Parece
que Dios ha abandonado a Puerto Rico. Desde hace una década la economía
no crece y en mayo pasado esta colonia norteamericana se declaró en
bancarrota, pero para agravar más la trágica situación de sus
habitantes, la naturaleza acaba de azotar al país con dos huracanes que
destruyeron pueblos enteros, bloquearon calles e inutilizaron la red
eléctrica. Pero eso no es todo, hace unos días llegó el presidente Trump
y lejos de ayudarlos, prácticamente los llamó vagos y en la televisión
se le vio arrojando a la multitud paquetes de papel higiénico.
"Todo, todo está desierto, el pueblo está desierto de necesidad, ¡Ay! de necesidad. Se oye este lamento por doquier, en mi desdichada Borinquen, sí".
(Rafael Hernández Marín, 'Lamento Borincano')
Sin embargo hay mucho más en la desgracia de Puerto Rico que aún no termina, hace unos meses Washington envió a la ex 'salvadora' o 'destructora' de la economía nacional de Ucrania, Natalia Yaresko, de origen norteamericano-ucraniano, para "sacar a Puerto Rico de la crisis".
Le puede interesar: Las deudas de Puerto Rico son mayores que su presupuesto anual
Lea también: Puerto Rico: el status colonial dificulta la ayuda internacional tras el huracán
Actualmente, EEUU no está en condiciones de crear un 'Plan Marshall para Puerto Rico' porque, de acuerdo al economista de la Universidad de California-San Diego, James Hamilton, Norteamérica no tiene dinero pues su "propia deuda actual es de 70 millones de millones de dólares" (70 trillones). Por lo tanto es fácil calcular por qué tomaría seis meses a la FEMA y a otras agencias norteamericanas restablecer la electricidad en la isla y reubicar a 50.000 familias que se quedaron sin techo. Puerto Rico, desde 1898 sigue siendo para la mayoría de norteamericanos, como reconoció el mismo presidente Trump, una "isla en medio de un océano" y el 47% de los compatriotas del presidente ni siquiera saben que los puertorriqueños tienen la nacionalidad estadounidense.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK
"Todo, todo está desierto, el pueblo está desierto de necesidad, ¡Ay! de necesidad. Se oye este lamento por doquier, en mi desdichada Borinquen, sí".
(Rafael Hernández Marín, 'Lamento Borincano')
Sin embargo hay mucho más en la desgracia de Puerto Rico que aún no termina, hace unos meses Washington envió a la ex 'salvadora' o 'destructora' de la economía nacional de Ucrania, Natalia Yaresko, de origen norteamericano-ucraniano, para "sacar a Puerto Rico de la crisis".
En
realidad, la triste realidad de Puerto Rico tiene una larga historia
que comenzó con la invasión norteamericana en 1898. Un año después el
ciclón San Ciriaco destruyó el 90% de la agricultura del país,
especialmente la producción del café, que era su principal sostén
económico. En aquel entonces el 40% de la tierra arable se usaba para
los cultivos del café, el 32% para la producción de alimentos, el 15%
fue ocupado por cañaverales y el 1% fue destinado al tabaco. En el
transcurso de unos dos años después de la ocupación norteamericana, las
corporaciones estadounidenses se apoderaron de la tierra con la ayuda de
la Ley Foraker (1900) que hizo disolver lo mínimo que quedaba del poder
local en manos de boricuas y terminó con la producción de café,
convirtiendo el azúcar en el más importante producto puertorriqueño de
exportación.
