Dilma Rousseff
Los sindicatos brasileños exigen un aumento de salario mínimo a 580 reales (340 dólares), según informó este martes un diario local.
La presidenta Dilma Rousseff encomendó a su gabinete de Gobierno durante una reunión realizada este mismo lunes, que no hagan concesiones a las demandas de las seis mayores centrales gremiales que advirtieron con realizar una protesta en el Congreso.
Rousseff dijo que no concederá un aumento del salario mínimo a 580 reales y considera que de esta manera ”envía un mensaje de confianza a los mercados”.
El Gobierno envió un proyecto al Congreso en el que propone fijar el salario mínimo en 545 reales (321 dólares).
La posición del Ejecutivo fue criticada por Paulo Pereira da Silva, titular de la central gremial Fuerza Sindical.
“No nos vamos a someter a ninguna amenaza” del gobierno ni se va a retroceder en las demandas salariales, afirmó el sindicalista.
Ansa
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