Primero
fue Evo Morales Ayma: el presidente boliviano, que busca un nuevo
mandato, denunció a fines de julio que EE.UU. había enviado agentes de
inteligencia a su país, en vías a reunirse con la oposición a su
gobierno de cara a las elecciones de octubre próximo. "Quiero que sepan,
el Departamento de Estado de Estados Unidos está enviando sus agentes
de inteligencia. Estamos informados: están reuniéndose con algunos
comités cívicos. ¿Qué estarán planificando? ¿Qué mentira estarán
inventando otra vez?", dijo el Jefe de Estado, que suele confrontar
públicamente con el país del norte, desde una agenda antiimperialista,
mucho antes de llegar al gobierno.
Luego fue Rodolfo Nin Novoa,
canciller de Uruguay: afirmó días atrás que EE.UU. "se mete en la
campaña electoral" uruguaya. ¿Qué fue lo que provocó el encono del
canciller del Frente Amplio? La decisión de EE.UU. de emitir un alerta a
los turistas que visiten Uruguay en torno a la inseguridad. "Es notorio
que el tema de la seguridad está en la campaña electoral en Uruguay.
Hay un plebiscito planteado —"Vivir sin miedo"— para reformar la
Constitución y endurecer las medidas para combatir el delito. Es uno de
los ejes de campaña del Partido Nacional", recordó el ministro de
Exteriores, vinculando la campaña doméstica de la derecha con el anuncio
de EE.UU.
Es interesante otra frase de
Novoa para graficar por qué cree que Washington intenta un cambio de
gobierno en Uruguay. "No tengo ningún dato más que la historia de Estados Unidos en los últimos 50 años",
afirmó el canciller, con gran poder de síntesis. Si bien tiene razón en
cuanto a los frondosos antecedentes, por ahí no hace falta ir tan
atrás: el expresidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, en sus
recientes entrevistas en la cárcel de Curitiba, denunció la vinculación
del Departamento de Justicia de EE.UU. con el juez Moro, algo que
aparece con sutileza en los chats filtrados por el periodista Glenn
Greenwald. Moro, que condenó a Lula, es ahora Ministro de Bolsonaro,
quien llegó a Planalto por esa sentencia. Viene bien recordar la
secuencia completa para darnos cuenta del absurdo que fue aquella elección en el país más importante del continente.
En
Argentina, la connivencia del actual presidente de la Nación con EE.UU.
viene de larga data: el periodista Santiago O'Donnell documentó cómo Macri, cuando era Jefe de Gobierno, pedía en la Embajada estadounidense mayores presiones sobre Néstor Kirchner
y aseguraba que Washington era "pasivo y permisivo" con el
expresidente, algo que se desprende de los cables filtrados en
WikiLeaks. El antecedente directo era el "No al ALCA" de 2005 en Mar del
Plata, en el cual Kirchner tuvo una destacada actuación como anfitrión,
junto a Lula y Chávez. Luego del kirchnerismo, Macri llegó a la Rosada:
se vinculó primero con Obama, apoyó a Hillary Clinton y, tras su
derrota, giró velozmente a un trumpismo irreflexivo e incondicional,
bajo la necesidad de que este lo apoyara en el rescate del Fondo
Monetario Internacional.
Visto estos antecedentes,
y reflexionando sobre lo que sucede en Bolivia y Uruguay, surge una
pregunta crucial: ¿cómo estará actuando EE.UU. en la decisiva elección
de Argentina, aquella que puede cambiar la correlación de fuerzas a
nivel regional? Es tarea del mundo académico y periodístico investigar
rigurosamente y responder sin vacilaciones a esa pregunta, decisiva para
el futuro de una democracia no tutelada en nuestro país. En estas
elecciones presidenciales, Argentina no solo define quién se sienta en Balcarce 50: también determina si tendrá (o no) márgenes de autonomía en un mundo que va camino a una confrontación cada vez más nítida entre EE.UU. y China, como lo muestra la escalada arancelaria y una posible guerra de monedas.
Por
los ejemplos que hemos visto en este artículo, y como parte de esa
misma puja con China, EE.UU. está decidido a tener un rol cada vez más
activo —y ampliamente cuestionable— en nuestra región. Es tarea de las y
los latinoamericanos poner un freno a ese injerencismo. ¿Será Argentina
la nueva punta de lanza, tal como sucedió en 2005 en Mar del Plata?
No hay comentarios:
Publicar un comentario