Desde otras Ciudades
La Jornada
La Iglesia católica de Madrid goza de privilegios fiscalesFoto tomada de Internet
España vive la peor
crisis de su historia. Madrid, su capital, tiene una de las cuentas
públicas más desastrosas del país: un desempleo galopante, una deuda
pública que hipoteca a varias generaciones y una sociedad fracturada por
los recortes, la falta de oportunidades y la presión fiscal, tanto
directa como indirecta.
Sin embargo, mientras el gobierno de Madrid, del
conservador Partido Popular (PP), sube impuestos y aumenta las tarifas
de los servicios públicos –como el transporte–, la Iglesia católica y
sus numerosos bienes en la región gozan de una medida de excepción: no
tienen la obligación de pagar el impuesto sobre bienes inmuebles (IBI),
un cargo anual que están obligados a cumplir todos los propietarios.
Sólo la ciudad de Madrid deja de ingresar o le regala a la
Iglesia algo más de 97 millones de euros al año, gracias a que ni los
templos ni las capillas ni las dependencias y edificios destinados a la
actividad pastoral ni residencias de los obispos, los canónicos y los
sacerdotes, ni locales destinados a oficinas, la curia diocesana y a
oficinas parroquiales pagan el gravamen. Tampoco los seminarios
destinados a la formación del clero; universidades eclesiásticas en
tanto impartan enseñanzas religiosas; ni edificios destinados
básicamente a casas o conventos tienen la obligación de pagar el citado
impuesto. Un privilegio que en tiempos de crisis y recortes indigna a
más de uno.
Armando G. Tejeda, corresponsal
No hay comentarios:
Publicar un comentario