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sábado, 10 de enero de 2015

Tortura sexual: política estadounidense y cultura



Hoy en día, el abuso sexual no sólo se utiliza en las prisiones de Estados Unidos en el extranjero, sino también en sus gulags domésticos. En muchos sentidos, la tortura sexualizada incluso se ha convertido en algo rutinario en la cultura pop.


La violencia sexual está firmemente arraigada en la sociedad estadounidense; sus instituciones y mecanismos culturales refuerzan el concepto atroz que la tortura sexual es aceptable, emocionante, incluso predecible en ciertas situaciones. La violencia sexual, mezclada con la tortura, es cada vez más popularizada y ya se ha normalizado en la cultura norteamericana. Sin duda, el imperio más poderoso y violento en la historia del mundo es cada vez más depravado.

Hoy en día, el abuso sexual no sólo se utiliza en las prisiones de Estados Unidos en el extranjero, sino también en sus gulags domésticos. En muchos sentidos, la tortura sexual incluso se ha convertido en algo casi rutinario en la cultura pop, con novelas y películas como 50 Shades of Grey, American Psycho y Hurt Locker que le dan glamour y fetichizan las prácticas abusivas. Del mismo modo, la violación está ahora representada en vastas porciones de la pornografía moderna, con algunas películas que representan estos actos dentro del contexto de geopolítico de actualidad.

Las denominadas naciones y pueblos civilizados han utilizado la ferocidad sexual como medio para atormentar y disciplinar psicológicamente a los pueblos ocupados de todo el mundo. El español violó y mató a cientos de miles de seres humanos, al igual que Alejandro Magno. Los romanos emplearon sistemáticamente actos de violencia erótica como un medio para penalizar y perseguir a los plebeyos. De hecho, los imperios deben controlar a sus súbditos, tanto en casa como en el extranjero.

Formas obscenas y sádicas de tortura se utilizan en muchas instituciones militaristas de Estados Unidos. Por ejemplo, en junio de 2014, el Centro Nacional de Justicia para Inmigrantes, Proyecto de Derechos de Inmigrantes Esperanza y varias otras organizaciones presentaron una queja ante el Departamento de Seguridad Nacional, en nombre de 116 niños que reportaron haber sido abusados sexualmente y torturada por agentes de Aduana y de la Patrulla Fronteriza .

Agentes de la Patrulla Fronteriza rutinariamente desnudan a los niños, les obligan a defecar en frente del otro y comúnmente los maldicen, utilizando lasciva y comentarios racistas. Algunos de los niños fueron obligados a beber "agua del tanque del inodoro", mientras que otros fueron privados de alimentos, dejando a muchos de los niños desnutridos y enfermos. En consecuencia, los inmigrantes latinoamericanos están recibiendo una educación de primera mano en democracia estadounidense y libertad.

De manera similar, los abusos sexuales a los inmigrantes se han convertido en comercializables en la pornografía moderna. La compañía de porno, MindGeek, introdujo una nueva serie llamada "Border Patrol Sex", donde agentes de la Patrulla Fronteriza simulan torturar eróticamente a mujeres inmigrantes. Por supuesto, las mujeres se promocionan como "adolescentes", "aficionadas" y "sexy latinas". Anna Merlan de Jezabel cita la introducción de la página web "Border Patrol Sex", http://jezebel.com/hideous-border-patrol-sex-series-pornifies-rape-of-migr-1667210903. Vea la caza de mujeres inmigrantes ilegales y como darles una lección sobre por qué la ley debe ser obedecida. A velocidad de crucero en su SUV, agentes capturan a estas chicas universitarias en el campo y las *** realmente duro. El que sean *** por un agente de la patrulla fronteriza es una cosa, pero estas chicas no saben que eso no significa realmente que lleguen a pasar la frontera después. No debería ser una sorpresa que esta especie de locura se esté popularizando en la pornografía moderna. De hecho, mucho de lo que ahora se considera normal en el mundo del porno sería aterrador para el observador común y corriente: "termina en su cara", violación simulada, atragantamiento, arcadas y violencia física ahora abundan en la cultura sexual de EE.UU. Decenas de millones de chicos jóvenes casualmente consumen las formas más insidiosas de violencia sexual. Ahora podemos añadir porno- xenofobia- a la lista.

Cuando se piensa en la tortura doméstica, el Sargento de Policía de Chicago Jon Burgo inmediatamente viene a la mente. Burgo fue liberado recientemente de la cárcel tras cumplir menos de cuatro años de prisión federal por "supervisar "un "anillo de tortura" en el Departamento de Policía de Chicago. http://www.msnbc.com/msnbc/jon-burge-ex-chicago-cop-who-ran-torture-ring-released-prison . Desde principios de 1970 hasta la década de 1990, más de 120 hombres de raza negra, en gran parte del sur de Chicago, fueron torturados sexualmente por Burgo y otros oficiales en el CPD.

