Paraguay, Honduras,
Argentina, Brasil, Ecuador… No se equivoquen, lo que está sucediendo en
América Latina no es un “fin de ciclo” de la “década dorada” de los
gobiernos progresistas, sino realmente una subversión planeada a escala
del subcontinente. O, como el ex presidente de Ecuador Rafael Correa lo
había predicho hace dos años, un “nuevo Plan Cóndor”. Esta “restauración
conservadora” tiene como objetivo reintroducir el desorden capitalista
en una región que ha mostrado su voluntad de desarrollarse de otra
manera, cooperando entre sí y por lo tanto desobedeciendo a los dictados
del mercado.
Esta vez, la represión, aunque sistemática, se
aplica de manera sutil. La fórmula se puede resumir en tres fases: a
golpe de “noticias falsas”, una campaña de denigración de los
adversarios y el ensañamiento del aparato judicial. Así es como Milagro Sala
fue condenada y ha superado los 1000 días en la cárcel por haberse
atrevido a construir, con su movimiento de autogestión Tupac Amaru,
cerca de 8,000 viviendas sociales en Jujuy, una región extremadamente
pobre del norte de Argentina. Sala también había participado activamente
en el desarrollo de cooperativas, ayudando a las familias a preparar
desayunos para los escolares … El Papa Francisco y el Presidente Evo
Morales incluso habían elogiado su acción. Pero en fin de cuentas, eso
de pensar en los pobres … ¡qué pecado tan intolerable!
Hoy en
día, el gobernador de la región, muy implicado en la persecución
política contra Milagro, parece mucho más manso hacia los terratenientes
que cultivan la hoja de tabaco. ¡Hasta el punto de haberles dado luz verde
para contratar niños de 10 a 17 años en el trabajo de la cosecha! Según
una encuesta realizada en 2017, hay 715,484 niños de 5 a 15 años
trabajando en Argentina. Sin mencionar el peligro ligado a las
condiciones de trabajo. Esta situación es especialmente escandalosa en
Jujuy, donde Tupac Amaru se fijó el noble objetivo de ayudar a los
condenados de la tierra. Pero no contaba con los celosos agentes del
pequeño mundo de Macri. ¿No es bella la vida?
Jorge Glas
es uno de los muchos pecadores latinoamericanos de hoy. Vicepresidente
del gobierno de Correa, Glas encarnaba el progreso en Ecuador,
particularmente con la creación de centrales hidroeléctricas que, por
primera vez, permitieron a su país ser autónomo en materia de energía e
incluso ¡exportarla a sus paises vecinos! Fue gracias a un acuerdo con
China que se realizó este importante proyecto. ¡Pecado imperdonable!
Sobre la base de acusaciones que no se sostienen, Jorge Glas ha estado
durante casi un año en una prisión de máxima seguridad. A finales de
octubre, comenzó una huelga de hambre para reclamar su inocencia. ¡Su
vida está en peligro!
La historia de Lula en Brasil también
merece ser explicada. Elegido presidente, lanza el programa “Hambre
Cero”, reconocido internacionalmente y que permitirá a 30 millones de
brasileños salir de la pobreza. Consciente de la ventaja que este
balance real le ofrecía para las elecciones presidenciales posteriores
al golpe de Estado, en el contexto de un Brasil sin aliento gobernado
por Temer (frágilmente apoyado por una clase antisocial brasileña
corrompida hasta la médula), Lula había decidido embarcarse en la
candidatura presidencial. Una espectacular gira de norte a sur de Brasil que confirmó los buenos augurios: Lula era el candidato favorito en las encuestas.
Pero
los responsables del golpe parlamentario contra Dilma también le
montaron un juicio vacío. Y la agenda judicial llegó oportunamente para
interrumpir su regreso al poder. El “súper juez” Sergio Moro, quien ha cooperado
eficazmente con el Departamento de Justicia de Estados Unidos, puede
estar satisfecho. Su futuro ahora luce brillante bajo el gobierno de
Bolsonaro …
Una cosa es cierta: Podrán hacer presos a Milagro
Sala, Jorge Glas & Lula, pero no a sus pueblos. ¡La historia no está
escrita de antemano!
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