Por: Luis Alberto Castaño
Alternativa Latinoamericana
Hace aproximadamente 20 años comenzó a llegar gente extraña a nuestro territorio, relata en el marco de la cumbre continental de comunicación indígena del Abya Yala, realizado en el Resguardo Indígena de la María, Piendamó, Territorio de convivencia, dialogo y negociación en el departamento del Cauca en Colombia, del 8 al 12 de noviembre del presente año, Nuwa, una joven indígena perteneciente al pueblo Awá a la que poco o nada se le ve reír, y no es para menos, carga la memoria del sufrimiento de su pueblo, la que muy seguramente ha visto desfilar desde muy niña ante sus ojos y que desde la palabra desenreda terribles historias de una guerra que es desarrollada en territorio de sus ancestros para el exterminio de su propio pueblo, de sus hermanos, en donde se hizo presente el conflicto, el conflicto que nos mantiene encerrados, que nos está matando, desplazando, desarraigando, que nos está extinguiendo. El territorio de nuestro Pueblo AWÁ se está usando como escondite y campo de batalla de los grupos armados. Según wikipedia, los Awá, Kwaiker o Cuaiquer son un pueblo amerindio que habita a ambos lados de la frontera entre Colombia y Ecuador, en los bosques muy húmedos de la vertiente occidental de los Andes; desde el río Telembí en Nariño, hasta Carchi y Esmeraldas. Son más de doce mil personas, el 80 por ciento de las cuales vive del lado colombiano, en Ricaurte, Altaquer; Mallama, Barbacoas, Roberto Payán y Tumaco.
Llegaron a invadir, continua su relato Nuwa, y a arrasar miles de hectáreas para la implantación del monocultivo de palma africana afectando los resguardos asentados en la parte plana del Municipio de Tumaco en el Departamento de Nariño en Colombia y la expropiación de nuestro territorio de parte de empresas Transnacionales. No respetaron que nosotros somos hijos de la madre tierra y como hijos protegemos a nuestra mamá; así hemos vivido en paz y en armonía con nuestros hermanos animales, nuestras hermanas plantas y nuestros hermanos ríos y quebradas, en donde todo lo que nos rodea es nuestro, es nuestro territorio, lo que le da sentido a nuestras vidas y en donde vivíamos felices, porque ahora ya todo ha cambiado, ya nadie ni nada será igual a lo de antes.
El periódico “el Espectador” del domingo 30 de agosto del 2009, en su sección de opinión publicó un artículo del Sociólogo Colombiano Alfredo Molano Bravo titulado “Los Awàs, a las puertas del exterminio”. En este articulo, entre otras, Molano señala: “en los últimos diez años, sostiene la oficina de derechos humanos de la ONU, 1.980 indígenas han sido asesinados y más de 70.000 han sido desterrados de sus territorios ancestrales”.
Como lo señala Molano en el articulo que hemos registrado: “el gobierno se lava las manos y añade: pero es que se trata de una guerra entre narcotraficantes”. Un discurso que solo pretende desviar la atención y engatusar para ocultar sus verdaderas y criminales intenciones en el desarrollo de políticas imperiales con las que se ha comprometido y entre los que podríamos señalar, “plan Colombia”, “laboratorios de paz”, “plan patriota”, “Área de libre comercio para las Américas” , “el IIRSA” un conjunto de mas de 500 proyectos organizados en diez ejes de integración y desarrollo (EID) que, con un costo cercano a los 75.000 millones de dólares, busca eliminar las “barreras” naturales que impiden la libre circulación de las mercancías entre las diferentes “islas” que compondrían la región, entre tantos otros.
Molano en su articulo lo señala de la siguiente manera: “pero detrás de la coca van las avionetas de fumigación y, mas atrás, los comerciantes de madera, las empresas mineras, las empresas palmeras, las empresas ganaderas, las empresas caucheras, las empresas petroleras, la construcción de autopistas, la construcción de hidroeléctricas. Porque es una constante que tiene fuerza de ley social: primero la coca, después las masacres, mas adelante el aseguramiento militar institucional – el llamado “salto estratégico”, que no es otra cosa que la continuación de la guerra bajo otra forma – y agrega Molano, ya lo dijo el Alemán con una franqueza suicida: las AUC se acabaron, pero los paracos no”.