Las víctimas de Burgo reportan haber sido "asfixiados" y recibir "picanas en sus genitales". Algunos fueron atados por días, golpeados, abusados sexualmente y psicológicamente atormentados. Los insultos raciales fueron comúnmente usados para degradar a las víctimas de Burgo. Coincidentemente, Burgo fue educado en los campos de la muerte de Corea y Vietnam, donde se utilizó dinero de los impuestos de los Estados Unidos para afilar sus habilidades racistas, militaristas y de torturador. Las tácticas y estrategias utilizadas por las fuerzas policiales en casa a menudo se aprendieron en el extranjero.

En Vietnam, la violación se usaba comúnmente como un arma de guerra. En su trabajo brillante y completo “Mata lo que se mueva: La verdadera guerra estadounidense en Vietnam”, Nick Terse nos recuerda el legado brutal de violencia sexual en el sudeste asiático dejado por los EE.UU. Soldados estadounidenses violaron a miles de niños; algunos fueron asesinados, sus cadáveres mutilados. Mujeres vietnamitas eran comúnmente sometidas a violaciones en grupo, tortura sexual y asesinato. En algunas ocasiones, las tropas estadounidenses atacaron sexualmente a mujeres vietnamitas mientras obligaban a sus hijos a mirar, para eventualmente asesinar a ambos.

Mucho de esto era política oficial. Por ejemplo, la 1ra de Caballería, la 4ta de Infantería y la 1ra primera División de Infantería establecieron burdeles oficiales dentro del perímetro de sus bases. Según Terse, al fin de la guerra "500.000 mujeres en Vietnam recurrieron a la prostitución", debido a que la economía de la nación fue completamente destruida por la ocupación estadounidense. Algunas de estas mujeres tenían tan sólo seis años de edad. Fueron violadas con frecuencia con palas, fusiles y bayonetas, dejando a muchas de ellas muertas.

Alfred McCall, en su libro “Una Cuestión de Tortura”, sugiere que Filipinas "ofrece la lección más conmovedora acerca de las consecuencias de la tortura psicológica de la CIA" en la era post-Vietnam. De 1972 a 1986, el régimen del dictador, apoyado por Estados Unidos, Ferdinand Marcos utilizaba técnicas aprendidas en Vietnam, engendrando las formas más crueles de tortura psicológica y física. Como era de esperar, los soldados de Marcos regularmente usaban picanas en los pezones, testículos y ano de sus prisioneros.

En Irán, McCall nos recuerda el papel de la CIA en la formación, apoyo y financiación de la policía secreta del Shaw: la Sabas. A lo largo de las décadas de 1960 y 70 disidentes, estudiantes, sindicalistas, revolucionarios y amplios sectores de la ciudadanía de Irán fueron torturados, violados y encarcelados. Cuando Le Monde le preguntó sobre las técnicas de tortura de su gobierno, el Sha respondió: "¿Por qué no emplear los mismos métodos que ustedes, los europeos?". Después de todo, aprendimos las tácticas de Occidente.

En consecuencia, las Fuerzas Armadas Francesas emplearon formas brutales de tortura durante sus aventuras coloniales en Argelia. Estos sistemas de persecución eran práctica común durante la colonización de Argelia, convirtiéndose en la política oficial de 1830. En 1841, Alexis de Tocqueville, declaró que "la guerra en África es una ciencia." Esta "ciencia" fue aplicada por los franceses durante su campaña de terror contrainsurgente en Argelia durante la década de 1950. Del mismo modo, los británicos refinaron sus prácticas de tortura en Irlanda del Norte durante la década de 1970.

Hoy en día, los EE.UU representan la última en una larga línea de naciones imperiales que han implementado las formas más brutales y demenciales de castigo. Recuerde, la meta es castigar, no extraer "información valiosa". Personal de élite del imperio entiende este concepto bastante bien. Por lo tanto el resto de nosotros debe evitar especular en torno a la eficacia de estas técnicas. Sólo hay un propósito con las tácticas de tortura: la destrucción de la vida de las personas. De hecho, esa es su finalidad.

Los últimos informes que detallan las técnicas tales como "lactancia anal", "rehidratación anal," registros corporales, privación sensorial, aislamiento y diversas formas de traumas psicológicos y físicos, sólo es la punta del iceberg de la violencia y depravación de EE.UU. en el extranjero. Es prácticamente imposible cuantificar las muertes de más de 1.000.000 de iraquíes y cientos de miles de afganos y sirios. Del mismo modo, ¿cómo podemos explicar adecuadamente el trauma individual sufrido por aquellos en el lado receptor de la democracia de Estados Unidos? Las investigaciones ayudan, pero los informes que ahora se pueden leer proporcionan una comprensión mínima del verdadero alcance de la violencia que se ejerce en el extranjero.

