Caminata migrante
▲ Los últimos integrantes de la primera caravana viajaron en el Metro como parte de su salida de la capital de la República, ayer.
Matías Romero, Oax., La tercera caravana de migrantes centroamericanos partió este sábado de la ciudad de Matías Romero, Oaxaca, rumbo a Rodríguez Clara, Veracruz.
Antes de su salida y con el objetivo de evitar incidentes en el trayecto, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) censó a los viajeros, a iniciativa del sacerdote Alejandro Solalinde Guerra, quien asumió el mando para el traslado de los mil 450 migrantes, la mayoría salvadoreños, aunque también viajan guatemaltecos, hondureños y nicaragüenses.
Con resguardo de agentes de la Policía Federal, la CNDH y del Grupo Beta, del Instituto Nacional de Migración, Solalinde pidió aventones a los choferes de carga que circulaban sobre la vía federal transístmica.
Las mujeres y los niños fueron los primeros en subir a los camiones que los llevarían hacia Rodríguez Clara, Veracruz, ubicada a 354 kilómetros, mientras las embarazadas fueron trasladadas en unidades tipo Suburban para su seguridad.
El defensor de los derechos humanos calificó este éxodo como una crisis humanitaria, por lo que hay que ayudar a los migrantes a avanzar hasta Ciudad de México. Ellos tendrán que decidir después qué hacer, dijo.
Posible rumor
El censo se efectuó como medida de seguridad para los migrantes, tenemos registro de que hay 45 menores migrantes desaparecidos de la primera caravana y ya se han hecho las denuncias correspondientes; ahora toca al Estado investigar el paradero de las personas, informó el sacerdote, fundador del albergue Hermanos en el Camino, ubicado en Ciudad Ixtepec, Oaxaca.
Irineo Mújica, director de la ONG Pueblos Sin Fronteras, sostuvo que el tema de las personas desaparecidas podría ser un rumor, debido a que como es común las caravanas se dispersan y después se vuelven a juntar.
Indicó que en caso de ser cierto lo de las desapariciones ya se habría dado una alertaen los países de Centroamérica y comenzaría la búsqueda.
Agregó que el tema de migraciones ha generado discriminación y xenofobia en México y por fortuna también se ha dado una gran solidaridad de la sociedad civil.
Ayer, caminando por Matías Romero me gritaron que me largara de ese lugar; entiendo y comprendo que la gente ya no quiere a los migrantes; lo que pedimos es tolerancia, que aquí sólo estamos de paso.
Integrantes de la misión de observación resaltaron que las condiciones en este refugio no fueron las adecuadas, no hubo energía eléctrica, ni sanitarios ni agua para bañarse y seguridad.
Foto Alfredo Domínguez
Diana Manzo
Corresponsal
Periódico La Jornada
Domingo 11 de noviembre de 2018, p. 5
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