En los años 1930 la desocupación creció hasta un 36% y
la mayoría de la población engrosó las filas de los pobres,
dependientes en la alimentación de la ayuda de EEUU. Washington declaró
el inglés como el idioma obligatorio en la isla y el español fue
prohibido. Precisamente en aquellos años el gobierno norteamericano
decidió convertir a Puerto Rico en su principal laboratorio en eugenesia
para poder controlar el crecimiento de la población para evitar las
explosiones sociales o revoluciones. En el caso de Puerto Rico,
Washington quería impedir la reproducción de los nativos llamados
'mestizos', que fueron considerados por los eugenistas norteamericanos
como "portadores de rasgos defectuosos". Desde 1937 hasta 1985, una de
cada tres mujeres puertorriqueñas en la edad de reproducción fue
esterilizada con la participación de la Escuela de Medicina Tropical de
la isla en 67 clínicas de control de natalidad.Le puede interesar: Las deudas de Puerto Rico son mayores que su presupuesto anual
Precisamente
en este período de tiempo apareció una clase que el periodista José
Tirado considera como "pitiyanquis" que lograron ubicarse en el sistema
creado por Washington en la isla y establecer buenas relaciones con sus
"jefes coloniales". Se crearon varios partidos con la venia de
Washington y desde 1952 los boricuas recibieron el derecho de elegir sus
gobiernos por voto directo pero siempre sujetos a los poderes del
Congreso norteamericano. Por supuesto, ha habido lucha por la
independencia del país inspirada y dirigida por patriotas como Pedro
Albizu Campos (1891-1965), Feliberto Ojeda Ríos (1933-2005) y muchos
otros luchadores independentistas, la mayoría de los cuales fue
asesinada, encarcelada y reprimida por programas como Cointelpro
(Programa de Contrainteligencia).
Decía el pintor peruano Teodoro
Núñez Ureta que para conquistar un pueblo, "lo primero que hacen es
robarle el alma". Así hicieron los estadounidenses con la mayoría de los
boricuas convenciéndolos a través del miedo, la manipulación y las
presiones de que sería mejor congraciarse con los 'gringos' y aceptar su
dominio que pasar el resto de sus vidas en la cárcel federal o
simplemente ser eliminados por apoyar a los independentistas. Para no
tener problemas con su conciencia por perder la dignidad y, en especial,
debido a la siempre difícil situación económica, 4,9 millones de
puertorriqueños se trasladaron al continente, principalmente a New York y
Florida, quedándose en Puerto Rico 3,4 millones de habitantes.
De
estos 3,4 millones de boricuas, un 47% vive en la pobreza, inclusive un
60% de los niños. Ya una década antes de la llegada de los dos últimos
huracanes Irma y María, en los últimos cinco años se perdieron 270,000
empleos (20%) debido al cierre de muchas empresas puertorriqueñas que se
consideran por las leyes norteamericanas como extranjeras, obligadas a
pagar el 30% de sus ganancias en impuestos federales. La tasa de
ocupación era de alrededor del 40%. La tercera parte de la población
sobrevivía con los cupones de comida. Todo esto hace acelerar la
emigración, que llega a 60.000 salidas anuales. Los huracanes Irma y
María, en el mes que acaba de pasar, produjeron ya unos 300.000 nuevos
inmigrantes en EEUU, especialmente en Florida, estado que ha declarado
emergencia por la llegada de los boricuas. También el Distrito Escolar
de Miami-Dade espera recibir a parte de los 350,000 escolares boricuas
debido a los cierres de colegios en la isla.
Mucho antes de que
Donald Trump declarase que "la isla que está en mitad del océano está
literalmente destruida" por los dos huracanes, Puerto Rico ya estaba en
bancarrota con la deuda pública de 73.000 millones de dólares y 49.000
millones de dólares en obligaciones de pensiones sin fondo debido al mal
manejo de la economía, la negligencia del gobierno federal, la
corrupción, el alto costo de energía y el retiro de hace unos tres años
de los privilegios fiscales que por décadas el gobierno federal otorgó a
las industrias establecidas en la isla. La situación se complica por
las relaciones especiales que EEUU mantiene con Puerto Rico, que tiene
condición de estado libre asociado, lo que en realidad no le permite a
la isla declararse oficialmente en quiebra y recibir ayuda de
Washington.Lea también: Puerto Rico: el status colonial dificulta la ayuda internacional tras el huracán
Para
remendar la situación, el Congreso norteamericano ha creado la Junta de
Supervisión y Gestión Financiera (Promesa) bajo la dirección de la
exministra de Finanzas de Ucrania (2014-2016), Natalia Yaresko, quien es
considerada por las autoridades estadounidenses como "salvadora" de la
economía ucraniana. En realidad, lo único que hizo ella fue destruir más
la economía de Ucrania y hacerla endeudar por 20 años más otorgándole
la oportunidad a los acreedores de recibir durante estos años el 40% del
crecimiento del PIB.
