Llamado
a la movilización por la sesión del grupo de trabajo sobre el tratado
vinculante sobre las transnacionales y los derechos humanos, que se
realiza en Ginebra entre el 23 y el 27 de octubre. Crédito: Cortesía de
ODHE
Por Gustavo Capdevila
GINEBRA, 24 oct 2017 (IPS) -
Un cuerpo creado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) tuvo
que superar el lunes 23 el obstruccionismo de la Unión Europea para
poder encauzar la discusión de un tratado vinculante sobre las
violaciones de los derechos humanos cometidas por empresas
transnacionales.
El grupo de trabajo intergubernamental de composición abierta para
avanzar hacia ese tratado, fue creado en junio de 2014, a instancias de
un conjunto de países que lideraron Ecuador y Sudáfrica, por el Consejo
de Derechos Humanos, el máximo organismo de la ONU en esa materia.
La resolución del Consejo especifica que el grupo debe elaborar “un
instrumento internacional legalmente vinculante para regular, dentro del
derecho internacional de los derechos humanos, las actividades de las
empresas transnacionales y de otras empresas de negocios”.
En la tercera sesión del grupo, la disidencia europea focalizó esa
descripción de las empresas que son objeto del mandato recibido por el
grupo de trabajo sobre sociedades transnacionales y otras empresas que
debe promover el tratado.
Un delegado de la Unión Europea (UE) reclamó que el documento de
trabajo de esta tercera sesión del cuerpo contenga una nota de pie de
página con referencia precisa de “las empresas transnacionales y otras
empresas”.
“La UE entiende que las discusiones no pueden limitarse a las
empresas transnacionales pues muchos abusos son cometidos por empresas
de nivel nacional”, dijo el representante de Bruselas.
La delegación de Sudáfrica replicó que la pretensión europea era
inaceptable “pues lo que necesitamos es comenzar a trabajar”. “Todo este
tema corresponde a las posiciones nacionales de negociación de nuestros
colegas europeas” agregó la diplomática sudafricana.
La cuestión se tratará “cuando lleguemos a los debates sobre la substancia de las negociaciones”, insistió.
Brasil fue también rotundo. “Estamos aquí para discutir cómo y porque
necesitamos un nuevo marco para las compañías transnacionales y toda
clase de empresas. Y el mismo título del grupo de trabajo ya abarca a
todas las compañías”, expresó la delegada brasileña.
El debate del cuestionamiento europeo ocupo gran parte de la sesión
matutina del grupo de trabajo. El diferendo se zanjo provisoriamente
pasado el mediodía cuando el presidente de la sesión, Guillaume Long,
jefe de la misión diplomática ecuatoriana en Ginebra, consiguió que los
europeos pospusieran su reclamo.
“Lo que observamos hoy ya ocurrió en 2015, durante la primera sesión
del grupo de trabajo, recordó a IPS Tom Kucharz, miembro de la
secretaria europea de Podemos, la tercera fuerza política de España.
“Ponen como excusa un pie de página cuando en realidad lo que
reclaman ya está recogido en el título del grupo de trabajo. Pero bien
saben que es un detalle que puede hacer explotar el proceso” de
elaboración del tratado, interpretó Kucharz.
El político, que asesora a Podemos en el Parlamento Europeo, sostuvo
que la UE obra de esa manera porque “no quiere hablar de los impactos y
de las violaciones sistemáticas de los derechos humanos y de la
destrucción ambiental de las empresas multinacionales de la Unión
Europea”.
Por el contrario, “quiere hablar de las empresas estatales de China,
de Brasil o de Sudáfrica. Sabe perfectamente que todo eso puede hacer
volar por los aires toda la negociación. Y eso es lo que quiere
conseguir la UE”, completó Kucharz.
Las demandas europeas fueron compartidas por Australia, Noruega y
México, que se diferenció del resto de países del grupo latinoamericano y
caribeño.
Todas las tentativas por verificar el acatamiento de las
transnacionales a las normas globales sobre derechos humanos han
tropezado en las últimas décadas con la firme oposición de las naciones
industrializadas, con la excepción de efímeros avances durante la década
de los 70.
Lo único que han concedido los países sede de las transnacionales ha
sido un conjunto de Principios Rectores, aprobados en 2011 por el
Consejo de Derechos Humanos. Pero esas expresiones carecen de
obligatoriedad y son meramente voluntarias.
En junio,, el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de
la ONU, que vigila el acatamiento de las reglas del Pacto Internacional
del mismo nombre, aprobó una interpretación que atribuye obligatoriedad
a ese cuerpo jurídico y por ende a todo el resto de la arquitectura de
los derechos humanos.
El redactor de la interpretación y miembro de ese consejo, el experto
belga Olivier De Schutter, aseguró en ese momento a IPS que la
interpretación tiene carácter vinculante.
“Tal carácter solo quedara confirmado cuando el mismo cuerpo o alguna
jurisdicción judicial de un estado miembro del Pacto lo reconozcan en
un dictamen”, explicó.
La principal figura detrás del proyecto de tratado vinculante sobre
las transnacionales, la actual ministra de Relaciones Exteriores de
Ecuador, Maria Fernanda Espinosa, no mostró mayor preocupación por el
efecto de la ofensiva europea del lunes 23.
Espinosa, que presidió el grupo de trabajo en su primera sesión de
2015, cuando dirigía la misión ecuatoriana en esta ciudad dijo a IPS
que “yo esperaría que no” perjudique los resultados del proceso.
“Creo que es muy importante para nosotros el papel de la Unión Europea pues hay una gran flexibilidad”, apuntó.
“Desde el inicio, la UE ha tenido una serie de exigencias para
comenzar el proceso. Lo que estamos esperando es que participe de manera
constructiva, no obstaculice y aporte con la gran experiencia que
tienen los países del bloque en este tema, en los aspectos regulatorios
en relación a las transnacionales”, observó Espinosa.
La ministra ecuatoriana se mostró optimista con respectó al resultado de los debates que concluirán el viernes 27.
“Esto va a continuar y vamos a entrar ya en los temas que la gente
está esperando, que los defensores de los derechos humanos, las
organizaciones sociales, miles que apoyan el proceso, que las víctimas
de violaciones del pasado están esperando que entremos a discutir y
negociar ya lo sustantivo que es el cuerpo del tratado”, describió.
Editado por Estrella Gutiérrez