El cubano-venezolano, de 82 años, se enfrenta a varios cargos por supuestamente mentir a funcionarios de Inmigración durante las entrevistas, después de haber entrado a Estados Unidos como indocumentado en 2005.
Entre los testigos de los fiscales están dos policías cubanos que realizaron la investigación de atentados con bombas en Cuba ocurridos entre 1997 y 1998 contra instalaciones turísticas y con los cuales Posada Carriles estaría vinculado.
Dentro de los testigos de la Fiscalía está también el médico forense encargado de la autopsia del turista italo-canadiense Fabio di Celmo, quien murió en esos ataques.
Parte de la lista de los testigos de ambas partes se divulgó hoy en el tribunal de El Paso (Texas) , donde se juzga a Posada Carriles, ex agente de la Central de Inteligencia Americana (CIA), de once cargos por supuesto fraude, obstrucción de procesos, perjurio y falsas declaraciones en su solicitud de asilo político y ciudadanía.
La jornada de hoy comenzó con la abogada de inmigración del Gobierno estadounidense Gina Garrett Jackson, quien revisó el historial migratorio y la solicitud de asilo político del acusado.
Posada Carriles, vestido con traje negro y camisa azul claro, escuchó con atención el proceso con audífonos mediante los que le traducen al español lo que sucede en la sala.
El juicio es seguido por el abogado José Pertierra, letrado que representa al gobierno de Venezuela en la solicitud de extradición de Posada Carriles.
Cuba y Venezuela acusan al terrorista de la voladura en 1976 de un avión de Cubana de Aviación en el que murieron 73 personas.
Pertierra dijo a Efe fuera del tribunal que en cuanto concluya el juicio el gobierno venezolano insistirá en el proceso de extradición de Posada Carriles y presentará los argumentos adicionales que ha pedido Estados Unidos.
“Estados Unidos dice que no puede deportarlo porque actualmente enfrenta un proceso penal en cortes federales, así que vamos a esperar a que concluya para seguir con el proceso de extradición”, declaró.
El abogado afirmó que Posada Carriles es un fugitivo de Venezuela porque un tribunal de ese país latinoamericano presentó en su contra 73 cargos de homicidio por cada una de las personas que murió en el avión de Cubana de Aviación.
Caracas solicitó en 2005 formalmente al Gobierno de EE. UU. la extradición de quien es uno de los más enconados enemigos del ex mandatario cubano Fidel Castro.
En esa ocasión el gobierno venezolano dijo que el Departamento de Estado debía hacer prevaler “la causa de extradición por encima de cualquier violación de leyes migratorias por la cual esté siendo encausado este terrorista en Estados Unidos”.
Posada Carriles tiene una orden de deportación en su contra, pero un juez de Inmigración de El Paso, William Abbott, la difirió en 2005 invocando la Convención Internacional de Protección contra la Tortura.
La defensa del anticastrista ese año dijo que existía la posibilidad de que fuera torturado si lo deportaban a Venezuela o a Cuba.
Con esa decisión del juez Abbott, Posada Carriles está en EE. UU. temporalmente bajo la custodia del Departamento de Seguridad Nacional hasta que “cambien las condiciones” en ambos países.
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