Con un sueldo de 650.000 dólares al año,
Yaresko ya puso en marcha las medidas depresivas de austeridad que
aumentarán aún más la pobreza y la desigualdad. La Promesa no promete el
crecimiento económico hasta el 2024. Esto significa que la Junta de
Supervisión que reemplazó al poder legislativo y ejecutivo
puertorriqueños no tiene realmente una respuesta efectiva para lidiar
con la actual crisis en la isla. Es extraño también que junto con
Yaresko apareció en Ucrania un 'fondo buitre', el Grupo de Inversión
Franklin Templeton, que se convirtió en un importante tenedor de deuda
ucraniana. Sorpresivamente, este fondo se ha interesado por Puerto Rico
tan pronto como Natalia Yaresko empezó a 'reestructurar' la deuda de la
isla.
Así
funciona el actual sistema neoliberal que no toma en cuenta al ser
humano y en este caso a los boricuas y sus sufrimientos, sino los
intereses de las grandes corporaciones. El hecho de que el presidente
Donald Trump haya demorado 13 días para visitar Puerto Rico después del
impacto trágico del huracán María indica el lugar que ocupan los
puertorriqueños en los Estados Unidos. La ayuda federal de la Agencia
Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA), la que tanto está alabando
el gobernador de la isla, Ricardo Roselló, y el mismo Donald Trump, que
ha declarado que "hemos gastado mucho dinero en Puerto Rico", en
realidad no es nada. Según los expertos de la coalición de la Agenda
Nacional de Liderazgo Hispano, la menor de las Antillas necesitaría no
menos de 70.000 millones de dólares para su recuperación.
Lea más: Nuevo gobernador de Puerto Rico: entre la anexión a EEUU y el pago de la deuda públicaActualmente, EEUU no está en condiciones de crear un 'Plan Marshall para Puerto Rico' porque, de acuerdo al economista de la Universidad de California-San Diego, James Hamilton, Norteamérica no tiene dinero pues su "propia deuda actual es de 70 millones de millones de dólares" (70 trillones). Por lo tanto es fácil calcular por qué tomaría seis meses a la FEMA y a otras agencias norteamericanas restablecer la electricidad en la isla y reubicar a 50.000 familias que se quedaron sin techo. Puerto Rico, desde 1898 sigue siendo para la mayoría de norteamericanos, como reconoció el mismo presidente Trump, una "isla en medio de un océano" y el 47% de los compatriotas del presidente ni siquiera saben que los puertorriqueños tienen la nacionalidad estadounidense.
Entonces,
tomando la tragedia desde este punto de vista, la desgracia de los
boricuas es su propio problema y no concierne tanto a los
norteamericanos. Para Trump y su entorno los 16 muertos boricuas
son nada
en comparación con 1.800 fallecidos por el huracán Katrina. Por
supuesto, según los comentarios del presidente, Washington aportará
alguna ayuda a los puertorriqueños, pero ni deben soñar con un rescate
histórico. Trump lo confirmó, tirando al aire a los vecinos de Guaynabo
rollos de papel higiénico imitando el gesto de un lanzamiento de
baloncesto.
Puerto Rico ha quedado indignado por la burla de
Donald Trump, pero qué les importa al presidente y a la mayoría de sus
paisanos los sentimientos y sufrimientos de los habitantes de una
colonia que "está lejos en medio de un océano". Ya es hora para los
puertorriqueños de reaccionar, entender y acordarse de la enseñanza de
'El Maestro', Pedro Albizu Campos: "Aquel que no está orgulloso de su
origen, no valdrá nunca nada, porque empieza a despreciarse a sí mismo".LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK
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