconformidad de varios sectores representan obstáculos para la reelección del presidente Correa.
El mandatario, quien inició su gestión en enero de 2007, pondrá en juego su capital político en 2009, un año en que él mismo anticipó vendrán "tiempos difíciles".El vaticinio del gobernante se refiere a los efectos de la crisis mundial y a la caída del precio del crudo, sin embargo en el horizonte surgen otros elementos que vislumbran un año complicado para su administración.A las eventuales dificultades del régimen para financiar el presupuesto se suma el descontento de varios sectores por distintos temas.Ese es el caso del proyecto de Ley de Minería, que ha generado malestar entre el movimiento indígena.A finales del año pasado la Confederación de Nacionales Indígenas de Ecuador (Conaie) encabezó las primeras movilizaciones por el tema y anunció medidas más radicales, en caso de que el congreso interino no deseche el proyecto de ley.El movimiento indígena manifestó también sus reparos en otras propuestas, como la de agua y de soberanía alimentaria.
El ex presidente de la Asamblea Constituyente y miembro de la gobernante Alianza País, Alberto Acosta, dijo que el presidente Correa aún puede resolver estos temas "con más democracia"."Es necesario sentarse a dialogar, escuchar y convencer con argumentos. No es aconsejable aprobar leyes con imposiciones", sostuvo Acosta.Además, dijo que en un año electoral no es conveniente que se registren movilizaciones, sin embargo Correa anunció que el espíritu de la Ley Minera no es negociable en el "Congresillo".En ese escenario aparecen también las amenazas de movilizaciones de otros sectores como el obrero, que está descontento con el porcentaje de aumento salarial y el manejo de los fondos del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS).
Por lo pronto, el Frente Unitario de Trabajadores y otras centrales sindicales anunciaron manifestaciones para el primer mes del año.En medio de estas dificultades, Correa tiene a favor el nivel de popularidad que ha sostenido durante dos años consecutivos.La encuestadora Informe Confidencial señaló que la gestión de Correa en Quito fue calificada el mes pasado con 80 puntos, mientras que en la ciudad costera de Guayaquil, bastión de la oposición y donde se concentra la mayor población del país, su aprobación alcanzó 65 puntos.Con su popularidad como soporte, el mandatario señaló que sus prioridades en los comicios del próximo 26 de abril serán la reelección y el control de la Asamblea Nacional (Congreso).
El consultor Santiago Nieto consideró que en un país tan impredecible como Ecuador resulta arriesgado dar por hecho la reelección del jefe de Estado."La reelección depende de lo que pase (...) Hace cuatro años no esperábamos un cataclismo financiero. Si se acelera la crisis, el presidente Correa puede entrar en problemas", indicó.Nieto afirmó también que resulta aventurado pronosticar que el oficialista movimiento Alianza País será mayoría en la Legislatura.El analista económico Pablo Dávalos sostuvo que en 2009 habrá dos escenarios, uno en el cual el Ejecutivo enfocará su política fiscal para ganar elecciones y otra en la aplicará restricciones por la crisis.En esos dos escenarios la racionalidad económica se va a trasladar a la política.
La crisis de la balanza de pagos se va a convertir en el punto de quiebre más importante que atravesará lo financiero, productivo y monetario."Todo apunta a que el gobierno está haciendo cálculos para que esta crisis estalle después de las elecciones y de ahí tomará correctivos", aseguró.El dirigente de la Conaie, Humberto Cholango, aseguró que este año será conflictivo por la crisis mundial y por tanto los recursos naturales querrán ser aprovechados para superar este momento."Es evidente que la crisis va a intentar detener el proceso de cambio.
El gobierno tiene que blindarse con fuerzas sociales y de grupos progresistas porque la derecha ecuatoriana y los sectores neoliberales van a aprovechar esta crisis para detener el proceso", indicó Cholango."Vamos a estar presentes en el proceso de lucha y en el debate de las leyes, sobre todo de la Ley de Aguas y la Minera que nos afectan directamente porque queremos que se respeten nuestras tierras y la biodiversidad del país", agregó.El dirigente señaló que estarán atentos ante cualquier atentado contra la soberanía de Ecuador, con el fin de evitar que los recursos caigan en manos extranjeras."Si hay que movilizarse para defender y profundizar este proceso de cambio nosotros estaremos dispuestos, de eso no hay duda, siempre por defender al país", sentenció Cholango.
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