Estados Unidos conservará un papel protagónico en la región pese a la retirada de sus soldados de Iraq, advirtió hoy el presidente Barack Obama durante un encuentro con el Primer Ministro iraquí Nouri Al-Maliki, en la Casa Blanca.
El premier realiza una visita oficial de dos días a Washington para examinar la cooperación bilateral en varios ámbitos, en especial la presencia militar estadounidense en su país.
Durante una conferencia de prensa conjunta, Obama señaló que Washington mantendrá una “fuerte presencia diplomática” en el país del Oriente Medio.
Se refirió a los cerca de 16 mil empleados, contratistas de seguridad y expertos en comercio y agricultura bajo la égida de la embajada estadounidense en Bagdad.
El secretario de Defensa, Leon Panetta, recordó recientemente que el Pentágono mantendrá incluso unos 40 mil soldados en la región del Golfo Pérsico, en momentos cuando se acentúa la presión sobre el gobierno de Irán, cuyo programa nuclear con fines pacíficos es rechazado por la Casa Blanca.
Como demostración del mantenimiento de los nexos militares entre ambos estados, el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, Tommy Vietor, anunció este lunes que su gobierno notificó al Congreso la intención de vender 18 aviones de combate F-16 a Bagdad, recordó la televisora. Tras la conferencia de prensa, Obama y Maliki visitaron el Cementerio Nacional de Arlington, en Virginia, donde descansan los casi cuatro mil 500 estadounidenses muertos desde el inicio de la guerra en Irak, en 2003.
En casi ocho años y medio de guerra murieron más de un millón 455 mil iraquíes, sin contar los lesionados y daños materiales incalculables provocados a la infraestructura básica en ese país árabe.
Maliki acompañará el miércoles al presidente y a la primera dama a la base militar de Fort Bragg, en Carolina del Norte, donde Obama ofrecerá un discurso de bienvenida a las tropas que han regresado.
Antes del 31 de diciembre, las Fuerzas Armadas deben retirar los últimos seis mil efectivos, de un máximo de 170 mil hombres que llegó a tener destacados en el país árabe.
El gobernante estadounidense exhibe el repliegue de Iraq como una de sus pocas promesas electorales cumplidas, a fin de mejorar su popularidad de cara a los comicios presidenciales de 2012, en la cual buscará la reelección.
Recientes encuestas indican que solo cuatro de cada 10 estadounidenses aprueban su gestión, hecho vinculado, esencialmente, al todavía tambaleante estado de la economía.
El reciente anuncio de la disminución de cuatro décimas porcentuales de la tasa nacional de paro, ahora en 8,6 por ciento, resulta insuficiente para que los estadounidenses crean que el país marcha en la dirección correcta.
Los más de 13 millones de desempleados, la pujanza del movimiento Ocupar Wall Street y las continuas pugnas entre demócratas y republicanos en el Capitolio que impiden sacar adelante leyes imprescindibles para la nación son algunos de los grandes obstáculos que Obama deberá rebasar para aspirar a obtener el favor de los electores.
(Con información de Prensa Latina)
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