Por Moisés Pérez Mok
Buenos
Aires, 1 nov (PL) Los jóvenes desde 16 años quedaron habilitados hoy
como electores nacionales y de ese modo Argentina dio un paso más en lo
que numerosas voces aquí definen como una ampliación de las
prerrogativas ciudadanas. La ley es muy importante porque amplía la
frontera de los derechos, pero también lo es el hecho de que el
ejercicio del voto sea optativo, declaró el diputado Agustín Rossi
después que el Senado de la Nación diera media sanción al proyecto, a
mediados de octubre.
En términos similares se había manifestado semanas antes el ministro de
Educación de la Nación, Alberto Sileoni, durante la primera audiencia
pública realizada para discutir la iniciativa promovida por los
senadores Aníbal Fernández y Elena Corregido.
La ampliación de
derechos siempre es una conquista, sostuvo Sileoni, quien ponderó el
hecho que el entonces proyecto de ley se hace cargo de la realidad de
los jóvenes, que -apreció- van a estar a la altura de las
circunstancias y a ejercer con plenitud su responsabilidad.
El
ministro refutó además cuestionamientos a la propuesta alegando que los
adolescentes "podrían ser manipulados", y subrayó que su discusión y
aprobación "no presupone que todos los jóvenes tengan vocación
política, sino que es deseable su incorporación a ella.
Este
martes, en una charla en la Universidad Nacional de Córdoba, Lautaro
Mansilla, representante del Centro de Estudiantes del Colegio Manuel
Belgrano, afirmó que los jóvenes están capacitados para hacer un uso
responsable de esta herramienta.
El voto, dijo Mansilla citado
por el diario local La Mañana, puede convertirse en "un altavoz para
sectores vulnerables como los jóvenes, por ejemplo".
La llamada
Ley del Voto Joven fue aprobada cerca de la medianoche de ayer por la
Cámara de Diputados con 131 votos a favor, dos en contra y una
abstención, y sin la presencia en el plenario de los legisladores de la
oposición, que se habían retirado.
Esa iniciativa habría
merecido un voto pluripartidista y más rotundo que el que obtuvo,
apreció hoy el diario Página/12, según el cual las críticas al voto
joven fueron surtidas y, en promedio, endebles y sujetas a "hipótesis
sobre un virtual voto cautivo de los pibes (muchachos) empoderados".
Otro mito, enganchado al anterior, es el que fantasea con un aluvión
que descompense las tendencias generales (en la votación), agregó.
En ese sentido, el propio titular de la Dirección Nacional Electoral,
Alejandro Tullio, precisó que los jóvenes de entre 16 y 18 años de edad
integran un universo compuesto por un millón 415 mil 195 votantes, lo
cual representa un 4,8 por ciento del padrón.
"Es una cifra
que, distribuida, no modifica las relaciones de poder", sostuvo, para
reiterar que el propósito de la norma es otorgar un derecho, sin
consecuencias electorales que se puedan avizorar.
No es
oportunismo ni demagogia; es coherencia, sin importar quiénes vayan a
ejercer ese derecho a votar o hacia quién se inclinen, afirmó ayer la
diputada oficialista Diana Conti al abrir un debate que se prolongó por
más de 11 horas y fructificó en la conquista de una prerrogativa más
para los jóvenes argentinos.
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