México: Frente a la violencia del gobierno y los empresarios contra mineros y electricistas, éstos responden con paz
Pedro Echeverría V.
1. No he tenido nunca la duda que la burguesía, para gobernar, ejerce de manera total la violencia contra el pueblo. ¿Cómo explicar lo que sucede en todos los países –escribe De la Boetié- con todos los hombres y todos los días, que una sola persona pueda esclavizar cien mil ciudades y privarlas de sus derechos? ¡Quién lo creyera a no haberlo oído con certeza o visto con sus propios ojos! Ese sólo hombre –hoy Estado capitalista- es jefe de las fuerzas armadas, de los jueces, interpreta las leyes y ordena lo que debe hacerse. Sin la violencia del Estado y empresarios no habría pobreza o miseria, pero tampoco un pequeño núcleo de multimillonarios que acumula riquezas protegido por el Estado. ¿No es violencia acaso que un personaje –incluso espurio- ordene cesar del trabajo a 44 mil electricistas y a mil 400 obreros mineros de Cananea?
2. Esa terrible violencia contra los obreros y sus familias, contra los campesinos abandonados en su miseria, contra los miserables, desempleados y marginados en las ciudades, me hace pensar que en alguna ocasión, no recuerdo si fue Fidel Castro, el Che Guevara o Mao, señaló: "Frente a la violencia reaccionaria, la violencia revolucionaria". La realidad es que así debería ser, pero nunca ha sido porque se pronunció esa frase en un momento revolucionario concreto. La realidad es que la violencia siempre la han ejercido quienes tienen el poder, el control de las leyes y de las fuerzas armadas, nunca los explotados y oprimidos que se defienden o luchas por lograr reivindicaciones. Lo que ha sucedido es que esa violencia la han ejercido los gobernantes "en nombre de la ley y para bienestar del pueblo", del mismo que reprimen.
3. Cuando recibo la información de los mineros de Cananea, de los electricistas, en el sentido que han construido un cordón de obreros, activistas y pueblo para proteger a los trabajadores huelguistas de Cananea, pienso: ¿protegerlos contra qué, acaso no los protege la Ley del Trabajo, la Constitución y toda su legitimidad como productores de riqueza? Pues no, las leyes siempre han servido para un carajo y los obreros han sido simples esclavos sin derechos. Tienen que protegerse contra la violencia del ejército y su jefe máximo Calderón, si no quieren ser masacrados y encarcelados. ¿Puede negarse que este pinche mundo funciona de cabeza desde que el famoso Jesucristo fue crucificado por los esclavistas en el poder? ¿Cómo explicar que un oligopolio de tiranos someta a millones de trabajadores y que éstos no puedan rebelarse?
4. Escribe De la Boetié hace 500 años que "es el pueblo quien se esclaviza y suicida cuando, pudiendo escoger entre la servidumbre y la libertad, prefiere abandonar los derechos que recibió de la naturaleza para cargar con un yugo que causa su daño y le embrutece". Lo que sucede es que no es tan sencillo: este maravilloso pensador no se imaginó la terrible enajenación del mundo moderno de la televisión, de los valores de sumisión ampliamente difundidos por la iglesia, la familia, la escuela y la sociedad en su conjunto; valores individualistas bien encaminados para huir de las luchas colectivas por mejoramiento social. "Tu hijo, preocúpate por ti, por los que te interesa, y manda al diablo a los demás"; "Los sindicatos, los contratos colectivos, las huelgas, sólo son armas de comunista"; "Tú debes servir al patrón y ponerte siempre bien con él".
5. Es tan perro el secretario del Trabajo, ha cumplido tan bien su papel de lamiscón y represor, que ha sido inscrito en la lista de precandidatos presidenciales. Está a punto de dar el zarpazo final: lograr la aprobación de una reforma fascista de la ley del Trabajo en la que desaparezcan el contrato colectivo de trabajo, el derecho de huelga, las prestaciones conquistadas durante un siglo y el mismo derecho a la sindicalización y estabilidad en el trabajo, ¿a cambio de qué? de la contratación individual por tiempo determinado, del trabajo a destajo, por horas, sin derecho a hablar y con miedo a protestar. Si esto logra negociarlo el PAN con el PRI y el PRD a cambio de la presidencia para Peña Nieto, el movimiento obrero y campesino tendrá que despedirse de sus luchas, en por lo menos 10 años y los obreros de sus trabajos.
6. Los obreros italianos, no se si los japoneses y los estadounidenses, hacen uso de palos, varillas, piedras, incluso de artes marciales, para defenderse. Las estrategias de Gandhi o Luther King, de dejarse madrear, hace muchos años que dejaron de funcionar por inefectivas. Yo he visto que los altermundistas, que saben de antemano que serán golpeados y gaseados por las fuerzas armadas, han comenzado a defenderse usando máscaras antigases, protectores contra golpes, incluso han hecho correr a los perros del gobierno. De ahí aquellas metáforas de Mao: "el imperialismo es un gigante con pies de barro" o "el imperialismo es un tigre de papel", porque cuando el pueblo se organiza no hay armas ni poder que pueda frenarlo. Esto vale para los mineros, los electricistas y todo el pueblo que tiene la obligación de defender y avanzar contra el poder.
7. En este momento, aunque estoy en el otro extremo del país, muero de ganas de estar en Sonora en ese bloqueo obrero. Es posible que en las próximas horas o días busque el gobierno destruirlo, pero Cananea puede ser nuevamente –como en 1906- el inicio de la nueva revolución que en México necesitamos. Urge poner de pie a este país y esta sociedad que está de cabeza. Una maldita minoría de ricos que viven de la explotación se enferma por tanto comer, beber, viajar y joder, mientras la inmensa mayoría de la población trabajadora enferma por desnutrición y falta de los alimentos necesarios; no se cura por falta de hospitales y médicos, así como tampoco puede defenderse por falta de unidad y armas. ¡Viva la lucha de los mineros y los electricistas! ¡Muera el mal gobierno al servicio de los empresarios explotadores!
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