Por su parte, un articulo aparecido en el periódico desde abajo con fecha del 27 de febrero del 2009 y escrito por Raúl Zibechi, entre otras señala: “Hasta la implementación del Plan Colombia en el año 2000, en Nariño no había cultivos de coca. Las masivas fumigaciones en los vecinos departamentos de Putumayo y Caquetá forzaron la emigración de las plantaciones. Ahora en Nariño hay 20 mil hectáreas de coca. Para los awá fue un desastre. Este pueblo de 25 mil habitantes vive en caseríos dispersos en zonas montañosas y selváticas, controla 210 mil hectáreas donde funcionan 26 resguardos regidos por sus autoridades tradicionales. En 10 años han sido asesinados casi 200 awá, pero la situación se agravó desde que a comienzos de 2008 el ejército desembarcó masivamente en el departamento para disputarle a las FARC el control territorial. En sólo seis meses fueron muertos 44 awá, casi todos a manos del ejército y las FARC.
Mas adelante el articulo de Molano en mención agrega: “en lo que va corrido del año (2009), según la ONU, 69 miembros de los Awàs han sido asesinados y, mas adelante nuevamente informa: el fin de semana pasado (habla desde la fecha del articulo del domingo 30 de agosto del 2009) 11 miembros de una familia Awá fueron acribillados en el Resguardo del gran Rosario por hombres encapuchados y con uniforme”; señala en otro de los apartes Molano que el 4 de febrero del 2004 la fuerza aérea bombardeó veredas del Municipio de Ricaurte y el 10 de junio del 2006, el colegio del resguardo Awá de Magüí.
Nuestro pueblo está siendo asesinado ante los ojos de los demás hermanos indígenas de Colombia y del continente. La masacre de Tortugaña ocurrió el 4 de Febrero de 2009, allí fueron asesinados 8 hermanos AWÁ, dos eran mujeres y una de ellas se encontraba embarazada. Ella tenía siete meses de embarazo cuando le rompieron el vientre y los asesinos jugaron con el feto del niño. Eso manifestaron quienes vieron y pudieron escapar a la barbarie. Todos fueron torturados y aun están desaparecidos 4 hermanos. La guerrilla de las FARC – EP, reconocieron ante la comunidad ser los autores de estos crímenes.
A raíz de esta masacre se hizo una Minga Humanitaria y de acompañamiento de todos los pueblos y organizaciones Indígenas, ONG’s, sectores sociales y de parte del Estado como la Defensoría del Pueblo. Pero la situación no ha cambiado, por el contrario, se empeora cada día más porque días después de la Minga un miembro de la comunidad murió al pisar una mina antipersonal y sus hijos pequeños resultaron heridos. En agosto del mismo año masacraron a 12 hermanos AWÁ, 7 de ellos eran niños, uno de ellos tan solo tenía 6 meses de nacido. No se sabe a ciencia cierta quienes fueron los autores de este hecho ocurrido en la comunidad de Calvi Rosario, que pertenece al resguardo del Gran Rosario en el municipio de Tumaco.
Después de eso y hasta la fecha se cree que han sido asesinados entre 10 y 25 hermanos, estos asesinatos han sido realizados de forma selectiva. En algunos casos han sido perpetrados por la guerrilla, pero también se ha podido comprobar la conexión del Ejército en estos hechos así como de su conexión con los grupos paramilitares, que se autodenominan AGUILAS NEGRAS y RASTROJOS, ya que ellos siempre operan en los mismos territorios. Las consecuencias de todo este accionar son catastróficas para nuestro pueblo.
Este es un panorama general de las grandes problemáticas y del acontecer que vive el pueblo AWÁ, por eso hoy en el marco de la Cumbre Continental de Comunicación Indígena, compartimos nuestras preocupaciones y el sentir desde el temor a desaparecer. Hemos hecho denuncias ante diferentes entidades e instancias del Estado, que piensan que pedimos caridad o dinero, por eso nos “ayudan” con enlatados, pero no ayudan a dar soluciones políticas a nuestras problemáticas. Hoy desde la Cumbre hacemos un llamado a la unidad para luchar y para resistir, porque solos no podemos. Pedimos de ustedes solidaridad y acompañamiento constante, real, efectivo y de acción, no sólo de palabra, con documentos o donaciones. Si este espacio de encuentro no se pronuncia ante nuestra situación, entonces todos estamos en peligro porque si la comunicación no es para defender nuestra vida, dignidad, cultura, espíritu y nuestro territorio, la Madre Tierra, ¿entonces para qué es? …
Unámonos hermanos para que no desaparezcan nuestros pueblos, hoy somos nosotros a quienes nos quieren desaparecer, mañana pueden ser ustedes. Podemos pedir apoyo a todas las personas, comunidades, pueblos y organizaciones a nivel continental y mundial que crean y quieran un mundo para todos los pueblos. Nuestro Pueblo AWÁ quiere permanecer en el ahora y el futuro para compartir con ustedes toda la maravillosa esencia que tenemos desde tiempos ancestrales, queremos trascender no desaparecer, con sus manos y espíritus unidos pueden ayudarnos.
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