Morris Berman, en su libro “Edad Oscura Norteamericana”, refleja el legado de la tortura en el mundo árabe y musulmán de los EE.UU. "Es difícil refutar la acusación de que todo el asunto era sistémico, y diseñado especialmente para una población Musulmana. Después de todo, ¿cómo un grupo de niños bien de la zona rural de Virginia Occidental o donde sea iban a saber lo que es especialmente humillante para los árabes, de quien no saben literalmente nada? ¿Es realmente probable que hicieran todo esto por su propia iniciativa?"

Berman plantea una pregunta interesante: ¿Hasta qué punto pueden estos actos atribuirse a la programación sistémica en comparación con subjetivo actos de violencia? En otras palabras, ¿cuánto de este salvajismo se impone institucional y jerárquicamente? ¿Y cuánto en forma individual? No se puede argumentar que los guardias de la prisión en California en 1980 tenían alguna relación con guardias de la prisión de Abu Ghraib. Sin embargo, ¿por qué los guardias de ambas prisiones forzaron a los prisioneros a desnudarse y modelar ropa de mujer? http://www.afsc.org/sites/afsc.civicactions.net/files/documents/torture_in_us_prisons.pdf ¿Por qué son las mismas técnicas de tortura utilizadas contra los árabes y los musulmanes, promulgadas en todo el sistema penal de Estados Unidos? Además, ¿por qué los guardias de prisión en casa encontraron las mismas tácticas tan atractivas de utilizar? ¿Hay una dinámica psicológica mucho más profunda en el juego? Para mí, estas son preguntas interesantes e importantes que hacerse. Estas preguntas nos obligan a investigar no sólo los sistemas de poder, sino también a nosotros mismos. ¿Es fácil torturar? ¿Qué impulsa a alguien que no está forzado desde "los de arriba" para participar en este tipo de comportamiento sádico? El experimento de la prisión de Stanford en 1971, ofrece un ejemplo de cómo las personas son susceptibles a la participación en el maltrato psicológico y el tormento. Si bien a los estudiantes en el experimento no se les permitía castigar físicamente a sus simulados reclusos, en repetidas ocasiones utilizaron formas no físicas de maltrato psicológico, incluyendo registro corporal, aislamiento, privación sensorial y abuso verbal.

Del mismo modo, muchos de los guardias en la prisión de Abu Ghraib se comportaban de la misma manera. De hecho, numerosas imágenes muestran guardias mujeres posando junto a prisioneros iraquíes, algunas sonriendo, otras haciendo gestos y con sus "pulgares arriba". Además, muchos de los informes indicaron que guardias mujeres de la prisión de Abu Ghraib se encargaron de exponer sus pechos y genitales a los presos varones mientras les obligaban a realizar actos sexuales fingidos entre ellos.

El legado de tortura estadounidense en el país y en el extranjero se ha convertido en totalmente normal en las estructuras institucionales, ideologías y políticas de los EE.UU. Desde la pornografía a su representación en medios de difusión, el sadismo es una parte inherente de la cultura estadounidense y técnicas militares. Sin embargo, todas estas prácticas tienen sus raíces en la Cultura Occidental, desde que los pueblos indígenas de todo el mundo han sido sometidos a niveles absurdos de persecución psicológica y física que se remonta a las conquistas originales de las tierras indígenas. Gran parte de esta historia puede atribuirse a fenómenos sistémicos, pero no todos. A veces, las personas se encargan de realizar actos psicóticos.

En resumen, la violencia sexual y la tortura han sido una parte inherente de la Cultura Occidental por más de 1.000 años, desde los primeros Imperios Occidentales de la época colonial y sus despiadados métodos, los pueblos civilizados han empleado en varias ocasiones la tortura. Hoy en día, este tipo de tácticas son cada vez más normales en el discurso de Estados Unidos y sus prácticas políticas. Tácticas de contrainsurgencia empleadas en el extranjero regresan a la policía nacional y centros correccionales. Además, la pornografía moderna replica estas formas militarizadas y violentas de sexo, propagándolas culturalmente y fetichizando la tortura. Muchas veces, los peores aspectos de la tortura se encuentran en soldados o guardias que obedecen-órdenes desde arriba. Pero no siempre. A veces, se encuentran en los mismos individuos, muchos de los cuales actúan con independencia de los gestores jerárquicos, y aun así logran replicar la brutalidad del sistema.

*Vincent quiere agradecer a Allison Warkentien por sus valiosas contribuciones a este ensayo.

**Vincent Emanuele es un escritor, periodista de radio y activista. Vive en la ciudad de Michigan, Indiana y puede ser ubicado envince.emanuele@ivaw.org

Fuente: http://www.telesurtv.net/opinion/-Tortura-Sexual-politica-estadounidense-y-cultura-20150109-0016.html


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