Por Waldo Mendiluza*
La
Habana (PL) El gobierno de Cuba ratificó su voluntad de fortalecer los
vínculos entre la nación y su emigración, postura refrendada con
medidas que entrarán en vigor a partir del 14 de enero del 2013.
Trámites eliminados o simplificados y flexibilizaciones para la
permanencia en el exterior, la salida de menores, la repatriación y la
entrada al país de personas que lo abandonaron de manera ilegal,
conforman la actualización de la política migratoria anunciada en
octubre.
Se trata de decisiones soberanas que no responden a presiones y sí a
las genuinas aspiraciones y sentimientos profundos de la nación cubana,
incluidos aquellos que residen en el exterior, señaló el secretario del
Consejo de Estado, Homero Acosta.
En una comparecencia
televisiva para explicar las nuevas medidas que recogen varias normas,
el funcionario precisó que la actualización responde además a las
características en las últimas décadas del flujo de personas,
relacionado con la isla.
Con el paso del tiempo, la emigración
ha cambiado de forma considerable, de una eminentemente política, en
los primeros años de la Revolución, a otra motivada por razones
económicas, en sintonía con el comportamiento del fenómeno a escala
regional y global, apuntó.
El triunfo del 1 de enero de 1959
generó la salida de Cuba de muchos individuos cercanos a la derrotada
dictadura de Fulgencio Batista, como represores y depredadores del
tesoro público, además de profesionales y empresarios en desacuerdo con
la política socio-económica del naciente proceso.
También
abundaron las víctimas de la manipulación sembrada por el gobierno de
Estados Unidos, expresada a través de campañas de descredito.
Especialistas en las relaciones La Habana-Washington consideran la
Operación Peter Pan uno de los ejemplos ilustrativos de esa política.
Más de 14 mil niños y adolescentes, de seis a 18 años de edad, viajaron
a Estados Unidos sin sus padres entre 1960 y 1962, en medio de una
cruzada que atribuía a la Revolución cubana la supuesta intención de
privar a los progenitores de la patria potestad sobre sus hijos, con el
objetivo -entre otros- de enviarlos a la Unión Soviética.
Diferentes administraciones norteamericanas han utilizado el tema
migratorio como un arma política, eso ha sido parte de sus planes de
desestabilización, advirtió la académica Ileana Sorolla.
Según
la directora del Centro de Estudios de Migraciones Internacionales de
la Universidad de La Habana, con los años el movimiento de personas
desde Cuba comenzó a acercarse al escenario regional y global, el cual
está regido sobre todo por motivaciones económicas.
En sintonía
con esa valoración, fuentes oficiales aseguran aquí que la inmensa
mayoría de los cubanos asentados en más de 150 naciones mantienen nexos
estables con su país y sus familiares.
LAS NUEVAS MEDIDAS
Las primeras medidas fueron anunciadas el 16 de octubre, entre ellas la
eliminación del procedimiento de solicitud de permiso de salida para
los viajes al extranjero y del requisito de la carta de invitación.
Otras decisiones consistieron en la extensión de 11 a 24 meses de la
permanencia fuera del país sin perder el estatuto de ciudadano
residente, la reducción de trámites y la posibilidad de salida de
menores de 18 años previa autorización de sus padres o representantes
legales.
También se informó que los emigrados podrán visitar la isla por hasta 90 días, a diferencia de los 30 fijados anteriormente.
Pocos días después, el gobierno cubano informó sobre la normalización
de la entrada temporal de quienes emigraron ilegalmente después de los
acuerdos migratorios de 1994 con Estados Unidos, si han transcurrido
ocho años de su salida.
En igual situación estarán los
profesionales de la salud y deportistas de alto rendimiento que
abandonaron el país luego de 1990, si han pasado más de ocho años de
ese hecho, exceptuando por razones de seguridad nacional a quienes
salieron a través de la Base Naval de Guantánamo.
De igual
manera se amplían las causas de repatriación, por ejemplo, para los que
dejaron Cuba con menos de 16 años, y también por razones humanitarias.
El gobierno enmarca estas medidas en la actualización del modelo
socio-económico cubano, en el reconocimiento del derecho de los
ciudadanos a viajar, emigrar o residir en el extranjero y en la
voluntad de favorecer las relaciones entre la nación y su emigración.
Además, explica que se trata de una decisión soberana, para la cual
tuvo en cuenta la hostilidad de Estados Unidos, expresada en el bloqueo
económico, comercial y financiero mantenido por más de medio siglo, el
robo de cerebros, el estímulo a la subversión y la manipulación del
tema migratorio.
Para La Habana ese panorama ratifica la
necesidad de defenderse de la agresividad de Washington, que en el tema
migratorio favorece a través de la Ley de Ajuste Cubano y la política
de pies secos pies mojados "el tráfico de personas y el despojo del
capital humano formado por la Revolución".
"Es por ello que,
mientras persistan las políticas que favorecen el robo de cerebros
(â��) Cuba estará obligada a mantener medidas para defenderse en este
frente", señaló un editorial del diario Granma, publicado el propio 16
de octubre.
A partir de lo anterior, las nuevas leyes fijan
requisitos para la salida al exterior de algunas personas que
desempeñan cargos o labores vitales de cara al desarrollo y la
seguridad del país caribeño.
LA HOSTILIDAD DE EE.UU: SU MANIPULACIÃ"N DEL TEMA MIGRATORIO
De acuerdo con el secretario del Consejo de Estado, Homero Acosta, Cuba
no puede desconocer en sus decisiones la hostilidad de la Casa Blanca.
El funcionario denunció en particular la conducta estadounidense en una
cuestión tan sensible como la emigración, expresada en la política de
estímulo al flujo ilegal de personas, el robo de cerebros y la
manipulación mediática del tema.
A finales de octubre, Acosta
expuso cifras que desnudan la actitud mantenida por décadas de
sucesivas administraciones norteamericanas.
Washington ha
sembrado desde el propio 1959 la opinión de que los cubanos están
supuestamente encerrados en su país y deseosos de abandonarlo por
razones políticas.
Según Acosta, desde el 2000 hasta el 31 de
agosto del 2012, han recibido permiso de salida temporal o definitiva
el 99,4 por ciento de los ciudadanos que lo solicitaron.
En ese
propio período, viajaron al exterior por asuntos particulares casi un
millón de cubanos, y de ellos no retornó apenas un 12,8 por ciento,
añadió.
El funcionario expresó que de esas personas que
salieron al extranjero, más de 150 mil eran universitarias, cantidad de
la cual solo el 10,9 por ciento no regresó.
Los datos ilustran
que, pese a los mecanismos eliminados, el permiso de salida y la carta
de invitación, cifras importantes de cubanos, incluidos graduados de
nivel superior, han viajado al exterior y en su inmensa mayoría
retornan, opinó.
* Jefe de la Redacción Nacional de Prensa Latina.
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