David Brooks
▲ La comunidad gay se manifestó ayer en Times Square, Nueva York, en
repudio a la violencia con armas de fuego, luego de los tiroteos del fin
de semana.Foto Afp
Otro y otro y otro. Dos
tiroteos masivos en menos de 24 horas perpetrados por jóvenes blancos
estadunidenses; el saldo de ambos es de por lo menos 29 muertos y
decenas de heridos. Esto, después de que hace una semana, otro joven
blanco asesinó a tres e hirió a 15 en Gilroy, California. Suman 253
tiroteos masivos (definido como casos en los que cuatro o más personas
son heridas o mueren por balas), y 32 matanzas por armas de fuego
(definido como tres o más fatalidades en un solo incidente) en los 216
días que van del año.
Pero el ataque en El Paso, según información preliminar, no es un
tiroteo más, sino un atentado de terror contra latinos e inmigrantes. Un
manifiestoque aparentemente dejó el atacante poco antes de salir a realizar su masacre afirma que estaba haciendo esto
en respuesta a la invasión latina.
El alguacil del condado de El Paso, Richard Wiles, escribió: “Este
hombre anglo vino aquí para matar latinos. Estoy indignado… y toda la
nación debería estar indignada. Es hora de levantarnos y hacer que
nuestros representantes rindan cuentas a todos los niveles”.
Las autoridades están investigando el tiroteo como un acto de
terrorismo domésticoy como un
crimen de odio. Además del manifiesto del acusado, quien emplea el vocabulario de Trump, aparentemente también encontraron expresiones de admiración al mandatario republicano, incluyendo una foto de armas posicionadas para deletrear el apellido del presidente y el uso del hashtag sobre su muro fronterizo.
Los ataques de
odiose han incrementado con Trump; más de 17 por ciento el año pasado, según la FBI. Los casos de terrorismo doméstico también (la agencia informa que desde el 11/S, más estadunidenses han muerto en atentados terroristas domésticos que en internacionales). En El Paso se combinaron. No es la primera vez. El jefe de la FBI, Christopher Wray, reportó que ha realizado cerca de 100 arrestos relacionados con
terrorismo domésticoeste año –cifra superior al total de 2018– y la mayoría de éstos están vinculados a la supremacía blanca.
Crímenes de odio y actos de terrorismo doméstico no son nuevos, y han
ocurrido con presidentes demócratas y republicanos. Pero en tiempos
modernos nunca se había responsabilizado a un presidente y a su gobierno
de nutrirlos como ahora.
Organizaciones de defensa de libertades civiles y derechos humanos,
líderes de organizaciones latinas, afroestadunidenses, musulmanes y
judíos han advertido repetidamente sobre las consecuencias de la
retórica presidencial. Este domingo, varios candidatos presidenciales
acusaron directamente a Trump (quien estaba gozando un fin de semana de
golf durante las mismas 24 horas de horror en su país), por fomentar la
violencia con su retórica antimigrante y racista.
El pasado martes, antes del incidente ocurrido en El Paso, Texas, el
liderazgo de la Catedral Nacional en Washington –la catedral de
presidentes y de actos político-religiosos nacionales– emitió una
sorprendente e inusitada reprobación de un mandatario. “No se
equivoquen, las palabras importan. Y las palabras del señor Trump son
peligrosas… Cuando palabras violentas tan deshumanizantes provienen del
presidente de Estados Unidos, son un llamado de clarín, y un escudo, a
supremacistas blancos que consideran a personas de color como una
‘infestación’ subhumana de Estados Unidos... Palabras violentas llevan a
acciones violentas”. La declaración pregunta: Después de dos años de las palabras y acciones del presidente Trump,
¿cuándo será que los estadunidenses digan basta? ¿Cuándo es que el
silencio es complicidad? ¿Qué se necesitará para que todos digamos, a
una voz, que ya basta? La pregunta no es tanto sobre el sentido de la
decencia del presidente, sino sobre el nuestro”.
Tal vez sea el momento indicado para que los gobiernos, incluido el
de México, emitan alertas oficiales a sus ciudadanos sobre el peligro de
viajar o residir en Estados Unidos, dadas las condiciones violentas y
hostiles impulsadas por un régimen racista y xenófobo.
¿O será necesario contemplar preparativos para ofrecer refugio a estadunidenses que ya temen por sus vidas bajo este régimen?
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